INTERCONEXIONES ELÉCTRICAS

Una autopista verde para favorecer las energías limpias en Europa

Red Eléctrica de España

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Pilar Enériz

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Europa y España han trazado una senda verde para lograr el objetivo de descarbonización de la economía y la sociedad en el año 2050. Esa vereda, con parada a mitad de camino, tiene varios hitos fundamentales para España en el año 2030. Concretamente, lograr un 21% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a 1990, alcanzar un 42% de renovables sobre el uso final de la energía y un 74% de la energía renovable en la generación eléctrica y, por último, conseguir un 39,6% de mejora de la eficiencia energética. Éstos son los objetivos fijados en el borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, que recientemente el Gobierno envió a Bruselas.

En este contexto, las interconexiones internacionales –un largo túnel energético que une eléctricamente a los países– son fundamentales para favorecer la integración de energías limpias, además de permitir incrementar la garantía de suministro y reducir los precios de la electricidad en el país importador.

Santiago Marín, director de Desarrollo de Sistema en Red Eléctrica de España, resume las ventajas de las interconexiones eléctricas internacionales: “Por un lado, contribuyen a la seguridad del suministro, especialmente en situaciones de emergencia; también ofrecen estabilidad en la regulación de la frecuencia; un mayor aprovechamiento de las energías renovables y la reducción de costes para el consumidor”. Por las características geográficas de España, según Marín, “tienen también esta categoría los intercambios eléctricos a través de cables con el archipiélago balear”.

En la actualidad, el sistema eléctrico español está interconectado con el portugués (configurando el sistema eléctrico ibérico), con el del norte de África, a través de Marruecos, y con el sistema eléctrico centroeuropeo, a través de la frontera con Francia por Cataluña.

Esta última interconexión, el enlace Baixas-Santa Llogaia, ha permitido reducir el diferencial de precios en el mercado mayorista entre Francia y España hasta un 45% y ha producido un beneficio para el sistema español en el entorno de los 130 millones de euros/año en concepto de reducción del precio marginal del mercado y de las rentas de congestión. En el caso de Marruecos, y cuando se ponga en funcionamiento el tercer cable con el país alaouita, la interconexión podría producir ingresos adicionales para el sistema de alrededor de 140 millones de euros.

Integración

Atendiendo al escenario energético de futuro que se está dibujando en Europa y dados los beneficios de este tipo de conexiones, se han convertido en las protagonistas de la transición energética. En opinión de Marín “el despliegue de nuevas interconexiones es necesario para alcanzar el objetivo vinculante de energías renovables del 35 % para el 2030 fijado por la Unión Europea” puesto que, como se reconoce desde la autoridad comunitaria, una mayor interconectividad entre países miembros permite una mayor integración de la generación renovable en otros sistemas.

Más allá de las importantes cifras comerciales que baraja la interconexión, y de los beneficios para el consumidor –reducción de precios energéticos–, detrás de la interconexión subyace también, en opinión de Marín, la “pretensión de una mayor integración europea para garantizar la constitución del mercado único de la energía y para aumentar la cooperación entre países”.

Según datos de Red Eléctrica de España, lamentablemente la península Ibérica tiene un grado de interconexión con el sistema europeo inferior al del resto de países de la UE, lo que le impide acceder en igualdad de condiciones a los beneficios.

Nuestro país tiene uno de los niveles de interconexión más bajos de la Unión Europea. “Reforzar la unión con el sistema europeo, 10 veces superior al español, es, por tanto, la inversión más importante que debe realizarse en los próximos años" destaca el director de Desarrollo del Sistema de Red Eléctrica de España, Santigo Marín.

Objetivos

El ratio de interconexión en relación a la potencia de generación instalada en España no alcanza el 5%, mientras que el objetivo fijado en 2014 por la UE para los países miembros a 2030 es del 15%.

Considerando que el apoyo real a la península Ibérica puede venir tan solo desde Centroeuropa a través de la frontera con Francia, se están mejorando las redes y poniendo en marcha distintos proyectos de interconexión –una en el Golfo de Vizcaya y dos a través de los Pirineos occidentales (que en conjunto incrementarán un 8% la capacidad instalada) – para acercarse al objetivo europeo. Todas ellas cuentan con el apoyo de la UE tras superar el correspondiente análisis coste-beneficio.

Proyectos destacados

Entre los últimos proyectos de Red Eléctrica de España hay que destacar la interconexión eléctrica subterránea de España y Francia (enlace Baixas-Santa Llogaia) permite duplicar la capacidad de intercambio de electricidad entre ambos países (de 1.400 a 2.800 MW), lo que redunda en mayor seguridad y estabilidad en los dos sistemas eléctricos. La nueva línea tiene un trazado de 64,5 kilómetros y ha requerido una inversión total de 1.700 millones de euros, en los que ha colaborado la Unión Europea de manera significativa, aportando la mayor ayuda hasta el momento: 578 millones de euros.

El segundo gran proyecto es la  interconexión eléctrica submarina, de unos 370 km de longitud, que partirá del Golfo de Bizkaia hasta Cubnezais (en la región francesa de Aquitania) representa un desafío que permitirá aumentar la capacidad de intercambio de electricidad entre España y Francia hasta 5.000 MW, frente a los 2.800 MW actuales. Este proyecto se encuentra en fase de consultas y se prevé su puesta en servicio en el horizonte 2024-2025.