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Marta Colomer: «Se les ilumina la cara al ver el Camp Nou»

En sus pausas como investigadora del SIDA para IrsiCaixa lleva a niños hospitalizados de visita virtual al Camp Nou

La investigadora del IrsiCaixa, Marta Colomer, en el hospital Germans Tries i Pujol de Badalona.

La investigadora del IrsiCaixa, Marta Colomer, en el hospital Germans Tries i Pujol de Badalona. / FERRAN NADEU

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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¿Y si en sus largas horas de recuperación, los pacientes ingresados en hospitales de todo el mundo pudieran entrar virtualmente a visitar museos o galerías de arte? En Catalunya hay seis hospitales donde eso sucede cada semana. Niños y niñas en tratamiento oncológico entran en el Museu del Barça y el Camp Nou activando ellos mismos el control remoto de un robot que los pasea por las instalaciones del club. Las fundaciones del Barça y de Eric Abidal han creado este proyecto, de nombre Robot Pol, como espacio de evasión para largas estancias en el hospital. Es parte del Programa Benestar emocional Pediàtric de la Fundació Barça de la que es socia y voluntaria Marta Colomer. Ella acompaña la visita virtual desde Can Ruti, donde trabaja como investigadora del IrsiCaixa.

Llévenos de visita imaginaria a esa experiencia virtual que conduce en Can Ruti.

Yo la hago los miércoles, cada quince días. A las once de la mañana empezamos. Subimos dos voluntarios de la Fundació Barça a la séptima planta del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona. Allí, en pediatría, hay un niño o niña que nos espera. Lo solemos hacer con mayores de ocho años, que aprecian mejor toda la experiencia. En el Museu del Barça hay otros voluntarios con el robot, Pol. Y nos conectamos vía PC.

¿El niño o la niña comanda la visita?

Sí, ellos dirigen al robot por el museo y por el Camp Nou y amplían la imagen que quieren. Se nota que ya están acostumbrados a la tecnología, porque lo cogen a la primera.

¿Cómo reaccionan ante ese viaje tan atractivo para ellos sin moverse del hospital?

Se emocionan muchísimo. Cuando el robot sale fuera del museo, se les ilumina la cara al ver el Camp Nou. Par mí, ver a una criatura tan feliz como los ves a ellos con esta simple actividad no tiene precio. Una actividad tan sencilla les cambia su rutina, es una hora de desconexión en la que toman perspectiva de su larga estancia en el hospital. Y gracias a la Fundació Enriqueta Villavecchia también pueden vivir esta experiencia pacientes domiciliarios.

¿Una vez en el museo, qué les atrae más?

Para los niños, el atractivo principal es la zona de Messi, sus botas y balones de oro son un clásico, como todas las copas de fútbol del Barça. Las niñas se detienen más en la sección de fútbol femenino del club. Es una pena que no se haga tanta promoción del fútbol femenino. Estaría bien que se retransmitieran algunos partidos.

En el deporte, como en la investigación, su ámbito laboral, la visibilidad y promoción de las mujeres es asignatura pendiente.

Ya somos muchas las investigadoras, pero a medida que asciendes en la escala profesional, se reducen las posiciones femeninas. Pasa en Ciencia y en muchos otros sectores. Afortunadamente existen políticas para la igualdad de género que, de haber una igualdad plena, no harían falta.

Al menos, este año el éxito del primer equipo de fútbol femenino del Barça ha tenido su tiempo en los medios, mientras que con el masculino se practica la resiliencia.

Sí, como culé, hija, nieta y bisnieta de culés, y socia han sido duras estas semanas. En casa los carnés pasan de una generación a otra. La abuela de mi padre, Francesca Vergés, que nació en Figueres el año 1900, fue una mujer con muchas inquietudes, muy comprometida y avanzada a su tiempo. Iba a ver los partidos del Barça al antiguo campo de Les Corts. Como socia, recibo la información de las actividades de la Fundació Barça y siempre había querido hacer algún voluntariado, una oportunidad para aportar mi grano de arena en beneficio de los otros.

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