Día del Trabajador

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2.000 manifestantes en la marcha en Barcelona, según la Guardia Urbana

Gabriel Ubieto

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Miles de personas han desfilado este lunes por la Via Laietana de Barcelona, convocadas por CCOO y UGT a la tradicional manifestación del Primero de Mayo. Una marcha con claros tintes preelectorales que ha aglutinado a entre 5.000 asistentes, según los organizadores, y 2.000, según la Guardia Urbana. Y a la que han hecho acto de presencia los principales líderes políticos de la izquierda, que en menos de un mes se juegan la alcaldía o en un plazo de no más de seis meses revalidar (o no) el Gobierno de coalición.

"Trabajadores de Catalunya, llenad las urnas de votos progresistas", ha sido el llamamiento que ha hecho a los suyos el secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco. Sin entrar en apellidos y dejando que cada cual escoja su papeleta, las centrales con representación mayoritaria han tratado de movilizar a los trabajadores y recordarles que o bien votan en masa o bien conquistas como las recientes reforma laboral y de pensiones corren peligro si se produce un cambio de ciclo político.

"El sindicalismo es útil, mejora las condiciones de vida de la gente. Lo hemos demostrado con la reforma laboral. Si el año pasado hubiera dicho que la mitad de los nuevos contratos serían indefinidos, y no el 14%, como era entonces, hubieran dicho que no estaba lucido", ha insistido el secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros. Y es que las organizaciones sindicales son conscientes de que para poder seguir trayendo victorias a próximos primeros de mayo la pervivencia del Gobierno de coalición les es clave.

El primer plebiscito serán las municipales del 28 de mayo y la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el hasta hace poco su socio y primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, se han dejado ver en el arranque de la manifestación. No ha sido el caso del candidato de ERC, Ernest Maragall, cuyo partido ha sido representado por Oriol Junqueras, el 'conseller' d'Empresa, Roger Torrent, y el secretario de Treball, Enric Vinaixa. El candidato de Junts y exalcalde, Xavier Trias, tampoco ha asistido.

"Salario o conflicto"

Los líderes sindicales han arengado a los suyos bajo el precepto "Id calentando que os toca salir". Y es que, gobiernos y elecciones a banda, los salarios han sido el gran protagonista de este Primero de Mayo. En el terreno privado las centrales no están logrando hacer entrar a la patronal a un acuerdo salarial y ello se nota en los parcos incrementos -por debajo de la inflación la mayoría- firmados en los convenios colectivos. Especialmente en aquellos gremios donde los sindicatos no tienen músculo.

Según los últimos datos, frente a una inflación del 4,1%, los sueldos están subiendo un 3%. Y el año pasado el zarpazo provocado por la crisis de precios fue peor, con un 8,4% de IPC y un 2,8% de salarios. Contra el "enroque" patronal, según ha calificado Ros, las centrales amenazan con ir escalando sus movilizaciones desde ya, pero con especial intensidad a partir del verano. "Si no pagan deben tener la respuesta de la clase trabajadora", ha afirmado Pacheco.

Convenios importantes y que afectan a centenares de miles de trabajadores, como el de oficinas y despachos -que cubre a casi 200.000 personas- o el agropecuario, llevan meses bloqueados. Y la amenaza de las centrales pasa por tratar de ir acumulando protestas de diferentes sectores con convenios encallados para generar una sensación más transversal de conflicto. Por el momento el escenario de una huelga general no se contempla en los cuarteles generales de los sindicatos mayoritarios.

Las patronales catalanas, Foment del Treball y Pimec, por el momento no están entrando al choque dialéctico y confían en poder ir desencallando los diferentes convenios trazando equilibrios. No obstante, a nivel estatal sí ha habido réplica al ultimatum de CCOO y UGT. "Cuidado con coger la senda equivocada. Se ha trabajado mucho en los últimos años para tener la paz social que tenemos", afirmó la semana pasada el vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.

Pendientes de la CEOE

Si la sangre llegará al río o no dependerá de lo que suceda en Madrid. Las cúpulas de CCOO y UGT llevan semanas de discretas conversaciones con la gran patronal CEOE, tratando de fraguar las bases sobre las que comenzar a negociar un acuerdo salarial que establezca una referencia compartida de cómo deben subir las nóminas durante los próximos años.

"Estamos tratando de ver si hay agua o no", era la metáfora con la que un dirigente sindical ilustraba los contactos con los patronos. Donde el agua era la voluntad real de los empresarios de atenerse a parte de las reivindicaciones sindicales. CCOO y UGT reclaman que los salarios suban el 13,25%, como mínimo, en tres años. Y a esa base sumarle complementos en función de la inflación y de los beneficios de cada sector.

Aunque, por el momento, la misma sequía que está castigando a Catalunya es la que impera en el diálogo social. De perdurar más allá del verano, las centrales prometen un final de año ardiente.