La lista de productos que tienes que comprar ya para las comidas de Navidad: luego serán más caros

No es ninguna sorpresa que la inflación está cada vez más presente en los alimentos y que el coste de vida a medida que pasan los días es más elevado. Con el frío llega la Navidad, una de las épocas más mágicas y esperadas del año. Estas fechas también son sinónimos de abundantes comidas familiares y, por lo tanto, de gastos asegurados.

Este año es clave ser previsor y planear con suficiente antelación qué alimentos queremos comprar si no queremos pagar mucho más que su precio normal por comprarlos a última hora. Es por eso que un buen consejo de ahorro es comprar los pescados, mariscos, carnes, ibéricos o ahumados unas semanas antes y congelarlos para que no se estropeen.

Jesús Labrador, propietario y chef del grupo de restauración Bebola, aconseja que para la congelación del pescado es ideal “envolverlo en papel film para evitar que se vea afectado por el frío o se contagie de olores” o utilizar la envasadora doméstica que “permite hacer el mismo proceso de conservación pero dándole un mayor cuidado al producto”.

El marisco, lo más caro

Los langostinos, las gambas, las cigalas o carabineros tampoco se libran de los precios desorbitados de la inflación. En el caso de que alguno de estos productos se compre fresco se tienen que conservar de la siguiente manera: “La forma es disponer el marisco en tápers alargados para que no se amontonen unas piezas sobre otras y cubrirlos con agua mineral y en algunos casos se pone una rodaja de limón. Luego simplemente es cerrar el táper lo más hermético posible y listo. Si se hace este método de congelar el marisco fresco hay que dejarlos en agua hasta el momento de cocinarlos”.

Los expertos no recomiendan realizar el proceso de descongelación a temperatura ambiente, sino que es preferible hacerla en la nevera los días previos a su consumo, para asegurar que los productos no pierdan textura ni calidad.

Carnes, ibéricos y ahumados

Por lo que respecta las carnes como el solomillo, cordero, cochinillo, pulardas y pavo, se pueden congelar igual que el pescado hasta el día de su consumo. Los ibéricos y ahumados se pueden “lonchar y envasar al vacío, que hace que el producto se mantenga óptimo hasta la fecha de consumo”.