Gente corriente

Santi Rius: "Yo no soy historiador ni archivero, recojo recuerdos"

El cofundador de la asociación Llibre de la Vida sobre la memoria de la gente corriente comparte sus recuerdos del día que fue a conocer a Steve Jobs en patinete.

Santi Rius, en lo alto de la Torre del Palau, símbolo de Terrassa.

Santi Rius, en lo alto de la Torre del Palau, símbolo de Terrassa. / CRISTÓBAL CASTRO

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Todos los ciudadanos, sea cual sea su relevancia social, deberían disfrutar del derecho a preservar sus recuerdos para el conocimiento de generaciones futuras. Este es uno de los principios de la asociación El Llibre de la Vida, de la que Santi Rius (Terrassa, 1957) es cofundador y secretario. Emprendedor extremadamente curioso y tecnófilo, comparte sus recuerdos del día que conoció a Steve Jobs.

Los recuerdos no tienen por qué referirse a hechos reales.

Tenía 4 años cuando hubo las riadas de Terrassa y recuerdo haber visto una muñeca llena de barro. ¿Pero realmente la vi? No lo sé. Quizá vi una fotografía en una revista o alguien me lo contó.

Las emociones impulsan los recuerdos.

Re-cordar significa volver a pasar por el corazón (cordis en latín significa corazón), es decir, por las emociones. Yo no soy historiador ni archivero, recojo recuerdos. Los recuerdos pueden servir a los historiadores para tirar del hilo y llegar a hechos reales, pero para mí el verdadero valor del recuerdo es la emoción que sientes cuando lo explicas o te lo explican.

La asociación El llibre de la Vida nació para contribuir a conservarlos.

Intentamos que las personas guarden sus recuerdos, si no pueden escribirlos por sí mismas que los cuenten a un nieto que lo pueda pasar a un ordenador. Organizamos talleres, hemos publicado dos libritos con recuerdos de vecinos de barrios de Terrassa y tenemos previsto hacerlo en otras poblaciones porque es una asociación de ámbito catalán.

Usted ya tenía una fijación con los recuerdos mucho antes. En 2007 creó el blog Records de Terrassa.

Mi abuelo contaba muchas historias sobre su vida y me encantaba escucharle. Cuando murió lamenté mucho no haberlas recogido. Por otro lado, siempre he estado muy puesto en tecnología y eso me ha permitido conocer a gente como Steve Jobs, Bill Gates, Paul Allen…

¡Caray!

El primer CD-ROM multimedia de España lo hice yo sobre el zoo de Barcelona y después hice otro sobre Terrassa en el que se incluyeron muchos recuerdos y fotografías. Años después volqué todo aquello en el blog Records de Terrassa y la gente empezó a entrar, a enviar sus recuerdos y a pedir más.

No puede irse sin compartir algún recuerdo del día que conoció a Steve Jobs.

A principios de los años 90 yo era el distribuidor en España del programa de diseño gráfico Corel Draw. En una revista americana leí que una empresa de California llamada Pixar ofrecía un producto de renderización de imágenes en 3D. ¡Aquello era tecnología punta!

Y fue a visitarles a California.

Yo no sabía que el director general era Steve Jobs, que había sido despedido de Apple. Me presenté en Silicon Valley vestido con traje y corbata y la recepcionista me dijo que cogiera un patinete para ir hasta la sala donde tenía la reunión. Jobs mostró mucho interés porque alguien hubiera cruzado el Atlántico para conocer su pequeña empresa, que más tarde haría películas como Toy Story. Mantuvimos el contacto un tiempo, hasta que volvió a Apple.  

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¿Usted ya ha puesto por escrito sus recuerdos?

No, siempre pienso que hay cosas más importantes y que ya tendré tiempo de hacerlo. Acabo de escribir un libro para niños sobre la importancia de los recuerdos y cuando lo haya presentado me centraré en otra cosa. Necesito tener continuamente ilusiones y retos que me motiven.