Coches de combustión

Las automovilísticas españolas aplauden los dos años de moratoria que les da la Euro 7

La UE retrasa el recorte de emisiones de los coches para proteger su industria del motor

Foment confía en el aplazamiento de la norma de emisones Euro 7 hasta 2027

Fábrica de SEAT en Martorell.

Fábrica de SEAT en Martorell. / AFP

Xavier Pérez
Gabriel Ubieto
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Los fabricantes de automóviles han recibido con satisfacción la pronta aprobación de una norma sobre la que están en contra: la nueva Euro7. Y es que los estados miembros de la Unión Europea han acabado apostando por una norma ‘blanda’ y han acabado retrasando de 2025 a 2027 la entrada en vigor de una serie de restricciones que complicarán a las marcas la venta de coches de combustión, especialmente los más ligeros.

Los ministros de Industria de la zona euro, bajo la presidencia de España –el segundo mayor fabricante de automóviles del Viejo Continente-, ha dado dos años más de oxígeno a las firmas del sector, bajo el pretexto que redirijan esos esfuerzos a invertir en electrificación y no en tratar de diversificar su oferta para adaptarse a una nueva normativa. Y a costa de rebajar las pretensiones de reducción de emisiones.

España ha sido uno de los estados que más beneficiado ha salido de esa ‘prorroga’ hasta 2027, ya que produce muchos coches y de tipo ligero, los más afectados por las nuevas restricciones de homologación. 

Desde Anfac (Asociacion Nacional de Fabricantes de Automoviles y Camiones), presidida por Wayne Griffiths (Seat), reconocen su satisfacción porque "la propuesta inicial era totalmente desproporcionada y planteaba unos impactos muy negativos para la industria de automoción española con unos beneficios medioambientales marginales". 

Tanto las marcas, como los sindicatos que representan a los trabajadores de sus fábricas, han aplaudido que la UE pretenda bajar una marcha en su carrera a la descarbonización. "A la práctica significaba que las marcas dejarían de fabricar ciertos motores, durante el próximo año hubiera habido paradas de producción e impacto en el empleo y las inversiones en electrificación se hubieran retrasado”, apunta el responsable del sector del auto de CCOO de Catalunya, Rafael Guerrero. Lo que sumaría una desventaja en la carrera a la descarbonización, en la que marcas como Tesla y los fabricantes chinos están ganando hueco en el mercado europeo.

Los fabricantes europeos (ACEA) admiten que haber aplicado la norma Euro 7 hubiera supuesto un incremento de costes por encima de lo calculado por la Comisión. En concreto, unos 2.000 euros por automóvil (lo elevan a 11.000 euros en vehículos pesados). Esto son más de diez veces los cálculos menos optimistas de la Comisión Europea.

Con la suavización de la Euro 7 se atiende relativamente a las peticiones sobre el tema de emisiones de los motores de combustión pero sigue abriendo el debate sobre los sistemas de medición que se emplearán para medir las emisiones de componentes (frenos, neumáticos y demás). 

Pelota para adelante: 2027

Pese a que la norma es algo más suave Oliver Zipse, presidente de BMW reconoce que “no estamos contentos con la propuesta de la Euro 7. No conocemos todos los requisitos tecnológicos que pretenden desde el punto de inicio”. 

“No creo que Europa necesite la Euro 7. Va a desviar parte de nuestro poder de I+D a algo que no necesitamos, mientras que nuestros competidores chinos ingresan al mercado únicamente con coches eléctricos a baterías. ¿Por qué estamos usando nuestros recursos en una tecnología que queremos prohibir? No es de sentido común”, ha declarado Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis.

¿Más moratorias?

La norma alarga de forma paralela un par de años más la vida al motor de combustión que, según muchos fabricantes como Nissan "no estamos seguros que acabe en 2035". Algunos constructores creen que habrá más moratorias por países dentro de la misma Unión Europea, o implantaciones del final de los motores de combustión en diversas fases.

La llegada de los combustibles sintéticos va de la mano con la normativa parta reducir las emisiones aunque supone un coste elevado de producción. Los fabricantes se muestran a favor en general, pero no todos. Hyundai, por ejemplo cree que es un parche camino de la electrificación. 

“Nosotros lo vemos como un parche. No es la solución definitiva. Es el coche electico y de hidrógeno. En los planes de futuro o eres eléctrico o no cuentas. Los híbridos o los híbridos enchufables no existen”, afirma José Muñoz, presidente y director de operaciones de Hyundai Motor Company.