Gentrificación sin fin

La Dreta de l'Eixample destina cada mes una finca completa a pisos de lujo

Girona, 34, finca reformada y con pisos a la venta entre uno y tres millones de euros.

Girona, 34, finca reformada y con pisos a la venta entre uno y tres millones de euros. / FERRAN NADEU

Carles Cols

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Cada mes que pasa, una finca completa de la Dreta de l’Eixample, a veces previa expulsión de los vecinos con raíces en el barrio, ha sido convertida en una promoción de viviendas vendidas o alquiladas a precio de lujo, merezcan o no ese calificativo. Calle de Nàpols, 72 metros cuadrados, 780.000 euros. Apartamento en alquiler por temporada, 18.000 euros por 32 noches. Domicilio de una única habitación, 48 metros cuadrados, desde 435.000 euros. Decenas de pisos a uno, dos, tres y hasta 4,7 millones de euros. La Associació de Veïnes i Veïns de la Dreta de l’Eixample acaba de completar un exhaustivo y trabajadísimo informe sobre qué ha sucedido con las 74 fincas que fueron compradas con esos propósitos antes citados entre enero de 2016 y octubre de 2022. 74 propiedades verticales en 82 meses. Lo han titulado sus autores ‘Gentrificación y vivienda de lujo’ y lo que retrata es un tejido social preocupantemente aquejado por metástasis del llamado ‘alto standing’.

Esta es la segunda ocasión en la que la entidad vecinal radiografía el barrio. Han pasado los años y el problema persiste, entre otras razones porque, dicho en términos de minería, son aún muchas las posibilidades de prospección que pueden despertar el interés de esa constelación de sociedades de nombre permanentemente cambiante que realizan este tipo de operaciones de inversión. En toda la Dreta de l’Eixample hay 1.255 fincas de propiedad horizontal. En muchas de ellas no es raro que alguno de los pisos haya sido reformado de forma integral para ser después revendido o alquilado con calificativos como ‘luxury’ o ‘City living’ y un precio de salida muy por encima del habitual de la zona. El estudio no incluye esos casos. Pone el foco solo en el mercado de propiedades verticales, 607 en la Dreta de l’Eixample. La metástasis, vista esa cifra, siempre puede extenderse.

Pau Claris, 130.

Pau Claris, 130. / J. A.

¿Qué es un piso que merezca el adjetivo de lujoso? Es esa una definición que queda siempre a criterio del promotor o de la agencia inmobiliaria que intermedia en cada caso. Es muy subjetiva. Hace años, bastaba que la puerta principal del edificio fuera de madera bien barnizada para que en se anunciara como finca regia. A poco que hubiera algún detalle más (un hierro forjado, una figura esculpida), podía ser ya alegremente calificada de modernistas.

Mallorca, 234.

Mallorca, 234. / J. A.

La asociación vecinal se ha visto, pues, en la necesidad de acotar el terreno de juego. El criterio ha sido esencialmente económico. Son pisos en los que el metro cuadrados, entre 10.000 y 20.000 euros, está muy por encima de la media de su entorno, unos 5.000. Eso no significa que de forma indiscutible sean viviendas de grandes dimensiones, es decir, el patrón común en ese barrio, donde en la práctica nació el Eixample. En un 21% de los 74 casos estudiados, los pisos a la venta o en alquiler son producto de la partición en dos de viviendas de más de 100 metros cuadrados. Con esa práctica, que desfigura de puertas adentro lo que esta ciudad fue, los promotores incrementan un 26% sus ganancias. El contrapunto a esta tendencia es que simultáneamente se reciclan también como viviendas un buen número de edificios de antiguas oficinas.

Ese es el termómetro utilizado para discernir qué es y qué no es lujo, pero, según el informe vecinal, hay otro indicador, el tipo de comprador al que se oferta la vivienda. En una ciudad en la que el número de personas en riesgo de pobreza alcanza es de cerca de 340.000, esos pisos no buscan prioritariamente, hasta llegar a los 1,6 millones, al resto de residentes de la ciudad, sino, sobre todo y si es posible, extranjeros en busca de residencia española a cambio de una inversión inmobiliaria de cómo mínimo medio millón de euros. Las llamadas ‘golden visa’ fueron creadas por el Gobierno para que el sector inmobiliario capeara mejor la crisis de 2008, pero esa fórmula jamás ha sido cancelada a pesar de que se sospecha que ha favorecido el alza de los precios de compra y alquiler.

Consell de Cent, 435.

Consell de Cent, 435. / J. A.

Tal y como explica Jaume Artigues, dirigente vecinal del barrio y coautor de la investigación, la Dreta de l’Eixample está expuesta a una tormenta perfecta, no solo porque hay un público potencial a escala internacional al que le puede apetecer tener una residencia en ese barrio de Barcelona, sino, sobre todo, porque la legislación española hace que las sociedades de inversión y otro tipo de promotores que van en busca de altas rentabilidades consideren este país uno de los edenes menos restrictivos en esta materia.

El informe pretende ser un toque de alerta ante la ausencia de un análisis a fondo por parte de la administración sobre qué está sucediendo en los distintos barrios de la ciudad en esta materia, pero especialmente lo es porque la asociación cree que se está alterando el ecosistema vecinal. El último arreón constructor del sector hotelero antes de que entrara en vigor el PEUAT y la presencia previa de apartamentos turísticos hacen que en la Dreta de l’Eixample haya 28.937 camas para turistas, una cifra que equivale al 66,5% de la población residente. Con esas cifras, el tejido comercial tiende a buscar más la cartera de los visitantes antes que la de los vecinos del barrio.

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