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Vivo en un barrio de l’Hospitalet de Llobregat donde cada vez se hace más insoportable el mal olor de las calles. Somos muchos. Las calles están sucias, y no solo de excrementos de perros por culpa de sus incívicos dueños, sino también de sujetos que orinan por los rincones, de papeles y demás que tiran al suelo tanto niños como mayores. La limpieza es insuficiente, no se riegan las calles con la frecuencia adecuada, y eso, por no hablar de toda la población que no cuida el lugar donde vive, donde sus hijos y sus ancianos pasean, donde todos tenemos que respirar un aire nauseabundo.
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No todos los barrios de mi ciudad están en estas condiciones. El centro de l’Hospitalet no huele igual. ¿Somos diferentes vecinos con diferentes derechos? Haré llegar mi queja al Ayuntamiento pero, mientras, creo que todos deben conocer nuestra situación. No querría irme del barrio, pero entre esto y los bares con horarios descontrolados, creo que desgraciadamente tendré que abandonar mi querida ciudad.
¿Son necesarias multas a los habitantes incívicos? Sí. ¿Son necesarios ya contenedores subterráneos como en otras poblaciones? Sí. ¿Es necesario más personal y más frecuencia de limpieza? Sí.