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Economía azul: la riqueza está en el mar

La economía azul es aquella que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de un desarrollo económico sostenible y rentable por su gran potencial para la innovación y el crecimiento. También es fuente de creación de empleos de calidad. Barcelona es una de las capitales mundiales de la economía azul. Pablo Bou, de la red BlueNetCat, Albert Dalmau, gerente de Economía, Recursos y Promoción Económica del Ajuntament de Barcelona, y Anna Majó, directora de proyectos de innovación empresarial de Barcelona Activa, analizan las perspectivas de futuro.

BARCO DE PAPEL hand with paper boat near water

BARCO DE PAPEL hand with paper boat near water / 123RF

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Pablo Bou, Albert Dalmau y Anna Majó

El Consejo Mundial de los Océanos (World Ocean Council, WOC) ha convertido a Barcelona en capital de la economía azul al elegirla para establecer su sede global para los próximos cuatro años. Además, Barcelona acogerá a mediados de este mes de octubre la Cumbre de Océanos Sostenibles (SOS), así como la primera Conferencia Mundial de Finanzas Azules (BlueFin), en la que se quiere reunir a representantes de alto nivel de la comunidad de inversión y finanzas de la economía oceánica sostenible. El WOC es una organización empresarial no gubernamental sin ánimo de lucro que lidera a nivel mundial el impulso de la economía marítima sostenible.

Un largo y prometedor porvenir

Pablo Bou. Business Development Manager de la Xarxa Marítima d’R+D+I de Catalunya (BlueNetCat)

Desde el año 1950, la población mundial se ha visto multiplicada por tres, pasando de 2.500 a más de 7.700 millones de habitantes en la actualidad y con perspectiva de superar los 10.900 millones antes de finales del presente siglo. Esta tendencia apunta claramente a una mayor demanda de recursos para cubrir las necesidades de la especie humana, tanto cuantitativamente como, sobre todo, en lo que respecta a su sostenibilidad en la manera en que estos se generan y gestionan.

Esta necesidad de encontrar nuevos recursos unida a un creciente conocimiento sobre el entorno marino ha hecho considerarlo un ecosistema sobre el que profundizar por las oportunidades que nos ofrece. Existen muchas regiones del planeta donde los recursos marinos resultan fundamentales para la subsistencia de las poblaciones que allí habitan, convirtiéndose en su principal fuente de alimento y de ingresos. Fueron precisamente este tipo de países denominados Pequeños Estados Isleños en Desarrollo o SIDS (de sus siglas en inglés, ‘Small Island Developing States’) los que acuñaron el término ‘blue economy’ o economía azul a partir del ya conocido ‘green economy’ o economía verde. Este término fue oficialmente establecido por Naciones Unidas en su agenda estratégica 2012-2016, sentando las bases para dar a los mares y océanos el protagonismo que les corresponde.

La biotecnología marina y las nuevas tecnologías, entre los sectores con más crecimiento

La economía azul establece los recursos marinos como fundamentales para el desarrollo humano con la sostenibilidad como piedra angular de su producción y/o utilización. Son muchos los sectores y subsectores económicos que tienen como elemento común el medio marino y la Unión Europea los ha catalogado en dos grandes bloques según su madurez: los establecidos y los emergentes. Entre los primeros nos encontramos a los recursos vivos marinos, recursos no vivos marinos, energía renovable marina, actividades portuarias, construcción y reparación de embarcaciones, transporte marítimo y turismo costero; dentro de los sectores emergentes, tenemos áreas como la energía oceánica, la biotecnología y la bioeconomía azul, la desalinización, defensa, seguridad y vigilancia marítima, investigación y educación, e infraestructuras (cables submarinos, robótica, etcétera.). Todos estos sectores se encuentran en diferentes fases de desarrollo, pero son los emergentes como la biotecnología marina o la robótica y sensórica marinas los que en los últimos años han experimentado un crecimiento más acusado.


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Según los últimos datos disponibles con fecha de 2019, solo los sectores establecidos de la economía azul dinamizan un volumen de negocio de 667.200 millones de euros, con un valor añadido bruto de 183.900 millones y da empleo a más de 4,45 millones de personas en toda la Unión Europea. Estos datos han ido creciendo los últimos años y se espera que esta tendencia continúe, al menos, hasta 2030.

Este papel relevante que han adoptado los mares y océanos del planeta ha propiciado que a nivel internacional se hayan adoptado iniciativas y estrategias de cooperación e innovación interregionales/interestatales como la Estrategia Atlántica, la WestMED initiative, Bluemed o InterregMED, entre otros. De la misma manera, algunos estados y regiones han implantado estrategias para abordar estos retos de una forma económicamente competitiva, a la vez que sostenible. Uno de los exponentes más destacados ha sido el caso de Catalunya, donde el Govern de la Generalitat implantó en 2018 la Estrategia Marítima de Catalunya (EMC), una estrategia de gobierno transversal y pionera a nivel estatal, con pocos precedentes a nivel europeo. Esta estrategia pretende, desde una perspectiva transversal e inclusiva, armonizar los diversos sectores sociales y económicos estrechamente relacionados con el mar para disfrutar de todo lo que el medio marino puede ofrecer en las vertientes social, económica y ambiental. 

La red BlueNetCat aglutina en Catalunya más de 60 grupos de investigación

Dentro de este ecosistema, la Xarxa Marítima d’R+D+I de Catalunya (BlueNetCat), entidad que aglutina más de 60 grupos de investigación de siete universidades y centros de investigación catalanes, constituye el instrumento de innovación y transferencia de la EMC. Su principal objetivo es la transferencia de conocimiento de los grupos de investigación a la sociedad. La adopción de este conocimiento por los diversos agentes socioeconómicos se considera un paso estratégico para avanzar en el óptimo aprovechamiento de los recursos marinos para la mejora de la vida de la ciudadanía.

La innovación y la gestión sostenible serán las piezas clave para un mejor aprovechamiento de los recursos marinos

Todo este panorama hace prever que la economía azul tiene por delante un largo y prometedor futuro donde la innovación y la gestión sostenible serán las piezas clave para un mejor aprovechamiento de los recursos marinos, preservando e incrementando el capital natural de nuestros mares y océanos.  

BCN, un futuro en clave marítima

Albert Dalmau, gerente de Economía, Recursos y Promoción Económica del Ajuntament de Barcelona, y Anna Majó, directora de proyectos de innovación empresarial de Barcelona Activa

Es innegable que uno de los grandes legados de la Barcelona olímpica fue su apertura al mar. Con aquella transformación, la ciudad se reconectaba consigo misma, con sus orígenes y abría una nueva fachada al Mediterráneo, para el uso y disfrute de la ciudadanía. 

Ahora nos disponemos a dar un nuevo salto adelante para que esta apertura implique una nueva forma de vivir y convivir con el mar, poniendo en valor las actividades náuticas, la práctica deportiva y aquella economía que hace de la ciudad, el mar y la sostenibilidad su forma de vida.



/ JORDI COTRINA

El sector supone el 4,3% del PIB y más de 15.000 empleos en la ciudad

Así nace la apuesta por la economía azul en Barcelona, un nuevo concepto económico que aglutina a toda la cadena de valor de aquellas actividades productivas que hacen del agua y la sostenibilidad motores clave de su desarrollo. Una economía azul que en Barcelona agrupa a un gran conjunto de activos con infraestructuras esenciales para las exportaciones, como el Puerto de Barcelona, un sector primario pesquero vigente en la ciudad, actores relevantes de la industria náutica de referencia internacional, centros de investigación vinculados a las ciencias del mar, el sector energético, deportivo o cultural. Un sector que en su conjunto representa el 4,3% del PIB y más de 15.000 empleos en la ciudad.

Hace justo un año, el Ajuntament de Barcelona y Barcelona Activa pusimos en marcha el proceso de liderazgo de la estrategia de ciudad de la economía azul para que este sector tenga una nueva dimensión, generando nuevo empleo de calidad y con más oportunidades para el tejido productivo.

Barcelona es uno de los casos paradigmáticos y ejemplares, gracias a su situación geoestratégica y una economía capaz de diversificarse y adaptarse a las realidades y contextos globales. Esta estrategia no la diseñamos solos: una red de más de 70 entidades le han dado forma. Y ahora, un año después, toca hacer balance.

La Copa América en 2024, además de ser una oportunidad para proyectar Barcelona al mundo, será un evento altamente vinculado a la tecnología y a la industria náutica sostenible

Entre los objetivos compartidos que nos fijamos, la captación de eventos de referencia que posicionaran a Barcelona en el epicentro de la práctica deportiva y la sostenibilidad era una prioridad. Por eso, con un conjunto amplio de administraciones y con el apoyo de la sociedad civil conseguimos que Barcelona sea sede de la Copa América en 2024. Una Copa que, además de convertirse en una oportunidad para proyectarnos en el mundo, será un evento altamente vinculado a la tecnología y a la industria náutica sostenible que queremos que se materialice en la ciudad. Será además una apuesta muy importante por el desarrollo de los motores de hidrógeno, aprovechando esta oportunidad para dejar legado en forma de nuevos sectores productivos. Un legado que se ve reforzado con la atracción de organizaciones internacionales como el World Ocean Council (WOC) y la Cumbre de Océanos Sostenibles (SOS), que han sido algunos de los resultados de este trabajo compartido.

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A su vez hay una gran transformación en marcha en el Port Olímpic de Barcelona, que se está recuperando para la ciudadanía, con una nueva propuesta gastronómica, para la práctica deportiva, la náutica y donde tendremos uno de los primeros 'hubs' de economía azul para que las empresas del sector encuentren su espacio para crecer y donde se pueda complementar la oferta formativa y relacionarse con el conjunto del ecosistema en un espacio emblemático de la ciudad. En este sentido, Barcelona Activa ha lanzado también un proyecto de emprendimiento para acompañar a diferentes empresas emergentes del sector y proyectos empresariales que se llevan a cabo en Barcelona con el apoyo de empresas e instituciones de la ciudad, y ha puesto en marcha cápsulas de formación ocupacional para los nuevos empleos azules que nacerán.

La Barcelona azul será uno de los vectores de transformación de la ciudad del futuro

El horizonte es que Barcelona sea punta de lanza de la sostenibilidad y la innovación en clave marítima, abriendo la puerta a futuros profesionales y talentos emergentes, y dando cabida a sectores tan diversos como los que reúne a la economía azul. Una apuesta que nos sitúa al frente del combate global contra el cambio climático, haciendo de la transición ecológica una oportunidad para generar nuevos puestos de trabajo, liderar la innovación y no dejar a nadie atrás. Esta es la forma de trabajar que tiene Barcelona, fijando en clave local respuestas a grandes retos globales, haciéndolo de forma compartida y acompañando con recursos públicos los nuevos hitos de transformación de la ciudad. La Barcelona azul comienza siendo una realidad que está llamada a ser uno de los vectores de transformación de la ciudad del futuro.