La queja de un lector: "Apretados como anchoas" en los ascensores del Metro

Asensio es vecino de El Carmel desde hace casi seis años y coge habitualmente el transporte público para ir a trabajar. “Entre las siete y las ocho y media se acumula mucha gente, y te puedes tirar unos 10 minutos esperando para bajar al andén”, asegura este trabajador de la construcción, de 39 años, muy molesto con el servicio de TMB. “Realmente es un escándalo, no puede ser que se apiñen unas 12 personas en un ascensor en el que deberían ir como mucho seis personas”, asegura vía telefónica a este diario. Fuentes de TMB, por su parte, explican a este diario que los ascensores de esa parada tienen capacidad para 17 personas cada uno. Así, “en cada ciclo, pueden transportar 51 personas al mismo tiempo”, precisan las mismas fuentes.

El lector echa de menos más personal de TMB para organizar al gentío en esta estación de la Línea 5. Como mucho, asegura, alguna vez se encuentra a personal de la compañía y agentes de seguridad revisando los billetes en el andén. Se trata de un problema de comodidad, pues nadie quiere subirse a un ascensor para estar “apretados como anchoas”, dice, pero fundamentalmente de seguridad. Los números que maneja TMB presentan una realidad muy distinta. Según la compañía, la estación registra, como el conjunto de la red, ”un 30% menos de pasaje del que era habitual antes de la crisis sanitaria”. Actualmente, se registran entre 800 y 900 validaciones los días laborables entre las 7 y las 9, un flujo repartido entre los dos vestíbulos y “absorbido sin dificultades” por los ascensores y las rampas y escaleras mecánicas, subraya TMB.

Escaleras de emergencia

La estación de El Carmel, una vieja reivindicación de los vecinos del Carmel desde los años ochenta y de triste recuerdo por un hundimiento durante las obras que afectó a más de 1200 personas, es relativamente moderna. Entró en servicio en 2010, cuenta con andenes amplios y es totalmente accesible. Fuentes de la compañía explican que en el vestíbulo Llobregós el trayecto entre andenes y vestíbulo se realiza con ascensores por su mayor profundidad (unos 30 metros). La salida a la plaza de Pastrana, en cambio, se puede realizar mediante una serie de escaleras y rampas mecánicas. 

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Una posible alternativa a los ascensores en una de las dos salidas, la que da a la calle de Llobregós y posiblemente la más concurrida por su proximidad al Mercado Municipal, son unas escaleras que “están siempre cerradas”, protesta en su misiva el lector. “¿Está TMB esperando a que haya un accidente o un incendio para abrirlas?”, se pregunta en su carta, en la que también recuerda que “seguimos en pandemia” y que las autoridades deberían facilitar que las personas mantengan cierta distancia. Respecto a las escaleras cuyas puertas están siempre cerradas, la empresa es clara: son escaleras de emergencia, pensadas para situaciones como un corte de corriente o una evacuación por incidencia. “No son para un uso ordinario”, subrayan. Y en relación a las averías en los ascensores, TMB ha revisado las incidencias en los últimos días y aseguran que únicamente se ha registrado una dentro de la hora punta de la mañana. Fue el pasado 24 de enero a las 7.43 y el motivo fue una filtración. “En caso de avería o revisión preventiva, como la que tuvo lugar el pasado 11 en horas valle, funcionan dos de los tres ascensores y eso disminuye la capacidad de transporte pero continúa siendo superior a la máxima afluencia registrada en la suma de los dos vestíbulos: 1.020 personas por hora”, aseguran. 

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