SUSTO EN HOLANDA

Una familia se libra por los pelos de ser devorada por unos guepardos

El gerente del parque holandés Beekse Bergen asegura que ha sido "una suerte" que no fuera la hora de la comida de los animales y que no tuvieran hambre

Momento en el que la madre de la familia francesa, con su hijo pequeño en brazos, intenta ahuyentar al guepardo en el Beekse Bergen Safari Park, en Holanda.

Momento en el que la madre de la familia francesa, con su hijo pequeño en brazos, intenta ahuyentar al guepardo en el Beekse Bergen Safari Park, en Holanda.

El Periódico

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La primera norma de un parque con animales salvajes es que "está prohibido bajar de los vehículos". De hecho, hay carteles recordatorios de esta fundamental norma por todas partes.

Sin embargo, por dejadez o descuido una familia francesa de cinco personas decidió hacer caso omiso de estas advertencias en el parque Beekse Bergen Safari Park, en Holanda, cuando decidieron salir del vehículo para ver de cerca a un grupo de guepardos que estaban estirados tranquilamente.

Los ocupantes de un vehículo que iba tras ellos fueron los que grabaron el espeluznante momento en que los padres y los tres niños ponen en peligro sus vidas. Incluso uno de los guepardos se acerca peligrosamente al más pequeño de la familia, y es rescatado in extremis por su madre, que intenta ahuyentar al animal moviendo enérgicamente el brazo.

El gerente del recinto, Niels de Wildt, ha explicado que la familia había tenido "suerte", puesto que "los guepardos tienen un horario de comida" y no estaban extremadamente hambrientos para darles caza.

El padre y el hijo mayor se dan cuenta enseguida de lo peligroso de la situación y entran corriendo en el vehículo antes de la llegada de las fieras, que rodean a los otros tres integrantes de la familia. Es entonces cuando la madre coge en brazos al más pequeño e intenta ahuyentar al guepardo que se les ha acercado, mientras se dirige hacia el vehículo.

El hermano mediano de la familia sale corriendo y se sube al coche donde ya están su padre y hermano, pero la madre, sin soltar al pequeño y siempre moviendo enérgicamente el brazo, se aproxima al vehículo y consigue entrar en él sin sufrir el más mínimo rasguño.

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