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¿Por qué rompieron Willie Colón y Rubén Blades?

El neoyorquino y el panameño, dos de los más grandes salseros de la historia, llevan casi dos décadas sin hablarse ni pisar un escenario juntos después de una disputa por dinero tras un concierto en Puerto Rico. De los entresijos de la trifulca es imposible hablar sin recordar que fue de su sociedad musical que brotó una de las cumbres del género: ‘Siembra’.

Rubén Blades (izquierda) y Willie Colón.

Rubén Blades (izquierda) y Willie Colón.

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Nadie en el mundo de la salsa discutirá la afirmación de que Willie Colón y Rubén Blades son dos leyendas vivas del género. Dos colosos. Nadie discutirá que han compuesto e interpretado canciones imperecederas, temas que se siguen cantando y bailando medio siglo después y que seguramente seguirán vigentes de aquí a otros 50 años. Por separado, pero también juntos. El fruto máximo de su asociación, como saben todos los salseros, fue ‘Siembra’, el álbum lanzado en 1978 que sigue siendo el más vendido de Fania y que hoy es considerado un clásico. ‘Pedro Navaja’ formaba parte de aquel álbum, pero también canciones imborrables como ‘Plástico’ o ‘Buscando guayaba’. Por eso resulta tan desalentador que no se hablen. Porque no se hablan. Lo máximo que han hecho en los últimos 20 años es mandarse mensajes, y no muy agradables.

Una obra cumbre

“Si bien Colón como ‘partner’ es más ponderado en calidad de compañero de Héctor Lavoe, es un hecho que para Fania Records funcionaba muy bien tenerlo de cabeza de orquestas que acompañaban a otros cantantes”, explica Jaime Andrés Monsalve, jefe Musical de la Radio Nacional de Colombia. “Colón se acoplaba muy bien a este tipo de colaboraciones, y hay que decir que de su unión con Rubén Blades surgieron trabajos discográficos que tuvieron una importancia capital, entre ellos, claro está, ‘Siembra’, que sin duda está entre los cinco discos más importantes de la historia de la salsa, incluso puede que sea el más importante. El caso es que marcó un antes y un después. No en vano es considerado el ‘Sgt. Pepper’s’ de la salsa”.

Historias cotidianas

“Colón y Blades eran una catarata de ideas, el uno a nivel de producción y musicalidad y el otro a nivel creativo –dice José Arteaga, editor de Radio Gladys Palmera–. Su asociación se basaba en una necesidad instintiva: ‘Este tiene lo que yo no tengo’”. Según Arteaga, ‘Siembra’ fue el punto de llegada de algo que Blades llevaba tiempo maquinando y ya había puesto en práctica en el primer álbum conjunto, ‘Metiendo mano’, “que era narrar historias cotidianas”. “Y es algo que solo podía sacar adelante en colaboración con Willie Colón. Era muy bonito lo que Blades escribía, pero sin un productor detrás de la estatura de Colón no habría funcionado igual. Fue el arte del neoyorquino para la orquestación, sus arreglos, su olfato para adecuar todo a lo que necesitaba la industria musical en ese momento lo que facilitó el éxito”.

Una estafa y una demanda

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El disco –el primero de salsa con contenido social, un trabajo impregnado de más “sentir latinoamericano”, dice Monsalve, que cualquiera que le hubiera precedido– fue un éxito sin precedentes y lo fue en toda Latinoamérica, no solo en el mercado de los latinos de Nueva York que hasta entonces había sido el coto de Fania. Un hito, el ‘Sgt. Pepper’s’ de la salsa. De modo que cuando se cumplieron 25 años de su salida al mercado, Blades consideró que la efeméride debía ser celebrada. ¿Cómo? Con un concierto. ‘Siembra 25 años después’ tuvo lugar en mayo del 2003 en el estadio Hiram Bithorn de Puerto Rico, y más que nada es recordado porque fue la última vez que tocaron juntos. Después de aquella noche, Colón demandó a Blades por incumplimiento de contrato. “Pese a que estaba claro el dolo por parte de los empresarios, por alguna razón Colón decidió que Blades, que había promovido el reencuentro, era el directo responsable de la estafa y lo demandó”, explica Monsalve. “Varios años después decidió levantar los cargos, pero el daño estaba hecho”. Si la literatura de la región tuvo su trifulca de referencia en el puñetazo famoso de Vargas Llosa a García Márquez en el Palacio de Bellas Artes de México, la salsa tuvo la suya, y la sigue teniendo, en la vulgar pelea por dinero que separó indefinidamente a dos de sus más estelares vates.

El gusanito

“La cosa venía de atrás”, dice Arteaga. “Ambos tenían su forma de negociar y su forma de moverse en el mundo de la música, sus intereses particulares eran distintos, y al final se habían distanciado. Fue por la presión del público que volvieron a grabar juntos en los 90 (‘Tras la tormenta’), pero en lugar de acercar posturas terminaron alejándose todavía más”. Después del concierto en el Hiram Bithorn, los dos titanes de la salsa se han relacionado a través de declaraciones públicas en las no se vislumbra un reencuentro. “Pero a diferencia de Colón, Blades sigue teniendo palabras cálidas para su antiguo amigo, al menos de reconocimiento al trabajo que hicieron juntos", dice Monsalve. "Colón en general prefiere no tocar el tema”. “No, no han querido hacer mucha sangre”, dice Arteaga. “Ha sido más cosa de los medios. Pero a los demás nos quedó el gusanito de saber qué habría sido de la salsa si estos dos hubieran seguido juntos y contentos”. Quién sabe. Igual hubieran tocado otra cima. Algo tan alto como ‘Siembra’.