Gente corriente

«El peregrino va en busca de sus mejores cualidades»

Peregrino del año. Andrés Martínez, vecino de Martorell, en el 2016 recorrió todos los caminos compostelanos. En total, 6.000 kilómetros a pie

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«El peregrino va en busca de sus mejores cualidades»_MEDIA_2 / PAU MARTÍ

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Al oído acostumbrado al ritmo trepidante de la ciudad le cuesta unos minutos adaptarse a su habla de lenta cadencia. Junto al cauce desnutrido del río Anoia a su paso por Martorell, Andrés Martínez Reche describe su pasión de caminante, que le ha llevado a recorrer todos los caminos compostelanos -unos 6.000 kilómetros- en un año. Ni las tórridas temperaturas en verano, ni las heladas en invierno, ni las cumbres más altas han doblegado su espíritu de peregrino.

-Hace un día muy bonito. ¿Qué le parece si nos sentamos a hablar junto al río? Bien, aunque todos los días son bonitos.

-¿Siempre ha tenido esta actitud positiva o la ha adquirido a fuerza de caminar? Siempre he sido optimista. Quizá no podemos cambiar nuestras vidas, pero podemos empezar un nuevo día cada mañana.

-Usted nació en Chirivel (Almería) y a los 4 años le trajeron a Martorell. Entonces aquí no había nada. Todo esto era una alameda y de niños veníamos a hacer cabañas y a jugar a guerrillas con arcos y lanzas hechos con cañas. Nos bañábamos en el río y los más atrevidos subíamos a la montaña con una manta y dormíamos en el castillo de Rocafort, en el de Sant Jaume o en la torreta de Sant Genís.

-Usted era de los atrevidos, claro. La naturaleza es lo mío. Yo siempre he querido viajar. A los 8 años ya iba con mis padres y mis hermanos a vendimiar a Francia y a los 14 crucé la frontera y me fui solo a pedir trabajo a las masías del campo francés. Más tarde trabajé en Suiza y tenía un contrato para irme a Australia, pero tuve que volver a España para hacer la mili. Poco antes de acabarla conocí a mi mujer, nos enamoramos y nos instalamos en Martorell.

-Trabajó 34 años en una fundición de acero. ¿Cómo lo soportó su espíritu viajero? No me volví loco, pero casi. Cuando había problemas y los mejores ingenieros no sabían resolverlos, siempre acudían a mí. Hice muchos inventos y reformas para mejorar la fábrica sin que nadie me explicara cómo, simplemente pensando. Pero a los 55 años me jubilaron por desgaste mental. Se me bloqueó el cerebro, ya no podía pensar, no sabía dónde estaba ni lo que hacía.

-Sigue siendo una persona muy inquieta. Buscando el porqué de las cosas he ido aprendiendo las cosas de la vida. ¿Ve esa planta de ahí? Pues hasta que no la investigo y lo sé todo de ella no paro. Empecé a estudiar a los 6 años y a los 62 sigo estudiando. Me hubiera gustado ser un sabio y tener, no una, sino 40 carreras para saber de todo y contribuir a una vida más justa, a aprovechar mejor los recursos del mundo y a ayudar a las personas a vivir mejor.

-Se define como un auténtico peregrino. El auténtico peregrino es una persona que va buscando sus mejores cualidades y la primera es la humildad, el no querer ser más que los demás. Hay gente que se toma el camino a la carrera y solo piensa en llegar, pero yo voy observándolo todo. Despacio se ven mejor las cosas.

-¿Cuándo vuelve a ponerse en camino? El lunes [por el pasado lunes] salgo de Roncesvalles hacia Finisterre. Luego haré otro camino y en junio saldré de Roma hacia Santiago cruzando los Alpes, que son 3.200 kilómetros. A partir de ahora solo quiero hacer caminos de más de 3.000 kilómetros. Caminar con mi mochila y mi tienda de campaña, no necesito más.

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