el pandemonio inmobiliario

El banco malo pretende subir un 21% el alquiler de sus pisos de extrarradio

Crónica de una tarde infiltrado en una jornada para inversores inmobiliarios en la bolsa de Barcelona

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Carles Cols

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Martes, seis de febrero a las seis de la tarde. Un seis más y es el número de la Bestia. Glups. En la planta sótano de la Bolsa de Barcelona se presenta Témpore Properties, nada menos que otra socimi, lo último en la ley del más fuerte que prevalece en el mercado inmobiliario de un tiempo a esta parte, una herramienta estupenda para inversores, pues facilita rentabilidades altas y fiscalidades bajas. La repera. La presentación tiene un título llamativo: “Oportunidades de inversión en el sector inmobiliario que ofrece Sareb”. Hay más socimis por ahí. Cotizan en la bolsa una cuarentena. Pero esta, Témpore Properties, es de la Sareb, el llamado banco malo, o sea, fruto del rescate pagado con dinero público que ahora pretende literalmente hacer negocio con parte de la cartera de pisos de que dispone. Les adelanto el final. Témpore pretende subir, en un plazo máximo de tres años, un 21% el alquiler a los inquilinos de más de 4.000 pisos con bicho (argot del sector) que le ha cedido la Sareb. Sí, 21%.

'Socimi', palabra en auge, una sociedad para invertir en pisos de alquiler con rentabilidades altas y baja fiscalidad, o sea, capitalismo rentista

La cosa fue más o menos así. La sala estaba medio llena. La presentación corrió a cargo de Manuel Enrich, en nombre de la Sareb, y, atención, Nicolás Díaz Saldaña, consejero delegado de Témpore. Se le puede buscar en Google. Sale mal parado. La primera referencia que aparece es que “lideró las ruinosas inversiones internacionales de Metrovacesa”. La introducción (qué es la Sareb y otras cuestiones colaterales) no merece la pena reseñarla porque era intrascendente al lado de lo que vino después, es decir, por qué invertir en Témpore cuando cotice en la bolsa alternativa (la de segunda división), se prevé que antes de Semana Santa.

Pisos de extrarradio

Los primeros 1.383 pisos bajo el paraguas de esta socimi están repartidos entre Madrid y Barcelona. Apenas ninguno en el centro de las ciudades. Esos, claro, no los derivaron los bancos al banco malo. Son pisos de extrarradio. Según Díaz Saldaña, tienen actualmente una tasa de ocupación del 82%, una rentabilidad del 3,7% y una morosidad conjunta del 5%. No le parecen unas buenas cifras, así que Témpore ha contratado los servicios de otra empresa, Azora (el hombre del saco para no pocos inquilinos de aquellas viviendas públicas que Ana Botella vendió a fondos buitre), para mejorarlas. Si se aumenta la tasa de ocupación, promete el consejero delegado a los posibles inversores, la rentabilidad subirá al 5,5%. Lo mejor de la tarde, sin embargo, está aún por llegar. Quitará el hipo a los no bregados en este tipo de conciliábulos de inversores.

Al artículo 47 de la Constitución se le respeta menos que a la Dolores en Calatayud, pues obliga al Gobierno a evitar la especulación con la vivivienda y nadie lo recuerda

El plan es el siguiente. Gracias a la ley de arrendamientos urbanos vigente, los contratos de esos 1.383 pisos (que próximamente podrían ser varios cientos más) expirarán paulatinamente en los próximos tres años. Díaz Saldaña hasta tiene los porcentajes exactos de cada año. El propósito es buscar un modelo tipo de arrendatario de entre 26 y 40 años, sobre todo parejas con ingresos familiares de entre 1.500 y 2.000 euros (o sea, mileuristas ambos) y exigirles hasta 600 euros de renta de alquiler. La previsión de Díaz Saldaña (así la verbaliza) es que en ese parque de viviendas los alquileres suban un 21%. Recuérdese, banco malo, pisos en el extrarradio, ese paisaje en el que los salarios no suben. El directivo, sin embargo, está convencido de que así será porque, en su opinión, el mercado del alquiler se ha sentado sobre un géiser. Es más, asegura que en un determinado momento del parto de Témpore se barajó otro nombre para la compañía. “Momentum”, dice. Easy money también habría colado.

El pobre artículo 47

Dice el artículo 47 de la Constitución que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, y añade (a veces se olvida lo que viene a continuación) que “los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Al artículo 47 de la Constitución se le respeta menos que a la Dolores en Calatayud.

En un sótano lleno de inversores se habla a calzón quitado: los inquilinos encuentran normal todo cuanto se les exige

La exposición sigue. Es una montaña rusa de sorpresas para el no iniciado. Para reducir la morosidad, Témpore promete ser quisquillosa en las condiciones exigidas a los arrendatarios. Un mes de fianza, un mes de depósito y la contratación de un seguro por impago de la renta. “Con la situación actual del mercado del alquiler, los inquilinos encuentran normales estas condiciones”, dijo Díaz Saldaña sin pestañear.

Estriptís para alquilar

Es cierto. Tiene razón. Incluso las condiciones que exige Témpore Properties son lights en comparación con lo que se exige, por ejemplo, en agencias de gestión inmobiliaria como Alquiler Seguro, que promete a los propietarios un cero por ciento de morosidad a cambio de obligar a los aspirantes a arrendatarios un estriptís financiero. Tienen que presentar el contrato de trabajo, las últimas nóminas, un certificado de que no tienen incidencias bancarias, justificantes de ingresos extras si los tienen y, lo nunca visto, un extracto de los movimientos bancarios., que revela de uno más que Twitter, que ya es decir. “Lo saben todo de ti. Piden que te desnudes”, denuncia Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogaters. Ni Hacienda tiene acceso a tanta intimidad. Podría ser un caso para la Agencia de Protección de Datos, pero no lo es.

En Barcelona hay un fondo de inversión con 100 agentes en la calle en busca de fincas que comprar, asegura el Sindicat de Llogaters

Palomera, ya puestos, explica que efectivamente Témpore solo es una socimi más del mercado, pero lo es de la Sareb, con una cartera de pisos sin igual que, si las decisiones políticas hubieran sido otras cuando el rescate bancario, ahora seían un muy útil parque de vivienda pública. Útil para contener los precios, no para bajarlos.

“Estamos metidos de lleno en el capitalismo rentista”, radiografía Palomera. En Barcelona, dice, se ha desatado una caza y captura de fincas de propiedad vertical para, vía socimi u otros canales, subir los precios y sacar tajada. Algunos fondos de inversión tienen hasta 100 agentes en la calle en busca de oportunidades. Y las hay. Solo en Gràcia, el Sindicat de Llogaters ha detectado más unos 1.000 inmuebles de propiedad vertical, la presa favorita de los fondos de inversión. “Esto es una orgía financiera”, concluye. Puede que sí. Pero romana. Donde el placer lo ponen esclavos.