Stiglitz (nobel de Economía): "Si PP y Vox gobiernan, económicamente será un desastre"

"Si el PP y Vox gobiernan, las consencuencias económicas serán desastrosas". Así de contundente se ha mostrado el premio nobel de economía Joseph Stiglitz al ser preguntado sobre los escenarios postelectorales en España. Contratado como asesor por Sumar para supervisar su programa electoral, el economista estadounidense ha tenido palabras de elogio para la obra del Gobierno de coalición y duras críticas para las políticas de los bancos centrales, que manteniendo una política de subir los tipos de interés están ahogando, en su opinión, la economía y la creación de puestos de trabajo.

Del problema global que el sobreendeudamiento está causando a países en vías de desarrollo, al hiperlocalismo y cómo ya es imprescindible mutar hacia ciudades más verdes desde donde las que combatir la crisis climática, pasando por la viabilidad de la semana laboral de cuatro días. El premio nobel de economía no ha rehuído tema alguno en el acto con periodistas que ha mantenido este miércoles por la tarde en el Palau de la Generalitat. Stiglitz, de 80 años, ha interrumpido sus vacaciones en Cadaqués para acercarse a Palau, donde recibirá este jueves del Govern el Premi Internacional Catalunya.

Histórico crítico de la globalización y del neoliberalismo, Stiglitz se ha mostrado muy duro con la posibilidad que de las urnas del 23 de julio salga una mayoría de derechas entre PP y Vox. "Sus políticas económicas serían un desastre, el neoliberalismo ya ha desmotrado durante los últimos 40 años que trae consigo más desigualdad", ha afirmado.

El premio nobel de economía ha defendido la necesidad de que los gobiernos impulsen parques de viviendas públicos para evitar las masificaciones urbanas y construir ciudades que no tengan que elegir entre precios del suelo desorbitados -que expulsen a sus vecinos menos pudientes- y urbes hiperedificadas sin zonas verdes.

"Desastre" en lo económico y un aumento de las tensiones territoriales en lo político, ha añadido. Frente a la política "conciliadora" que ha practicado el gobierno de Pedro Sánchez -vía indultos a los presos independentistas y pactos con los partidos nacionalistas-, el nobel estadounidense intuye que una victoria de la derecha volvería a remover los conflictos territoriales y "disparar de nuevo los decibelios".

"Sánchez ha hecho un buen trabajo, me sorprende que no tenga más apoyos", ha concluido, en referencia a las diferentes encuestas que sitúan la pugna entre la coalición y la derecha a favor de la segunda.

A favor de la semana laboral de 4 días

Transicion verde, aumentar la inversión en innovación y relocalizar parte de la industria, acortando geográficamente las cadenas de fabricación son algunas de las recetas que el economista estadounidense le da al gobernante que quiera escucharle.

No es partidario del decrecimiento global para reducir la huella climática, sino que considera que las economías deben reordenar sus prioridades de gasto y que, a nivel internacional, los estados en vías de desarrollo deben tener prioridad de crecimiento -y de gastar recursos para ello- que los actuales estados económicamente dominantes.

Stiglitz es un conocido crítico de la hiperglobalización y considera que hasta ahora ha existido un cierto consenso en que "las fronteras [económicamente hablando] no tenían sentido". Un error del que cree que muchos despertaron con el choque de la pandemia, ante la falta de capacidades industriales que demostraron muchos países, que no podían fabricar ni mascarillas al haber externalizado toda manufactura. Considera que el mundo camina, en este sentido, hacia una desglobalización.

Dentro de ese futuro que vislumbra, con ciudades más verdes, Stiglitz considera que una de las claves será reducir en la medida de lo posible los desplazamientos. Y, concretamente, señala los desplazamientos por motivos laborales. Según el informe del Ctesc, uno de cada tres trayectos realizados cada día en las carreteras catalanas son por motivos laborales y la distancia recorrida durante los mismos se ha disparado en los últimos 30 años.

Para lograrlo, el nobel de economía se ha mostrado a favor de implementar una reducción de jornada a través del modelo de semana laboral de cuatro días. "Trabajar menos para consumir menos y tener más tiempo libre me parece perfectamente razonable", ha afirmado, pensando tanto en objetivos climáticos, como en amortiguar los impactos que las nuevas tecnologías y la inteligencia artifical vayan teniendo sobre el empleo.