Análisis
Otra vuelta de tuerca a la inmersión

Jaume Trilla
Jaume TrillaCatedrático de la Facultat d'Educació de la Universitat de Barcelona
JAUME TRILLA
Se supone que los responsables políticos del sistema educativo han de dedicar sus esfuerzos a la mejora del mismo y a la resolución de los problemas reales que tiene planteados. Pero, según parece, en lo que se empeñan a veces algunos de estos gobernantes es justamente en lo contrario: crear problemas donde no los hay o poner trabas a lo que ya funciona satisfactoriamente.
Porque lo cierto es que la inmersión lingüística en catalán en nuestras escuelas ha funcionado la mar de bien. Haber conseguido que la gran mayoría de quienes, durante las últimas décadas, han vivido su infancia y adolescencia en Catalunya puedan usar en la actualidad con toda normalidad el catalán y el castellano es un éxito incuestionable. Pero además, en lo que se refiere específicamente a la lengua castellana, los datos procedentes de investigaciones bien acreditadas demuestran que los niños y jóvenes que han sido escolarizados bajo el modelo de inmersión lingüística en catalán saben tanto o más castellano que los del resto del Estado.
En cambio, lo que sí se confirma es que los alumnos de familias catellanohablantes acaban con déficits en catalán si no han sido escolarizados bajo el modelo de la inmersión. Por las condiciones sociolinguísticas de Catalunya y por la superior potencia internacional del castellano, lo que ha asegurado un bilingüismo real y efectivo en este país ha sido justamente la inmersión en catalán. Y el bilingüismo, como también demuestran diversos estudios pedagógicos, tiene además efectos positivos para el aprendizaje de terceras lenguas.
Por todo ello no se entiende -sino es por motivaciones puramente ideológicas- la objeción de una minoría muy exigua de familias que viven en Catalunya a que sus hijos sean escolarizados bajo el sistema de inmersión. Y aun resulta más flagrantemente ideológico el apoyo y estímulo que el Gobierno español les presta mediante el decreto del que se da noticia en estas páginas. Un decreto -hay que reconocerlo- del todo coherente con la política educativa impulsada por el ministro José Ignacio Wert. Cuando el sistema educativo en su totalidad, y cada escuela en particular, deberían ser lugares de encuentro (ideológico, social y cultural), el actual Ministerio de Educación parece empeñado en fomentar la segregración y las vías de escolarización diferenciadas.
Eliminar la materia Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (lugar de encuentro de la pluralidad ideológica) y reforzar, en cambio, la enseñanza confesional de la Religión ya es una manera de segregar a los niños según las creencias familiares. Y si no se pone fin a esta tendencia involutiva y reaccionaria se volverá a lo de escuelas diferentes para ricos y para pobres, para niños y para niñas, para creyentes y no creyentes …
Ahora ha tocado incentivar la segregación por razón de la lengua empeñándose, como decíamos al principio, en generar problemas allí donde no los había y poner trabas a lo que ha venido funcionando la mar de bien.
- El pediatra Carlos González explica la teoría de la abuela: 'Es normal que algunos padres sientan celos o frustración...
- En Sants no nos dejaron pasar porque nuestros dos billetes, de IRYO, iban a nombre de la misma persona
- Si estás de baja médica, podrían estar vigilándote: lo que no debes hacer si no quieres problemas
- La verdadera historia tras el pez diablo de Tenerife: 'Estamos abrumados', dicen sus protagonistas
- Un alumno de FP que dormía en la calle logra el ofrecimiento de un techo tras la movilización de su instituto en L'Hospitalet
- El viaje de dos turistas catalanes a un Santorini desierto por los terremotos: 'La isla parecía para nosotros solos, fue brutal
- Badia del Vallès aprovecha la liberalización de sus miles de pisos protegidos para convertirse en distrito universitario de la UAB
- Renfe inicia con éxito las pruebas del nuevo tren de Rodalies sobre el trazado de la línea R1