Mercado laboral

El fin del verano pasa factura a Catalunya, que lidera la destrucción de empleo en agosto

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Gabriel Ubieto

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El final del verano ha pasado factura a Catalunya y el epílogo de la temporada turística, sumado al reinicio de las clases escolares, deja, como todos los años, una sustanciosa destrucción de empleo. Regresados los veraneantes a sus oficinas o polígonos respectivos y reabiertas las aulas, el mercado laboral catalán registró una pérdida de 60.317 afiliados a la Seguridad Social respecto a julio, abultada si bien menor que en años anteriores; hasta los 3,69 millones de trabajadores en activo.

Y es que si bien la destrucción de ocupación ha sido transversal, como suele, la mejora relativa en la estabilidad en sectores como la hostelería y hotelería ha provocado que sean la educación, más concretamente los esplais y otros centros de ocio similares en los que los padres envían a los niños cuando no hay clases, quiénes hayan presionado más hacia abajo las estadísticas de afiliación.

Debido a la positiva inercia en la que lleva inmerso el empleo en Catalunya y el conjunto del Estado, nunca antes había habido tantos catalanes trabajando al mismo tiempo en un mes de agosto. Ahora la economía encara los meses más complicados del año, laboralmente hablando, ya que las empresas son parcas en contrataciones y estas no vuelven a animarse de manera sustantiva hasta entre febrero y marzo. Queda por ver cuántos de esos afiliados logrará retener Catalunya hasta el final del ejercicio 2023.

El paro, por su parte, encadenó su segundo mes consecutivo de incrementos, con un alza de 7.516 personas más en desempleo, hasta un total de 338.872 catalanes apuntados en las oficinas del Sepe. Entre estos, seis de cada 10 desempleados son mujeres. Pese a este repunte, por el momento coyuntural, la cifra de parados es la más baja en un mes de agosto desde el 2007.

"Es un comportamiento habitual", ha definido el secretari de Treball de la Generalitat, Enric Vinaixa, durante la rueda de prensa de valoración de los datos del paro. Desde la administración catalana han destacado un repunte "mucho menos significativo [del desempleo] que en los últimos siete años" y que "seguimos estando en datos récord de afiliación". Otro dato que ha destacado es que, entre todos los contratos firmados, el 45% fueron de corte indefinido; manteniéndose así la proporción instaurada tras la entrada en vigor de la última reforma laboral.

Si bien el sector turístico tiene especial peso en Girona (-0,9%) y Tarragona (-0,8%), ha sido Barcelona (-1,9%) quien ha empujado hacia abajo con particular vehemencia la estadística de ocupados. Desde el Departament de Treball de la Generalitat lo atribuyen al mayor peso de esplais y otros centros de ocio para niños, que una vez comienzan las clases cierran y finiquitan a sus plantillas. El retroceso de la afiliación, no obstante, ha sido transversal y en Lleida el empleo también ha caído (-0,7%), aunque menos.

De la misma manera que durante la primavera y el inicio del verano el flujo turístico benefició especialmente a Catalunya y al conjunto del Levante, su retirada en agosto concentra las mayores destrucciones de ocupación. Catalunya lideró en términos absolutos esos números rojos, que por otra parte, fueron transversales. Ninguna de las 17 comunidades autónomas ganó ocupados durante agosto respecto a julio.

Catalunya encabezó la pérdida de ocupados de la misma manera que en los meses precedentes lideró el ránking de las nuevas contrataciones. Mientras la otra locomotora de la economía española, Madrid, sigue en su ciclo regresivo este 2023. Hasta el punto de que en lo que va de año, la capital registra un saldo negativo de 6.365 ocupados, frente al positivo de Catalunya de 104.595 nuevos empleados.