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No solo vencieron, sino que convencieron

Antonio Medina

Aquella frase del franquismo, "Spain is different!", es la  mejor definición para el pueblo español. Eslogan, por cierto, del ministerio que dirigía don Manuel Fraga para promocionar el país en los 60, que sigue vigente ahora más que nunca, y que daba sopas con ondas en calidad política a sus correligionarios y herederos.

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No puede ser de otra manera cuando más de un cuarto de la población deposita su voto en el partido más corrupto de la historia española, y casi otro cuarto al que le sigue en el ránking, y que, sumados los dos, dan la mitad de votos consentidores en esta lacra que nuestros  biznietos no tendrán capacidad de pagar. Pero, claro, ¿qué justificación tiene que apostemos por la corrupción generalizada o, en  el mejor de los casos, por la mediocridad de nuestros políticos, cuando deberíamos concienciarnos de que actuamos en contra de nuestros hijos y nietos, a excepción claro está de los que se dedican profesionalmente a la política y sus herederos, que seguramente no heredarán la moral de sus padres, pero sí sus beneficios fraudulentos.

Claro que también había por aquel entonces, en la misma época que el eslogan de Fraga otra frase, "África comienza en los  Pirineos", que también sigue tan vigente como en época del dictador. Supongo que, al igual que en algunas culturas aún hoy resulta imposible implantar la democracia, en la nuestra es imposible quitarnos de encima tantos años de dictadura, corrupción, y amén, ampliamente superada por los hijos del sistema (nosotros), y que algunos esperamos sea desechada por los que nos siguen, por la cuenta que les trae y  porque es de suponer que tendrán más sentido común que nosotros.

Y qué equivocado estaba Unamuno cuando le vociferó "Venceréis, pero  no convenceréis" al sanguinario Millán Astray, pues parece que no solamente vencieron, sino que también nos convencieron .

Lo que está claro es que somos muy diferentes del resto de las democracias occidentales pues, al mismo tiempo que avalamos la  corrupción y la delincuencia política, nos quejamos de las leyes  laxas, y a la vez somos más solidarios que ninguna nación cercana, algo que volverá locos a estudiosos y psiquiatras, pues a veces pueden llegar a pensar que de tan buenos somos tontos, o que de tan tontos, a veces, somos buenos.

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