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Vania Meloni: "En su sencillez he visto la belleza de las personas"

Salió a buscar todo lo que su infancia feliz le permitió soñar. Y ha llenado de nubes con mensaje una tienda en Barcelona

vania meloni

vania meloni / ALBERT BERTRAN

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Vania Meloni nació en 1978, en Jesi, una pequeña ciudad en la pantorrilla de esa bota de Italia (centro-este). Pero se crió a una decena de kilómetros de allí, en el pueblo de Moie, donde esta hija única de una pareja de campesinos creció inventando sus juguetes con todo lo que inspiraba su invención en la granja de sus padres. De la sencillez, su fantasía hizo una infancia creativa de caminos cortos hacia sueños realizables. Así aprendió que la magia está dentro de cada uno. Con plastilina y pinturas creaba el mundo que soñaba y en su cuaderno de ideas hacía descansar otros sueños, desde aquella vida humilde, paciente y afanada, como en toda vida de campo, con la vista en las nubes. En el número 16 de la calle del Portal Nou de Barcelona las nubes de Vania hablan.

Ha bautizado su espacio con el nombre Be Your Magic. ¿A qué nos apela con ello?

Quiero alentar a la gente a tomar decisiones, a atreverse, a ser espontánea expresando y poniéndose en camino de cuanto desean. Vivimos entre un bombardeo de miedos. Son pocos los que te dicen que eres valiente. No se puede romper el sueño del otro por miedo a que el tuyo se rompa. Toda persona es cocreadora del sueño de otra. Podemos influir tanto en las personas, con solo un gesto, en un momento puedes cambiar la vida de alguien para bien o para mal. Estamos conectados, somos parte de un mecanismo. Cada uno aporta un pequeño grano.

Y las nubes, ¿qué tienen que ver con ello?

La nube es un símbolo de libertad y una forma de expresión que invita a fantasear a imaginar y soñar. A mí me hicieron volar.

¿Adónde voló?

Viajé por los cinco continentes, en autobuses, a pie, con medios de transporte locales. Sola. Mis padres no sabían frenarme. Yo trabajaba para ahorrar y poder viajar. Cuando habíamos ido de vacaciones, había sentido la libertad y la bienvenida cálida de la gente. Cada uno nace con una necesidad. Y la mía era saber qué había más allá de los campos que rodeaban nuestra granja, aquel mundo tan pequeño en el que crecí y del que me enorgullezco porque me inculcó la fuerza de lo simple.

¿Cuánto tiempo estuvo viajando?

Tres años, con dos viajes de vuelta entre ellos, a Barcelona. Esto era mi campamento base, venía a recargar mis baterías.

¿Qué es lo que más aprecia de todo lo que vio, vivió y aprendió viajando?

Lo mejor que vi es que hay mucha gente buena que quiere hacer el bien. En su sencillez he visto la belleza de las personas, desde la de un campesino hasta la de un superlicenciado. Y en esa simplicidad están mis mayores lecciones. También aprendí que para todos, ricos y pobres, los sueños significan lo mismo, el sueño es la maravilla de querer mejorar. El ser humano necesita progresar.

Es ideal hacerlo siguiendo un sueño. ¿Cómo nació su proyecto Be Your Magic?

A los 29 años, cuando regresé de mis viajes, me instalé en el barrio de Sant Pere. Solía sentarme en el balcón de casa para dibujar. Delante había una colchonería que llevaba una pareja mayor. Imaginaba que cuando se jubilasen, podría llenar aquel local de nubes, nubes de cojín que yo coso, nubes con mensajes. Me gustaría llenar la ciudad de mensajes positivos y exponer y vender creaciones de artesanos, la artesanía es el valor de lo auténtico, el regreso a lo original. Debemos protegerlo. Y no fue en la colchonería pero sí lo he hecho en el barrio.

Bajo las nubes y entre originales artículos de regalo artesanales, un libro.

'Humo azabache'. Son las vidas simples que conocí en mi viaje. Ha sido un reto personal escribirlo en castellano, compartir lo que aprendí. Siento orgullo de mis raíces campesinas, pero si me hubiera anclado en ellas no hubiera despegado.

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