‘Barcelona Sustainable Catalunya’, el distintivo que garantiza que el vino lucha contra el cambio climático

El cambio climático es una de las mayores amenazas para el planeta y para los seres humanos. Las altas temperaturas registradas en 2023, que ya ocupa la posición del más caluroso de la historia, o la sequía que sufre Catalunya a causa de la falta de lluvias de los últimos años, son tan solo algunos de los efectos más patentes de la crisis climática. Cada acción cuenta para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). No solo los compromisos adquiridos por las administraciones, también todo lo que puedan aportar las empresas y cada acción cotidiana que llevamos a cabo.  

El sector de la viticultura ha notado el cambio, sobre todo, en lo que se refiere a la sequía. El estrés hídrico ha sido uno de los principales problemas de este cultivo en los últimos años. Pero en el sector, según explican desde la Denominación de Origen Catalunya, que representa el 50% del vino catalán, han ido experimentando e investigando cómo hacerle frente. Un proceso vinculado también con los esfuerzos que ha hecho el sector, inmerso desde hace años en un proceso de transformación para mejorar aún más su impacto ambiental. 

“Algunas soluciones han sido la modificación de los marcos de plantación, con más espacio por cada cepa; el manejo de la parte aérea de la planta, con canópia más próxima al suelo y de menor superficie; selección de pies y variedades más resistentes al déficit hídrico, además de un mantenimiento más adecuado de las cubiertas vegetales entre cultivos”, aseguran desde la DO Catalunya.

Un distintivo que acredita la sostenibilidad del vino catalán 

Con el objetivo de preservar el territorio, el desarrollo sostenible y ofrecer las máximas garantías a los consumidores, la DO Catalunya ha incorporado una nueva distinción: ‘Barcelona Sustainable Catalunya’. Este sello, que se imprime en la etiqueta de la botella, reconoce a las bodegas que apuestan decididamente por la sostenibilidad a través de acciones como la eficiencia energética de sus instalaciones, la implantación de energías renovables en la cadena de producción o, por ejemplo, electrificar sus vehículos.  

“Con esta iniciativa pionera, la DO Catalunya tiene dos objetivos: incentivar a las bodegas para que reduzcan sus emisiones de CO₂, luchar contra el cambio climático y hacer frente a la emergencia climática que estamos viviendo. Al mismo tiempo, la distinción ‘Barcelona Sustainable Catalunya’ proporciona al consumidor una herramienta que le permite identificar los vinos de empresas que están haciendo un esfuerzo en materia de sostenibilidad, certificando que esa referencia vinícola es sostenible”, asegura Xavier Pié, presidente de la DO Catalunya.  

Para disponer de esta distinción, las bodegas tienen que disponer de una verificación de cálculo de huello de carbono, de acuerdo con la norma ISO 14.064-1. Con ello también se comprometen a: 

1. Reducir progresivamente sus emisiones de CO₂ para llegar o rebasar el 50% en 2030. 
2. Conseguir un porcentaje de energía renovable autoproducida de, como mínimo, el 35% en 2030. 
3. Lograr la neutralidad climática – 0 emisiones – de las bodegas de la DO Catalunya en 2050. 

El consumidor quiere vino sostenible

Desde hace unos años se ha producido un cambio de paradigma propiciado, en parte, por los consumidores, que buscan productos sostenibles y ecológicos. Y eso se ha visto también reflejado en la viticultura.  

Muchas bodegas trabajan con recursos como la eficiencia energética o el ahorro del agua, entre otras, para lograr que la producción y el consumo de vino sea respetuoso con los límites de la biosfera. “Todo ello contribuye a reducir el impacto ambiental y, por otro lado, a mejorar la rentabilidad económica de las explotaciones vitivinícolas”, apuntan desde la Denominación de Origen Catalunya. Por otro lado, y para reducir aún más la huella de carbono, también apuntan al papel del consumidor. “Es importante que apueste por adquirir vinos de proximidad y Km 0”, explican.