Entender + las relaciones y la sexualidad

El verano y el semáforo sexo-afectivo

pareja en bicicleta

pareja en bicicleta / everton vila |unsplash

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Elena Crespi Asensio
Elena Crespi Asensio

Psicóloga especializada en sexualidad.

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No todo el mundo hace vacaciones en verano, soy consciente de ello. Pero parece que (con vacaciones o no) la actitud cambia un poco. ¿Te parece si hablo de actitud veraniega? La actitud veraniega tiene que ver con esas ganas de tomarse las cosas con un poco de calma y cuidar un poco el espacio fuera del trabajo.

Déjame hacer una aclaración, antes de seguir: digo todo esto porque parece que durante el año una de las cosas que tenemos en mente, principalmente, es el trabajo (y esto es fruto de la sociedad consumista y capitalista). Es por eso que debemos buscar pausas o actitudes que nos ayuden a desconectar un poco del entorno laboral pero, realmente, lo que necesitaríamos es un cambio en la forma en que entendemos las cosas, ¿no te parece? ¿Te imaginas una sociedad en la que, realmente, ponemos la vida en el centro? ¿Donde todo el mundo tenga todos los derechos garantizados? Sí, sé que cuesta imaginarla, pero es en una sociedad así donde podemos pensar en disfrutar de muchas más posibilidades y no solo estancarnos en el trabajo (quien lo tenga, por supuesto).

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Uno de los espacios que queda muy afectado por este entorno que pone en el centro el consumo en lugar de la vida es nuestra esfera sexo-afectiva. Y en verano, cuando algunas personas disponen de algo más de tiempo para descansar, nuestras relaciones pueden mejorar (aunque también existe el riesgo de que empeoren si no te entiendes con la otra persona). Déjame que hoy ponga el foco en aquellas relaciones que tienen posibilidades y ganas de estar mejor y quieren aprovechar esta actitud veraniega para dedicarse algo de tiempo.

Una vez, un amigo mío me dijo que una sociedad que pone recursos y deja espacio a la cultura es una sociedad rica (y no estoy hablando de dinero). Yo añado que una sociedad que pone en el centro nuestras relaciones y, entre ellas, nuestras relaciones sexo-afectivas, es también una sociedad rica. Y, ahora mismo, esto no está ocurriendo. Déjame hacerte unas cuantas preguntas para que puedas valorar cómo están tu relación de pareja o tus vínculos:

• ¿Tienes tiempo de calidad para dedicarlo a la persona con quien te relacionas sexo-afectivamente?

• ¿Tienes tiempo de calidad para dedicártelo a ti?

• Si pudieras, ¿qué te gustaría hacer para gozar más de tu sexualidad compartida? ¿Y de la individual?

Piensa que cuando hablo de sexualidad no estoy hablando, exclusivamente, de relaciones sexuales, y mucho menos, de cantidades. Estoy hablando de cuidar la salud sexual. Y hablo, también, de afecto, porque hay quien siente atracción sexual, romántica, intelectual y no siempre existe excitación sexual.

Ahora que tenemos presente todo lo que he explicado hasta ahora, me gustaría que te preguntaras si la época del verano o de las vacaciones (si tienes) es un periodo que te permita cuidar más de tus vínculos y/o de tu pareja. ¿Y sientes que la otra u otras personas te cuidan a ti?

Quiero hacerte una propuesta para que te dediques a tomar conciencia de los cuidados sexo-afectivos que puedes tener con la pareja o con tus vínculos. Antes, déjame ponerte en situación:

• Plantéate si estás a gusto compartiendo tu sexo-afectividad con quien lo estés haciendo. ¿Estás bien? ¿Te gusta?

• ¿Te apetece dedicar un espacio de conciencia a cuidaros?

• ¿Tenéis una buena conexión y comunicación?

Si has respondido que sí a las tres preguntas, ¡adelante!

Quiero presentarte el juego del semáforo para hacer en pareja durante este verano. Es un juego que puedes aplicar en muchas áreas de tu vida, pero hoy te propondré que le des un toque afectivo y/o sexual. ¡Vamos!

1. Piensa en aquellas cosas que no te apetecería hacer con tu pareja o vínculos. Son esas cosas que, por los motivos que sea, no te gustan y no quieres hacer. Haz una lista. Estas configurarán la parte roja de este semáforo: lo que, ahora mismo, no quieres hacer.

2. Ahora piensa en aquellas cosas que sí sabes que te apetece hacer y que tienes ganas de compartir con tu pareja o vínculos. Lo que sí te gusta y estás deseando que pase. Haz una lista. Estas configurarán la parte verde de este semáforo: lo que, ahora mismo, te apetece hacer.

3. Y, finalmente, haz una lista con aquellas cosas que quizá te apetece hacer pero ahora mismo no lo tienes muy claro, no estás segura. Estas configurarán la parte naranja de este semáforo: las cosas que, ahora mismo, no tienes muy claro si te apetece pero tampoco las descartas del todo.

Recuerda que no estamos hablando solo de cosas de cariz sexual, también pueden ser intelectuales o cariñosas. Todo depende de cómo funciones tú y cómo funciones con tus vínculos.

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Ahora que ya tienes tus listas (y las personas con las que compartes esta propuesta, también), podéis comprobar qué cosas ha escrito cada una, mirar si coincidís en algunos de los puntos de vuestras listas verdes y decidir qué os apetece empezar a hacer primero. Piensa que alguna de las cosas que la otra u otras personas hayan escrito pueden darte ideas para ampliar tus listas.

Este es un pequeño juego que os puede dar grandes conversaciones y os ayudará a conocer muchos aspectos de vosotros y de los otros que quizá no sabíais… ¿Os apetece dedicarle unos minutos?