"Me quisieron ayudar, pero me sentí engañada por los técnicos del SEM"

He interpuesto tres reclamaciones por canales oficiales. Resumen de la respuesta: "Nosotros siempre hacemos lo correcto".

Vivo en Sitges. Hace tres semanas sufrí una crisis de ansiedad que no supe gestionar y pulsé el botón rojo del servicio de teleasistencia y, sin mi consentimiento, llamaron a una ambulancia. Se presentó una pareja del SEM cuando ya me encontraba mejor. No quería ir al hospital por tres razones: ya me había calmado, la espera en urgencias suele ser de más de cuatro horas y no tenía medios ni dinero para volver a casa. Así se lo dije. La auxiliar me pellizcó la mano y me dijo que estaba "deshidratada" (mentía) e insistía en que tenía que ir al hospital. Ante las presiones, accedí. Me dijeron que me llevaban a 'Los Camilos' (Hospital Residència Sant Camil, en Sant Pere de Ribes) y que otra ambulancia me llevaría a casa "enseguida". Una vez dentro de la ambulancia, arranca y empieza un largo viaje. "¿A dónde me lleváis?". El técnico se gira y me dice: "A Sant Boi". No tengo diagnosticada enfermedad mental, no presentaba conducta agresiva, razonaba bien y estaba tranquila. Me dejaron tirada a más de 30 km de casa. Sin dinero y sin medios para volver. Me habían engañado miserablemente. Soy perceptora de RGC (renta garantizada de ciudadanía) y vivo en precario. Tras más de 12 horas allí, ocho después de darme el alta, tuve que llamar a un taxi y pagar 70 euros que me he quitado de la comida.

Hace tres días me caí en casa (no bebo) y me hice daño. Desperté en un charco de sangre, de la nariz. No llamé a una ambulancia porque ya no confío. Según me dijo el taxista, esto sucede a diario. No todos tenemos familiares y amigos con coche disponibles las 24 horas para venir a buscarnos. No he perdido la confianza en una tienda, este es un servicio vital y es gravísimo lo que ha hecho esta pareja. No se engaña a los pacientes dejándoles tirados a más de 30 km de casa sin medios para volver. Mis tres denuncias no han servido para nada.