Mercado laboral

España pierde 185.000 empleos en agosto, un final de verano menos duro que antes del covid

La paradoja sénior: una sociedad cada día más envejecida que no contrata a sus mayores

La tasa de empleo de los recién graduados vuelve al nivel previo al gran éxodo juvenil

Un camarero, en un chiringuito.

Un camarero, en un chiringuito.

Gabriel Ubieto

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Como un amor de verano, llega agosto y la temporada expansiva del empleo se acaba. Este pasado mes cerró con 185.385 ocupados menos en España, hasta un total de 20,7 millones de cotizantes en activo. La destrucción de empleo, finalizada del todo la campaña estival, es sustancial como casi todos los años, si bien algo menor que en ejercicios anteriores. Lo que sumado a la inercia positiva que acumula el mercado laboral desde hace casi tres años deja la mayor cifra de trabajadores en activo que ha tenido España en un mes de agosto de su historia.

El paro, por su parte, rompió su racha de cinco meses consecutivos de descensos y, como también suele ser habitual en agosto, volvió a crecer. Lo hizo en 24.826 personas, hasta superar de nuevo (por muy poco) la simbólica cota de los 2,7 millones de desempleados. Se trata del menor repunte en un mes de agosto desde el año 2016 y la cifra total de desempleados es la menor desde 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y financiera. Y sigue siendo la mayor tasa de paro de la UE. Siete de cada 10 parados cobran algún tipo de prestación o subsidio por parte del Sepe.

Cual ciclo natural, todos los años las contrataciones arrancan estancadas en invierno, florecen con fuerza a las puertas de la Semana Santa y alcanzan su cúspide con el inicio del verano, para luego marchitarse a partir de agosto y entrar en un letargo otoñal hasta finales de año.

Y pese a que el mercado de trabajo ha ganado cierta estabilidad con normas como la reforma laboral (hoy cuatro de cada 10 nuevos contratos son indefinidos, cuando antes eran uno de cada 10), esos ciclos temporales, en una economía que continúa dependiendo mucho de sectores como el turismo, siguen dejando su impronta en los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro actualizados este lunes por el Gobierno.

Con permiso de 2020 y 2021, muy marcados por el efecto covid y sus desescaladas veraniegas -que luego iban seguidas por nuevas restricciones en otoño-, este agosto ha sido el 'menos malo' desde 2017. Pues en los dos años justo antes de estallar la pandemia los finales estivales dejaron destrucciones de empleo por encima de los 200.000 cotizantes.

El fin del verano le pasa factura a todos

La pérdida de ocupados fue transversal tanto territorial como sectorialmente. El final de la temporada turística pasó especial factura a territorios como Catalunya, que en términos absolutos lideró la destrucción de empleo, con 60.317 ocupados menos, hasta un total de 3,6 millones de cotizantes. La mordida de agosto se notó con especial relevancia en el Levante y en Madrid, que pese a no tener ese factor estacional tan presente se dejó 36.860 cotizantes, sobre un total de 3,5 millones de ocupados.

Y, por sectores, únicamente la sanidad, las empleadas de hogar y los actividades de suministros energéticos se salvaron de los números rojos. Si bien el fin de la temporada podría augurar que la hostelería (-1.333) concetró la pérdida de ocupados, no fue así y fueron las escuelas y colegios, que acabaron de finiquitar a los pocos temporales que les quedaban en nómina, fueron los que más empujaron hacia abajo la estadística, con un saldo de casi menos 60.000 afiliados este pasado mes.

Inercia positiva, pero menos

El Gobierno se ha agarrado a la inercia y a los datos desestacionalizados para valorar los datos de agosto. Una vez aplicada la 'cocina' estadística para restar el efecto calendario y mostrar la tendencia del mercado laboral, agosto cierra con un saldo positivo de 17.745 afiliados más a la Seguridad Social.

Ese dato desetacionalizado muestra una inercia positiva, si bien menos explosiva que durante la primavera de récords que el mercado laboral registró. Para ponerlo en perspectiva, la media de incrementos mensuales desestacionalizados es durante este 2023 de 60.262 afiliados, un dato 3,4 veces superior al registrado en agosto.

Las señales de desaceleración y cierto frenazo se han ido sucediendo durante los últimos meses, si bien en junio se encendieron alarmas más que dibujaban un escenario más regresivo de lo que finalmente se ha ido produciendo. España viene de un ciclo expansivo y de los más prolíficos de su historia reciente en cuanto a creación de empleo. Ciclo que arrancó tras estallar el covid, que aguantó pese a la guerra de Ucrania y a la tormenta inflacionista y que no ha empezado a perder pistón hasta este último trimestre.

Como muestra, la Seguridad Social ya ha sumado durante estos ocho meses del año un total de 482.096 afiliados, más que todo el empleo creado en los 12 meses del 2022. Falta por ver cuántos de estos nuevos ocupados logrará retener el mercado laboral español durante la última etapa del año, la más fría y complicada en lo que a contrataciones se refiere.