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Víctor Martínez: "Me niego a servir chocos en un 'tupper' de plástico"

El propietario de la histórica Cervecería Robert II cierra temporalmente porque no le salen "las cuentas" y avisa de que como máximo aguantará "dos meses"

Víctor Martínez, en la puerta de su local badaloní.

Víctor Martínez, en la puerta de su local badaloní.

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Anna Rocasalva

La Cervecería Robert II es toda una institución en el barrio de Bufalà de Badalona. Se trata de una empresa familiar que lleva más de 40 años en funcionamiento. La llave de su éxito, explica el propietario Víctor Martínez, es la variada carta de cervezas y las tapas caseras, entre las que destacan la ternera a la asturiana, los callos o la ‘gambita’ blanca de Huelva. Pero su plato estrella es el jamón de jabugo, tallado fino, y de gran calidad. Las últimas restricciones impuestas por la Generalitat han hecho que el bar bajara la persiana y ahora su futuro pende de un hilo.

Ustedes han decidido cerrar. 

Estamos cerrados porque no nos sale rentable. A nosotros lo que nos da vida es la terraza. Antes teníamos 18 mesas que tuvimos que reducir a la mitad. Sin ellas ya no tiene sentido abrir.

¿No se ha planteado el ‘take away’? 

Algunas veces hemos hecho comida para llevar, pero a la que metes unas bravas o unos chocos en un ‘tupper’ de plástico ya no sabe igual. Me niego a comprometer la calidad de nuestras tapas, que son todas caseras. Algunas incluso las seguía haciendo mi propia madre. Y servir bebida para llevar tampoco tiene sentido porque en esta calle la competencia ya lo está haciendo y no vale la pena competir por cuatro cafés.

Entonces, ¿hará un erte? 

Me veo en esa obligación. Durante el estado de alarma ya tuve que solicitar un erte y ahora vamos a por el segundo. Tendré que volver a pagar pero, al menos, la Seguridad Social de mis trabajadores la asume el Estado durante lo que dure el cierre. 

¿Ha tenido que despedir a trabajadores? 

Ahora tengo cuatro trabajadores cuando habíamos llegado a ser nueve. La reducción la hemos vivido de forma dramática porque aquí somos todos como una gran familia, e incluyo aquí los clientes, también. Como la canción ‘El calor del amor en un bar’, de Gabinete Caligari.

¿Qué le pide a la Administración? 

Yo ya no pido nada, la verdad. El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, anunció hace poco unas ayudas para los autónomos de la ciudad, pero ni siquiera se han puesto en marcha. Antes de la pandemia había pedido unos permisos para ampliar el bar con parte del almacén, y que ahora se me han concedido, pero he tenido que aplazar las obras porque pagarlas es inasumible en esta situación.

¿Antes del cierre había reducido la jornada laboral o la compra de productos? 

Habíamos reducido un poco la jornada porque algunos de nuestros clientes también habían dejado de venir al sufrir ertes en su trabajo. La carta, sin embargo, siempre ha sido la misma. En cuanto a los productos, a diferencia de otros años, ahora hemos ido mucho más al día. No se puede tirar género. Si antes hacíamos 5 kilos de pulpitos en salsa, ahora hacemos 2 kilos.

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¿Cuánto calcula que podrá aguantar así? 

No lo sé. Un mes y medio o dos. Como máximo.