Elon Musk y Mark Zuckerberg, a puñetazos por la hegemonía tecnológica

Entre las formas excéntricas que los millonarios eligen para matar el tiempo están tanto el descenso en una especie de furgoneta acuática a los restos del Titanic -que acaba mal- como los duelos a golpes más propios del siglo XIX que de la era de la inteligencia artificial. Lo paradójico es que son precisamente los dos rostros más conocidos de la revolución tecnológica quienes amenazan con darse de puñetazos y patadas para dirimir la hegemonía de las redes sociales: Elon Musk, propietario de Twitter -entre muchas otras cosas- y Mark Zuckerberg, dueño de Meta.

Todo empezó como una broma, pero no está claro que lo siga siendo. Zuckerberg, cuya empresa engloba redes tan importes como Instagram o Facebook, está preparando el lanzamiento de un medio para competir con Twitter, llamado Threads. Musk comentó la noticia de forma irónica: "Estoy seguro de que la Tierra no puede esperar para estar exclusivamente bajo el control de Zuck sin otras opciones. Al menos será ‘cuerdo’. Estaba preocupado por un momento". Dice lo de"cuerdo" porque en el texto que anuncia la irrupción de Zuckerberg se acusa a Musk de llevar una gestión algo alocada de Twitter.

Pero lo importante es que Musk fue en otro mensaje un poco más allá, y se declaró "listo para una pelea en una jaula" -un escenario habitual en las artes marciales mixtas- si Zuckerberg "también lo está". La respuesta del dueño de Meta no llegó vía Twitter, sino que usó una de las redes de su propiedad: en una publicación en las 'stories' de Instagram pidió a Musk que, simplemente, le dijera el lugar de la pelea; el propietario de Twitter propuso el mítico octógono de Las Vegas. El último vídeo de Musk alusivo al asunto parece devolver el reto al universo de las bromas. Describe entre risas su técnica de ataque como "la morsa": "Me tumbo encima de ti y no hago nada".

La selección española ganó la semana pasada la Nations League. Nadie que no esté muy puesto sabe qué es en realidad ese torneo, y por supuesto su importancia no puede compararse con la de las Eurocopas o el Mundial que España logró en su lustro dorado, entre 2008 y 2012. Pero también es verdad que los penaltis con los que la Roja derrotó a Croacia son la emisión televisiva más vista de lo que va de año, con más de 7,2 millones de espectadores. Así que, a pesar de lo exagerado que pudiera parecer a quienes tienen frescos en la memoria los laureles del pasado, la Federación pensó en sacar pecho del éxito organizando un acto de celebración en Madrid. 

Pero los planes se torcieron. Lo único que trascendió en las redes sociales de ese acto del lunes en el WiZink center son las ofensas que recibieron algunos jugadores de la selección. El punching ball preferido de los aficionados más jóvenes, al menos de los muchos seguidores madridistas que se dieron cita en el pabellón, fue el jugador barcelonista Gavi, que pese a su juventud se ha convertido en la nueva bestia negra del principal rival del Barça. Circulan vídeos, grabados desde el público, donde ni siquiera se oye a Gavi terminar su discurso con un "viva España"; solo se escuchan los abucheos de algunos energúmenos, y sus insultos y sus "puta Barça". Gavi no fue el único increpado. El entrenador, Luis de la Fuente, fue recibido a gritos de "calvo, calvo" por la misma facción del público. En cambio, fue muy celebrado que Joselu aprovechara el acto para agasajar a su nuevo equipo con un "hala Madrid". Es decir: lo que debía ser un canto a la excelencia del trabajo conjunto se convirtió en una exaltación de las particularidades.

La polémica duró toda la semana, e hizo reaccionar al jugador del Barça el pasado viernes. «Cada uno que piense lo que quiera. Yo estoy muy tranquilo y mi familia lo sabe», dijo Gavi. Tiene 18 años.

La categoría de día histórico se otorga en muchas ocasiones a la ligera: en los últimos años, el panorama político ha ofrecido numerosos ejemplos de ello. Pero el pasado viernes sí tendrá realmente un hueco en las recopilaciones de efemérides del futuro: fue el día en el que se terminó 'Sálvame'. No hay un programa de televisión que haya tenido un impacto semejante en la sociedad en lo que llevamos de siglo. 

Los usuarios de las redes sociales más concernidos por el acontecimiento han brindado estos días sus homenajes en forma, sobre todo, de 'greatest hits'. Y como la materia prima es muy voluminosa -son más de 3.000 programas desde el año 2009–, la recopilación no se termina nunca. Emocionados discursos a cámara de Belén Esteban, el tenso cara a cara entre Chelo García Cortés y Bárbara Rey, los arrebatos de la malograda Mila Ximénez, los llantos de María Patiño, los bailes de Lydia Lozano... "Creo que no somos lo suficientemente conscientes de lo que significa que hoy acabe definitivamente Sálvame. El final de Sálvame no es el final de un programa como otro cualquiera, es el fin de una forma de hacer televisión en España y el fin de una era para Telecinco", decía @rocachonda en un tuit.

El último programa estuvo inevitablemente lastrado por la ausencia de Jorge Javier Vázquez, que ha sido durante todos estos años su presentador carismático. Él marcó como nadie la esencia de Sálvame, la mayor basura audiovisual de los últimos años para unos, la forma más pura de diversión televisiva para otros. "Este programa es de rojos y maricones, punto. Quien no lo quiera ver, que no lo vea", lo definió en su día Jorge Javier. Sirva como epitafio para resumir el sentir de los fans el mensaje de @EhEhFran: "Vamos allá con el último Sálvame. He vivido entierros con menos desgarro que esta situación que hoy se nos presenta".