Elecciones 23J

La estrategia de Sánchez fuerza a los partidos a tomar posiciones para allanar su investidura

La decisión de Sánchez de no dar detalles sobre los acuerdos está llevando a los partidos a pronunciarse sobre sus preferencias de gobernabilidad y hacer público su precio

El PSOE pone sobre la mesa de ERC y Junts la financiación y elude el referéndum o la amnistía

¿Quién será presidente?: pieza multimedia

Pedro Sánchez junto a la cúpula del PSOE en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez junto a la cúpula del PSOE en el Congreso de los Diputados. / EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una semana después de las elecciones del 23J, las negociaciones no han trascendido pero los mensajes de unos y otros sí van dibujando un camino. Alberto Núñez Feijóo continúa esperando el sí del Rey Felipe VI para presentarse a la investidura como el candidato más votado en las urnas, pero las opciones de alcanzar una mayoría parlamentaria se le escurren según avanza la estrategia de Pedro Sánchez. El dirigente socialista ha optado por aguantar el pulso y mantenerse en pie durante los últimos días, insistiendo en no reunirse con el PP y sin entrar en detalles sobre los pactos para articular una mayoría parlamentaria que le permitiera gobernar. Esta hoja de ruta del PSOE, consistente en bajar las revoluciones hasta ponerse al ralentí, está teniendo un efecto en la política española, provocando un movimiento de fichas entre sus potenciales socios, que sin intervención pública de Sánchez hasta ahora se están encomendando al dirigente socialista para evitar una repetición electoral, allanando de facto su posible investidura.

La idea de dejar reposar los resultados y que todos los partidos asimilen lo ocurrido fue la primera reacción del secretario general del PSOE tras el 23J. En el caso de Junts, los socialistas argumentaban que había que "darles tiempo para ayudarles a tomar decisiones". La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, ha vuelto a insistir este lunes en La Sexta en la idea de dejar avanzar los plazos y "dar tiempo suficiente a que los partidos políticos puedan digerir el resultado de las elecciones y puedan decantar cuál va a ser su actitud ante las posibles investiduras que se puedan abrir camino". Una manera, en definitiva, de hacer que caiga por su propio peso la posibilidad de un Gobierno del PP y evitar el desgaste que conllevaría el protagonismo en estas semanas. La dirigente socialista ha llamado a la discreción de las negociaciones, sin negar que se pudieran estar dando ya, pero más allá de este manto de silencio, Sánchez ya ha hecho un llamamiento al resto de grupos para traducir la "mayoría social" de las urnas en "mayoría parlamentaria" para atar apoyos de cara a la ronda de contactos con el Rey, que comenzará la semana posterior a la constitución de las Cortes el 17 de agosto.

Fuentes del PP insisten en que Sánchez "tiene por costumbre ocultar lo que está haciendo" y que no quiere que "trascienda lo que está acordando con Junts, Bildu y ERC". Públicamente, persisten también en su legitimidad para presentarse a la investidura y niegan que sea un mensaje al Rey para que apueste por el candidato popular, y no por Sánchez. "Si (Feijóo) decide ofrecerse al Rey, él no se va a oponer", pronostican, pero saben que las sumas no dan. En el partido se extiende la idea de que Sánchez "busca que Feijóo renuncie a someterse a la investidura" con la estrategia de "legitimar su gobierno". Asumen también que a los nacionalistas "no les interesa nada la repetición", así que auguran que Sánchez "puede ser investido sin grandes concesiones".

Mueven ficha

Y lo cierto es que las piezas se van moviendo estos días, y casi todos los partidos se han pronunciado ya, abriendo camino a una investidura de Sánchez. Entre los nacionalistas vascos pesa demasiado la cita autonómica con las urnas del próximo año y el PNV ha perdido votos frente a un EH Bildu al alza que puede disputarle el poder. Tras el portazo del PNV a Feijóo para no verse enredado en una negociación asociada a Vox, el presidente de la formación jeltazale, Andoni Ortuzar, ha apuntado este lunes en una entrevista en El País que a cambio de su apoyo, su partido pide a Sánchez un "acuerdo sobre el modelo territorial" y una propuesta que sirva para los "próximos 10, 20 años".

Por su parte, Otegi anunció el sí a Sánchez el mismo día de las elecciones y este fin de semana explicaba en el diario vasco Berria que su posición responde a la petición del "pueblo vasco" que ha rechazado el avance de PP y Vox. Pero está convencido, según prosigue la entrevista, de que en Cataluña los ciudadanos "han dicho algo parecido" y pide "responsabilidad" a las formaciones catalanas, un mensaje claro a los de Carles Puigdemont para que no se repitan elecciones.

Las formaciones independentistas catalanas tampoco han cerrado la puerta a apoyar una investidura de Sánchez, aunque poniéndole un precio. Junts es la principal duda, más aún después de que los resultados definitivos tras el recuento del voto exterior le obliguen a votar 'sí' en lugar de abstención. Este fin de semana Carles Puigdemont situaba el escenario: "O Junts vota que sí, o el PSOE acaba facilitando la investidura de Feijóo, o vamos a repetición de las elecciones", y exigía negociar "sin presiones".

Artur Mas pide transigir

Las últimas posiciones de Puigdemont se han suavizado notablemente estos últimos días, y distan mucho de las expresiones que empleó poco antes de las elecciones, cuando acusó a Sánchez de ser un "mentiroso y un incumplidor". "Pedro Sánchez no será primer ministro con los votos de Junts, no puede serlo, por muchas razones", señaló el 15 de julio en una entrevista en Ara, donde acusaba al líder socialista de incumplir sus compromisos: "Como ya lo ha hecho varias veces, ¿exactamente qué incentivo tenemos nosotros para hacer primer ministro a un mentiroso y un incumplidor?".

Una de las figuras ex convergentes que han llamado a modular las posiciones es el ex president Artur Mas, que ha pedido a Puigdemont que sea "más transigente" en las negociaciones de la investidura, puesto que una repetición electoral sería una "temeridad". En este sentido, el expresidente ha defendido una "estrategia conjunta de negociación" entre Junts y ERC -que para él no significa "ir juntos al 100 %"- que permita abordar "la solución del conflicto político entre Cataluña y el Estado Español". "Cuando tienes una posición decisiva en la política española, debes jugarla en favor de tu proyecto", ha considerado. 

En ERC también han llamado en las últimas horas a Junts a construir un frente común para negociar con Sánchez, tratando así de atraer a sus posiciones a los de Carles Puigdemont. La cúpula del partido republicano ha publicado este lunes una misiva firmada por el presidente de la Generalitat, Pere AragonèsOriol JunquerasMarta Rovira; y Gabriel Rufián, entre otros. En ella adviertten que "cuantos más seamos, más capacidad tendremos de negociar cosas". Los republicanos recuerdan que el PSOE "no tiene ninguna mayoría alternativa" y apuntan al peso que han adquirido los 14 diputados independentistas: "El PSOE debe ser consciente que si quiere gobernar su país, deberá respetar el nuestro".

Vox rebaja expectativas

Más allá de las fuerzas nacionalistas e independentistas sobre las que Sánchez busca construir su mayoría, tampoco hay entusiasmo alguno entre los posibles aliados de Alberto Núñez Feijóo, y ni siquiera Vox considera viable un Gobierno del PP con los números en la mano. El líder popular se reunió con Santiago Abascal a mediados de la semana pasada, pero el encuentro no parece haber acercado posiciones entre ambas fuerzas, a la vista de las durísimas acusaciones del partido de ultraderecha contra el PP, al que culpa de los insuficientes resultados electorales.

En las filas de Abascal consideran que la opción más plausible a día de hoy es una repetición de elecciones, y asumen ya que no hay posibilidades para un gobierno de Feijóo. El portavoz nacional de Vox, Jorge Buxadé, defendió que Sánchez tiene "cierta ventaja competitiva" a la hora de negociar alianzas, puesto que "tiene la capacidad de ceder en todo y vender a todos". Una circunstancia que lleva a los de Abascal a mostrar en privado su optimismo hacia una posible investidura de Alberto Núñez Feijóo. 

También UPN, uno de los principales aliados del PP; ha rebajado expectativas. El respaldo que le dieron inicialmente a Feijóo se ha ido enfriando. Este mismo lunes su presidente, Javier Esparza, ha enviado un mensaje de realismo a Génova y ha avanzado que el líder popular no presidirá el Gobierno: “Va a tener más votos en contra que a favor”, ha asegurado. “Esa es la realidad”. "No se puede estar engañando a la gente”, ha considerado, sobre la insistencia de Feijóo de presentarse a la investidura.

Coalición Canaria también se ha distanciado aún más del PP y ha variado su postura a favor de Sánchez. Si en un primer momento ya avanzó que no apoyaría ningún pacto que incluyera de "la extrema derecha a la extrema izquierda", en las últimas horas la posición parece haber cambiado ligeramente. El recuento del voto exterior ha revalorizado el apoyo canario, que si vota afirmativamente a Sánchez haría que sólo fuera necesaria la abstención de Junts. La diputada canaria Carmen Valido se ha pronunciado este lunes sobre el nuevo escenario, dejando una posición más abierta y próxima a una opción de izquierdas. “Con la ultraderecha mantenemos una distancia mucho mayor [que con Sumar]", ha considerado, antes de exigir una "relación bilateral con Canarias" a cambio de apoyar cualquier candidatura.