Los Comuns buscan mantener el vínculo con sindicatos y entidades tras vetar los presupuestos

"Es negativo que no haya presupuestos por algo que no estaba en los presupuestos", dijo el secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros. Y su homólogo de CCOO, Javier Pacheco, lamentó la "borrachera electoral" a la que se sometería el país. Eran los primeros estragos del adelanto electoral que se precipitó tras el 'no' de los Comuns a las cuentas de 2024 por el rechazo del president Pere Aragonès a hacer caer el macrocomplejo del Hard Rock pese a que no había ninguna partida en los presupuestos destinada a este proyecto. Si una cosa temía el partido de Jéssica Albiach era la incomprensión por parte de sindicatos y agentes sociales, con quienes intenta mantener y estrechar vínculos a las puertas de que arranque oficialmente la campaña.

Los Comuns votarán a favor de salvar 2.000 millones de los presupuestos vía decreto del Govern

Más allá de intensificar su agenda de reuniones en el último mes -este miércoles la candidata se reunió con las entidades del tercer sector y con CCOO- este viernes los Comuns votarán a favor de la modificación de crédito y el decreto del Govern que permitirá salvar unos 2.000 millones de euros de las cuentas fallidas de 2024 que permitirán mantener recursos adicionales para educación, sanidad y sequía. Es el principal gesto con el que pretenden demostrar que su pulso por el Hard Rock no era incompatible con garantizar que se mantuvieran las medidas pactadas por el Govern con sindicatos y entidades.

Tras ser señalados

Tras verse señalados en un primer momento como los responsables de que Catalunya se quedara sin presupuestos expansivos, Albiach sostiene que "el tiempo lo ha acabado poniendo todo en su sitio" y que ha quedado demostrado que fue ERC la que "priorizó" el adelanto electoral. Fuentes del partido aseguran que han hablado con los agentes sociales para explicar con detalle sus argumentos y tratar de solventar suspicacias. Las relaciones, aseguran, están normalizadas, además de haber lanzado propuestas en la precampaña que supone un guiño para estos sectores, como la implicación de la Generalitat en la reducción de la jornada laboral o un plan de choque contra la pobreza infantil.

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Sin embargo, este trayecto no ha sido fácil para los Comuns, a quienes les costó encajar en un primer momento las críticas desde dentro y desde fuera de la política a su 'no' a unas cuentas expansivas y el hecho de que el PSOE acusara a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, de "no controlar" a sus socios en Catalunya. Y es que la contienda del 12 de mayo puede tener una repercusión directa en la estabilidad de la legislatura española.

Romper la tendencia electoral de Sumar

La vicepresidenta no encajó con entusiasmo el adelanto electoral catalán viniendo del varapalo gallego y con la contienda en Euskadi en la agenda el próximo domingo, además de las europeas del 9 de junio en el horizonte. Sin embargo, el espacio necesita hacer de la necesidad virtud y los Comuns se han propuesto romper la tendencia a la baja de Sumar. Sus perspectivas en Catalunya, aseguran, donde parten de 8 diputados en el Parlament, son optimistas. Especialmente desde que Podem renunció a presentarse y, por tanto, a competir con Albiach y partiendo de la segunda posición que obtuvo el espacio en las pasadas generales.

La candidata catalana se ha pasado el último mes recorriendo el territorio para afianzar su relato de campaña con el Hard Rock como paradigma del modelo de país que considera que hay que desterrar de la Generalitat y limar posibles incomprensiones al 'no' a los presupuestos. En la convención ideológica del sábado pasado ya dejaron claro que enarbolarán la bandera ecologista para presentarse como el antagonista de la Catalunya de los macroproyectos y de los deseos de las patronales que, a su juicio, defienden tanto el PSC como ERC siguiendo la estela programática de la antigua Convergència.

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Pacto de izquierdas

Ese será el relato que exprimirán durante la campaña, pese a que al mismo tiempo defienden que su apuesta es que haya un pacto de los partidos de izquierdas -interpelan también a la CUP- para gobernar la Generalitat. El veto a Junts es, de nuevo, explícito por su parte y, de hecho, presumen de ser el partido que puede garantizar que haya una agenda libre del sello de la derecha. Llegado el caso, habrá que ver como casa esa vocación con el hecho de que ni socialistas ni republicanos estén dispuestos a renunciar al Hard Rock, el proyecto por el que se fijaron las elecciones antes de tiempo.

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