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"Dice bien una lectora que el respeto es un derecho humano, pero soy pesimista en este sentido"

Los alumnos del colegio Lleó XIII trabajan con la ayuda de un can valores como el respeto, la inclusión y el trabajo en equipo

Los alumnos del colegio Lleó XIII trabajan con la ayuda de un can valores como el respeto, la inclusión y el trabajo en equipo / Andreu Dalmau

Jaime Rodríguez Soto

Suscribo completamente las palabras de la lectora Cristina Casals Massó en su carta a este diario, en la que dice que ser respetado debería considerarse un derecho humano básico.

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Totalmente de acuerdo, señora Casals, estamos hablando de derechos humanos. Y es algo que se debería inculcar más en los más pequeños y jóvenes, ávidos de derechos individuales, pero ciegos y sordos ante los derechos de los demás.

Y para demostrar esto, solo hace falta coger el transporte público y ver que los auriculares ya no están de moda, y todos los demás pasajeros nos tenemos que deleitar a la fuerza con el reguetón de turno, y ser increpado o insultado si llamas la atención al mozalbete de turno con el volumen del móvil a toda castaña.

Yo soy pesimista, señora Casals. Llámenme rancio o anticuado, pero para mí muchas cosas empezaron a irse al garete en temas de respeto y civismo en cuanto los profesores les decían a los pequeños de 6 o 7 años que los llamaran de tú. De cuando los padres empezaron a ir de colegas con sus hijos. Y que vivimos en una sociedad que solo sabe reclamar derechos pero no quiere o no enseña a asumir deberes y responsabilidades. La culpa siempre es de los demás, y, en última instancia, siempre del sistema.

Como le decía, señora Casals, soy pesimista, pues lo que veo en la calle y el transporte público que utilizo a diario no me invita a dejar de serlo. También con la educación que les dan mis amigos más cercanos a sus hijos, a los que no son capaces de enseñar a decir por favor, gracias o buenos días.

Hablamos de civilización, pero yo veo cada vez más una sociedad incivilizada, y si no hay civilización, hay barbarie. Aquí no pretendo ser tremendista ni apocalíptico, pero dice bien la señora Casals en que el respeto es un derecho humano. Y cuando se dejan de respetar los derechos humanos, hay barbarie, ¿cierto?

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