una vecina DEL EIXAMPLE...

Montserrat Carulla, actriz: "Gracias a Cerdà, la ciudad creció moderna y habitable"

En un café-teatro del Eixample, una vecina entona 'La música de les paraules'. Es la lectura del emotivo recorrido a su vida, profesional y personal, acompañada de poesía y música, un bis tras el final de carrera que Montserrat Carulla anunció.

Montserrat Carulla, en el patio de su vivienda, en el Eixample.

Montserrat Carulla, en el patio de su vivienda, en el Eixample.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Montserrat Carulla nació en el barrio del Guinardó, en 1930. Pero, poco después, la familia se mudó al Eixample. En el número 91 de la calle de Pau Claris, la actriz pasó su infancia y adolescencia, con una pausa durante todos los años de la guerra civil. "Mi padre nos sacó de Barcelona por seguridad y estuvimos en Sant Feliu de Codines hasta 1939", explica Carulla.

Al acabar la guerra, el Eixample volvió a acoger a la familia. "Estábamos en el rovell de l'ou", precisa Carulla. "Recuerdo el molesto chirriar de los raíles del tranvía, que escuchábamos de noche. Pero también "las canciones de Machín que resonaban desde el Novedades", apunta la actriz, que esta tarde, en la Sala Bogart (Diagonal, 426, 18.00 horas) y el próximo sábado, 28, leerá su particular bis teatral, tras haber anunciado que se retiraba de los escenarios. Con La música de les paraules, Carulla abraza el oficio que la ha acompañado durante casi toda su vida.

DISTRITO DE TEATROS

En el Eixample, el escenario urbano donde más ha transcurrido -y transcurre aún-la vida cotidiana de esta reputada y premiada actriz de teatro, que también fue Carmina en la serie Nit i dia Nit i dia(TV-3); la Tieta Consol, en La Riera (TV-3) y Teresa Torner en El cor de la ciutat (TV-3), Carulla echa en falta los grandes teatros de la gloria escénica.

Se refiera a "el Comedia (Gran Via-paseo de Gràcia), reconvertido hoy en cine; el Windsor (Diagonal); el Calderón, otro teatro fabuloso, que también desapareció, y por supuesto, el Candilejas, donde trabajé en infinidad de ocasiones, que como el Calderón, estaba en la rambla de Catalunya", repasa, quien lleva en el corazón un sentimiento especial hacia el Romea. "Aunque no está en el Eixample, me siento muy vinculada a él, porque allí he hecho infinidad de obras. En el vestíbulo tienen una foto mía de la obra La filla del mar que no representé allí, sino en el Poliorama", precisa la vecina de ese Eixample que tantos teatros, en su día, acogió. "Aquellos grandes teatros que se llenaban, ya cuando llegó la televisión a las casas, dejaron de llenarse", dice la actriz, que iniciará en Martorell, el mes de agosto, la gira por Catalunya con La música de les paraules,La música de les paraules programada también en el festival Temporada Alta.

PERSONALIDAD MODERNISTA

Tanto como la desaparición de escenarios teatrales, Carulla lamenta también "que el Eixample permitiera en una época determinada tirar tantas fachadas modernistas", puntualiza. "Afortunadamente, después se impuso una actitud más inteligente, que apuntala bien los edificios y mantiene la fachada, rehabilitando el interior", agradece la actriz, desde el patio de su casa, en una de esas ilustres manzanas de galerías y ventanas que se miran unas a otras. "Las islas del Eixample son pulmones que hacen más habitable la ciudad, permiten que el barrio respire. Cerdà era un genio del urbanismo y gracias a él, Barcelona creció moderna y habitable".

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Desde el 2002, Montserrat Carulla vive en un gran piso de ese emblemático Eixample, en la calle de Londres, bajo la Diagonal. Es en una finca de 1917, donde vivió la familia de su marido. "Manuel tenía aquí su despacho de abogado y, un día que vine a buscarlo, imaginé en la parte interior, grande y deshabitada, tirar paredes y hacer nuestro hogar", recuerda. "Este es un barrio burgués, pero de gente que se gana la vida con su trabajo, un barrio fantástico, donde lo tengo todo a mano: la farmacia, la pescadería, el colmado... un poco como yo: moderno, pero sin renunciar a la tradición", concluye.