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Solo trabajarán los más capaces.

Oficina de empleo en Badalona.

Oficina de empleo en Badalona. / REUTERS / ALBERT GEA

 El ínclito jefe de los empresarios españoles, con el desparpajo que  le da su reciente reelección en el cargo, proclama que "lo del trabajo  fijo y seguro es un concepto del siglo XIX". Los teóricos de la  economía liberal refinan el mensaje y defienden que una tasa de paro  por debajo del 7% equivale al pleno empleo y empieza a ser  disfuncional para el crecimiento. En consecuencia una tasa de dos  dígitos (entre el 10% y el 30%) es casi una condición necesaria para  la competitividad, un requerimiento estructural y sistémico para  limitar los costes salariales, y convertir a los trabajadores en  productos con fecha de caducidad, a la libre disposición de los empleadores.

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Rajoy, siguiendo a los teóricos liberales y a Rosell que los  interpreta a su manera, consiguió, desde una tasa de paro del 26%,  diseñar el acceso más liberal al empleo en la historia de España: un  contrato día a día, a tiempo parcial y obtenido a través de una  agencia de colocación privada.

La reforma laboral del PP consagra la temporalidad, impone movilidad  y legaliza la intermediación privada como la mejor manera de entrar y  permanecer en el mercado laboral. La única garantía para tener empleo  es circular constantemente por aquellos que te ofrezcan y aceptarlos  incondicionalmente.  Esas entradas y salidas continuas, y los cursos  de formación de las políticas activas de empleo, también reformadas y  privatizadas, permiten seleccionar a los trabajadores más capaces y  resistentes, Así, nuestro sistema económico alcanzará mayor grado de  competitividad, será menos vulnerable a la competencia exterior, como  se pretende. 

El que no trabaje es porque no se lo merece, y no merece jubilarse,   ni a los 67 años de edad ni nunca; el trabajo ahora mismo y la  jubilación en breve espacio de tiempo serán un derecho únicamente  para los más rentables, los que sean capaces de mantener su empleo en  un mercado global absolutamente deshumanizado. El que pueda ha de  ganar "el pan con el sudor de su frente", y el que no pueda, que no  reclame ni paro, ni pensión.

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