Reacciones tras la sentencia de la 'Superilla'

Barcelona Oberta pide "diálogo" y no que "los albañiles" desmantelen Consell de Cent

Una jueza ordena desmantelar el eje verde de Consell de Cent de Barcelona

La reforma de Consell de Cent costó 26 millones

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consell de cent / Jordi Cotrina

Carles Cols

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Barcelona Oberta, la agrupación turístico-comercial que llevó ante la justicia la conversión de Consell de Cent en un eje verde, considera ahora que la sentencia que obliga al Ayuntamiento de Barcelona a desmantelar la transformación urbanística estrella del gobierno de Ada Colau y devolver la calle a su urbanización original de calzadas y aceras no debería aplicarse de forma literal. En la sede de Foment del Treball, organización empresarial que secunda íntegramente los planteamientos de Barcelona Oberta y que ha presentado denuncias similares por otras obras, como las de la Via Laietana, los demandantes, tras el impacto de la sentencia, que han admitido que es “sorprendente por su dureza”, han apelado a que el conflicto abierto ahora “no lo resuelvan los 'paletas' sino el diálogo”. “Queremos revertir la situación, no la obra”, ha concluido el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené.

“Nadie se esperaba esta sentencia”, ha reconocido Jené, es decir, ni siquiera los propios demandantes. De hecho, en la práctica tampoco pidieron en su día exactamente la reversión de los trabajos, sino la paralización de las obras. El proceso contencioso lo plantearon justo cuando las máquinas entraron en Consell de Cent. Pidieron la suspensión cautelar de los trabajos, pero les fue denegada. El paso del tiempo es el que ha provocado esta situación paradójica, que los demandantes han tenido que desmarcarse de la sentencia que les da la razón. “No queremos entrar en un proceso tan traumático, no somos negacionistas del cambio climático”, ha añadido el presidente de Barcelona Oberta.

La calle de Consell de Cent, entre Rambla de Catalunya y paseo de Gràcia, un tramo hídricamente muy meditado.

La calle de Consell de Cent, entre Rambla de Catalunya y paseo de Gràcia, un tramo hídricamente muy meditado. / Manu Mitru

La reacción conjunta de Barcelona Oberta y Foment del Treball ante la sentencia ha sido, en cierto modo, un ejercicio de funambulismo, una especialidad circense que siempre es más fácil con el punto de equilibrio que proporciona una pértiga. En ese sentido, tanto Jené como David Tornos, secretario general de Foment, se han cogido con fuerza a las declaraciones que justo tras conocerse a sentencia realizó la teniente de alcalde Laia Bonet, en las que, a pesar de anunciar que será recurrida, prometió más diálogo a partir de ahora. "Es lo que siempre pedimos y nos negó Ada Colau", han dicho. Con posterioridad, esta misma mañana el alcalde Jaume Collboni ha mantenido un contacto telefónico para insistir en que las relaciones serán distintas a partir de ahora.

Qué solución urbanística debería darse a Consell de Cent tras la sentencia es una respuesta que los demandantes han rehuído una y otra vez, con el agumento de que ellos no son expertos en movilidad, sino simplemente los respresentes de 21 ejes comerciales de la ciudad que opinan que la restricción del tráfico en el centro de la ciudad afecta a sus ventas. A falta de un transporte público suficiente y eficaz, el vehículo particular no puede ser penalizado, argumentan. Más allá de retratar Consell de Cent como "un paraíso" comercial y calles adyacentes como València como un "infierno", los representantes no han querido ni siquiera entrar en si el tráfico privado en esa primera vía debe ganar terreno.

En un determinado momento han llegado incluso a poner como ejemplo del tipo de diaólogo al que apelan el que permitió convertir Enric Granados en una calle pacificada. No es, vistos los resultados al cabo de los años, el mejor de los ejemplos. Y en otro momento de la rueda de prensa han invitado a sumergirse en las hemerotecas para descrubrir, según su versión de los hechos, que peatonalizaciones como las de Portal de l'Àngel y Portaferrisa fueron en su día iniciativas comerciales. No es ese el recuerdo de lo cargos municipales que sufrieron aquel proceso, pues los dueños de las tiendas previeron la ruina más absoluta en caso de que en esas dos calles se cerrara el paso a los vehículos.

La sentencia, en cualquier caso, deberá ser ahora refrendada o no por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya si, tal y como ha anunciado que lo hará, es recurrida por el Ayuntamiento de Barcelona. Ese paréntesis de incertidumbre lo quieren aprovechar Foment y Barcelona Oberta para "dialogar " sobre las obras en curso en Via Laietana, sobre las que pesa una demanda similar a la de Consell de Cent.