Consecuencias de la pandemia

Maneras de saludar sin perder la salud

Una vez proscritos los codazos por consejo de la OMS, conviene buscar formas alternativas que no conlleven contacto físico alguno; aquí van unas cuantas sugerencias

saludos en la era del covid coronavirus

saludos en la era del covid coronavirus

Rafael Tapounet

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Entre las muchas consecuencias indeseadas de la pandemia causada por el coronavirus se hallan esos segundos de intensa zozobra espiritual que padecemos cada vez que nos encontramos cara a cara con un conocido y no sabemos muy bien cómo saludar sin violar los protocolos de seguridad. Proscritos desde el primer día los abrazos y los apretones de manos, nos hemos ido resignando a decir hola con los codos, pero hasta ese gesto antinatural, que mezcla de manera un poco ridícula el baile de los pajaritos con una acción defensiva de Sergio Ramos, ha sido desaconsejado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por cuanto no respeta la debida distancia entre personas y es, además, "de mal gusto", punto este último que, pese a su apariencia de opinión arbitraria, admite poca discusión.

Con el fin de ayudar a nuestros lectores a hacer algo menos embarazosos esos momentos que deberían ser de alegría por el encuentro y nunca de incomodidad, consignamos a continuación media docena de modalidades de saludo que no implican contacto físico y que son, en algunos casos, el producto destilado de tradiciones milenarias a las que conviene acercarse siempre con respeto y rigor. Elijan la que mejor se adapte a su carácter, practíquenla ante el espejo en la intimidad del hogar y ya pueden salir a la calle sin miedo a toparse con algún conocido.

AGITAR LA MANO
Mostrar la palma y moverla a derecha e izquierda es una práctica muy común que se remonta a la antigüedad clásica y que en origen servía para revelar que uno no iba armado y que, en consecuencia, acudía al encuentro con talante pacífico y la mejor voluntad. Los romanos hicieron evolucionar esta forma de saludo eliminando el movimiento lateral de la mano y extendiendo el brazo, pero esa modalidad se considera muy inapropiada desde que unos bárbaros del norte la adoptaron en los años 30 del pasado siglo y la convirtieron en un gesto mucho más intimidante que fraternal. Mil veces mejor agitar la mano.

SALUDO APACHE
Apache por sinécdoque, puesto que en realidad es propio de distintas tribus de indios nativos norteamericanos. Es una variación del anterior, ya que aquí se trata también de mostrar que uno va por la vida con las manos desnudas y, por tanto, en son de paz. El modo correcto de hacerlo es flexionar un brazo (preferiblemente el izquierdo, que es el lado del corazón) de manera que la palma de la mano quede mirando al frente y a la altura del mentón. Si se quiere reforzar el efecto peliculero, es aconsejable poner cara de pocos amigos y decir "jau" mientras en nuestra imaginación suenan gritos espeluznantes y tambores ceremoniales.

REVERENCIA
En las culturas europeas, lo de inclinar una parte del cuerpo y humillar la cabeza en señal de respeto o veneración ha quedado circunscrito al ámbito del teatro y la monarquía, que vienen a ser cosas muy parecidas. Sin embargo, en países asiáticos como Japón y Corea la reverencia es una forma muy extendida de saludo cuyo significado varía en función del grado de inclinación. Así, formar un ángulo de 15 grados equivale a un 'hola' informal mientras que bajar hasta los 45 grados es algo que solo debe hacerse en presencia de alguien muy venerable o ante la tumba del señor Miyagi.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, se inclina ante el emperador Naruhito. / STR / AFP

SALUDO MILITAR
Aunque algunos expertos entroncan el gesto de llevarse la mano a la sien con los dedos juntos con la costumbre medieval de levantar la visera del yelmo para mostrar el rostro antes o después de los combates, parece más sólida la versión que sitúa el origen del actual saludo militar en el siglo XVIII, cuando el Ejército británico suprimió la obligación de descubrirse la cabeza al cruzarse con un superior y, en lugar de eso, la soldadesca empezó a agarrar el extremo del sombrero a modo de saludo. En función del país puede hacerse con la palma al frente o mirando hacia abajo. Cuando no se ejecuta con ánimo irónico o en el seno de la institución militar, denota un espíritu filocastrense bastante inquietante.

'SHAKA'
Existen muchas teorías que explican cómo nació y se popularizó el tradicional saludo surfero, pero nosostros nos quedamos con la más bonita. Hamana Kalili era un pescador de la localidad hawaiana de Laie que perdió los dedos índice, corazón y anular de la mano derecha al sufrir un accidente en la planta azucarera en la que trabajaba. La mutilación le obligó a cambiar de empleo e inició una nueva vida laboral como vigilante de seguridad en los trenes que iban de Sunset Beach a Ka’awa. Una de sus tareas consistía en evitar que viajaran de gorra los niños de la zona, así que estos adoptaron el gesto de extender el pulgar y el meñique para alertar de la presencia del vigilante, una práctica que rápidamente se hizo popular entre los jóvenes de la comunidad surfera de las islas y de ahí, al mundo. El futbolista Ronaldinho se convirtió en uno de los más conspicuos practicantes de este gesto, símbolo de la camaradería y el buen rollo, antes de apoyar la candidatura electoral de un ultraderechista y acabar en una cárcel paraguaya.

PUÑO EN ALTO

Es un saludo, pero también un grito. Y un manifiesto. De confusos orígenes, como casi todos los gestos aquí recogidos (las distintas versiones nos llevan de la antigua Asiria a la Francia de Napoleón III), fue adoptado en la década de 1920 por la alemana Liga de Combatientes del Frente Rojo y, ya en los albores de la guerra civil española, por el Frente Popular, como réplica al saludo cesarista de la mano abierta acuñado por el fascismo. Hoy es un reconocido aunque algo desnaturalizado símbolo internacional de unidad y resistencia (los dedos, débiles cuando están separados, se hacen fuertes al juntarse) que se emplea tanto en los actos de genuina lucha por los derechos civiles y la justicia social como en los mítines del PSOE. En un rasgo que resume con precisión lo que ha sido la historia de la izquierda política, las disputas sobre si debe levantarse el puño izquierdo o el derecho son inacabables.

Estas son solo algunas opciones, pero, por supuesto, hay muchas más. Desde el saludo vulcano propio de los fans de 'Star Trek' (acompañado siempre de la frase "larga vida y prosperidad") hasta la mano cornuda de los jevis, pasando por el guiño pícaro, el ademán de llevarse la mano al corazón (recomendado por la OMS), el leve y repetido giro de muñeca que identifica a los monarcas y a las falleras mayores y tantas otras formas de comunicar alegría, respeto y buenos deseos sin comprometer la salud. Que, al fin y al cabo, no deja de ser el pilar sobre el que se sostiene etimologicamente el verbo saludar.  

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