Consejos para negociar el precio de una vivienda

Es importante saber cómo evoluciona el mercado, ya que esto condicionará nuestra estrategia de negociación

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D. R. / Barcelona

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Una buena compra de vivienda comienza mucho antes de iniciar la búsqueda del piso o casa en cuestión. Antes de nada –recuerdan desde Habitaclia–, es importante conocer la situación del mercado inmobiliario, que depende mucho del contexto económico, del acceso al crédito y el marco legal. Cuando todos estos elementos se encuentran a favor, hay más operaciones de compraventa, se conceden más hipotecas y crecen los precios. Por el contrario, cuando algunos de estos factores no acompañan (hay crisis económica, precariedad laboral, dificultades de financiación o aumento de impuestos) cae la demanda y se moderan los precios. Por lo tanto, si hay poca demanda tendremos más capacidad de negociar el precio. Hay varias formas de conocer este contexto, desde informarse a través de las fuentes oficiales, hablando con expertos, leyendo sobre el tema, etcétera.

Seguidamente, deberíamos fijarnos un presupuesto (solo nosotros sabemos bien cuál es nuestra situación financiera y nuestras posibilidades). Este debe ser asumible, e incluir el precio de la vivienda, los gastos correspondientes (15% del precio de compra) y una parte para reformas y mobiliario (en caso necesario). Es tan importante no subestimar los gastos que habrá que afrontar como no inflar la financiación necesaria sin motivo alguno.

Y si se solicita una hipoteca, se deberá tener muy claro qué gasto mensual podremos asumir sin poner en riesgo nuestra economía personal o familiar. La recomendación general es que el importe de la cuota no supere el 30% de los ingresos mensuales.

Hablar con los bancos

En paralelo al presupuesto que nos hemos fijado, es importante contactar con diferentes entidades bancarias (no solo con nuestra entidad habitual), pedir todas las opciones de financiación posibles y las respectivas simulaciones para conocer qué cuota mensual nos tocaría pagar en cada caso.

Cuanto menor sea la duración del préstamo, mejor, porque pagaremos menos intereses aunque las cuotas sean más elevadas. Además, el banco nos ofrecerá bonificar las cuotas hipotecarias con la contratación de productos, pero hay que estudiar si nos compensa e interesa, y sobre todo sumar todo el coste mensual de las cuotas.

Una vez que tengamos claro nuestro presupuesto, ya podremos escoger la zona que nos interesa. Es fundamental estudiar muy bien el mercado en este lugar, porque no siempre coincide con el contexto general del mercado inmobiliario. Además, hay que estudiar los precios de las viviendas de son de nuestro agrado y averiguar si se están haciendo muchas o pocas operaciones en dicha área (cuanto menor sea la demanda, más poder tendremos a la hora de negociar).

La negociación

Cuando hayamos encontrado la casa que nos interesa, se recomienda controlar nuestras emociones, no tomar decisiones precipitadas, ni dejarnos presionar por nadie. Debemos ser pacientes y tomarnos nuestro tiempo para valorar el precio.

Cuando hagamos una oferta, debemos hacerla a la baja, para que aún quede recorrido de negociación hasta el precio final que estamos dispuestos a pagar. Además, desde Habitaclia recomiendan saltar algunas barreras psicológicas. Por ejemplo, si disponemos de presupuesto para comprar una vivienda de 190.000 euros, no debemos limitarnos a buscar por debajo de los 200.000 euros, porque algunos vendedores ponen su piso a la venta por 210.000 euros pero pueden estar dispuestos a venderlo por menos (en el mercado actual, muchos vendedores fijan un precio de venta un 20% superior al precio de mercado).

La actitud

En toda negociación, es fundamental transmitir respeto, seguridad y confianza a la otra parte. En este caso, ante la agencia inmobiliaria y el propietario/a. Una actitud positiva nos puede dar una ventaja respecto de otros compradores, mientras que una actitud negativa nos puede perjudicar.

Además, se recomienda usar nuestra creatividad para llevar la operación hasta buen puerto. Muchas negociaciones atascadas se desencallan gracias a una idea de una de las partes. Quizás has calculado invertir 190.000 euros en comprar una vivienda y 20.000 euros en reformas y mobiliario, y la parte vendedora no quiere bajar el precio de 200.000 euros. Entonces podemos ofrecerle el precio que pide a cambio de que realice reparaciones y nos deje electrodomésticos o mobiliario por valor de 10.000 euros.