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"¡Qué arte!": una profesora reconoce el talento de un alumno por su genial forma de crear chuletas

Unos estudiantes, en clase.

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La chuleta es un treta que para muchos estudiantes se ha convertido en un método de subsistencia evaluatoria, y que con el paso del tiempo ha alcanzado un estatus de obra de arte digna de estudio.

Y es que las hay de mi tipos, tantas como ingenio muestran los alumnos a la hora de crearlas siempre buscando estar un paso por delante al talento de los profesores para detectarlas.

Así, hemos pasado del habitual chivatazo entre alumnos en pleno examen, a escribir en las sillas y bajo los pupitres, pintarrajearse cual tatuador borracho los antebrazos, guardar en la memoria de las calculadoras algunas operaciones matemáticas que pensamos que saldrán el día de actos, y hasta sintetizar en tomos enteros de una asignatura en papeles diminutos escritos con letra aún más minúscula, que solo son aptos para gente con vista de lince.

Todo vale para aquellos estudiantes que llegan al día del examen conscientes de no haber hincado los codos los suficiente como para poder aprobar o sacar una nota digna sin ese pequeño empuje que dan estas ayudas no reglamentarias.

En justo reconocimiento al esfuerzo de estos estudiantes, la profesora universitaria Yolanda de Lucchi ha querido resaltar en su cuenta de Twitter una de las tretas más ingeniosas y bien realizadas (aunque acabó siendo detectada por la docente) con la que se ha vuelto a topar haciendo orden en su despacho.

"He encontrado esta reliquia universitaria que confiscamos a un alumno hace unos años: el derecho procesal penal en bolis bic. Qué arte!", ha explicado la profesora, sorprendida por una chuleta elaborada con una artesanía que casi parecen grabados del imperio egipcio.

Una docena de bolígrafos con gran parte de la asignatura serigrafiado en su cuerpo de plástico y con una letra totalmente inteligible a pesar de su minúsculo tamaño.

No sabemos si le dio para aprobar, pero ya el sólo hecho del tiempo empleado para escribirlo seguro que le sirvió para llegar con la lección un poco más aprendida.

De Lucchi ha contado que perdió la pista del alumno, pero se ha mostrado esperanzada que esa arte le haya servido en el futuro. "Espero que no haya desperdiciado esa habilidad", ha comentado.