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Las redes sociales se han volcado tras la tragedia de París. Una de las mayores críticas que se hace a algunos usuarios es la de dar cobertura o mayor importancia a los atentados de París y no al conflicto en Siria. Las fotos de perfil teñidas con la bandera de Francia proliferan mientras que con la de Siria, por poner un ejemplo, no ha sucedido lo mismo. Es un tema que trasciende más allá de las redes sociales puesto que también se critica a los medios de comunicación por dar prioridad al primero en su agenda mediática.
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La respuesta a toda esta problemática es una palabra: distancia. Somos vecinos. París es una ciudad europea a la que podemos llegar en coche, tenemos una cultura similar y un imaginario compartido. No nos hace menos empáticos identificarnos con una situación por encima de la otra. París podría haber sido Barcelona, podríamos haber sido nosotros y esto nos hace sentirnos más cerca. Es así, no es lo ideal pero sí la realidad. Darle importancia a compartir una foto con la bandera de un país u otro solo desvía la atención del problema real y es que hay personas inocentes muriendo, sean de donde sean.