Siniestralidad laboral

ICL concluye que el accidente con tres muertos en la mina de Súria fue "imprevisible"

Súria, en 'shock' por la muerte en la mina de tres jóvenes geólogos

La mina en Súria donde han fallecido tres geólogos: una instalación recién renovada

La bandera de ICL a media asta, por el accidente mortal de la mina de Súria

La bandera de ICL a media asta, por el accidente mortal de la mina de Súria / ACN

Agustí Sala

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"Imprevisible", aunque con algún fallo de comunicación que, en principio, no guarda relación con el siniestro. Esas son las conclusiones del informe elaborado por ICL Iberia, la propietaria de la mina de potasa en Súria (Bages) en la que el 9 de marzo fallecieron en un accidente tres geólogos en torno a las 7,35 horas de la mañana tras caerles encima una parte del techo de 1,9 toneladas de la galería en la que estaban.

Según el análisis de la compañía, redactado por una comisión formada por técnicos y representantes de los trabajadores y remitido a la dirección general de Minas de la Generalitat, el siniestro era "imprevisible". Y esto es así por la experiencia y conocimiento de los profesionales afectados, la valoración de los técnicos que estudiaron el accidente y la experiencia de trabajadores que lo han analizado. No se produjo "ninguna señal de que el techo iba a caer", según el consejero delegado del grupo, Patricio Chacana.

En todo caso el análisis reconoce que el equipo de noche, que acaba su turno en torno a las 6,30 de la mañana, incluyó en un informe que una parte del techo en la parte opuesta a unos seis metros de donde se produjo el accidente no estaba en buenas condiciones y otra zona a unos ocho metros tenía un pilar más delgado. La empresa admite que esa información no llegó a los geólogos, por lo que admite algún fallo de comunicación. Pero, a juicio de quienes han hecho el informe, todo ello "no tiene relación causal" con el accidente.

Chacana ha explicado que una de las deducciones del estudio es que los tres fallecidos se encontraban apartados del techo que estaba en peores condiciones y analizando la cuestión y "evitando un posible punto inestable". Y, de repente cayó una parte de techo que nadie había previsto. Una roca de 5,8 metros de larga por 2,6 de ancho y un grosor de 40 centímetros que los aplastó.

Las labores de rescate de los cuerpos duraron más de siete horas par primar la seguridad, ha explicado. Óscar Molina y Victoriano Pineda, de 28 y 29 años, eran estudiantes de máster de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniera de la UPC en Manresa, mientras que Daniel Álvarez, de nacionalidad colombiana, de 31, realizaba un doctorado de Geología en la Universidad de Barcelona (UB).

Control diario

El consejero delegado de ICL Iberia afirma que el trabajo de control que realizaban se hace diariamente. "Minamos entre 30 y 40 kilómetros y se analiza cada avance diario", ha detallado. De los tres fallecidos Óscar Molina era el que tenía más experiencia, con más de cinco años y con unas 1.000 valoraciones al año.

El accidente ha hecho que ICL refuerce la investigación e implantación de tecnología para reducir la exposición de las personas y mantiene su apuesta por la seguridad, ha añadido Chacana. Como ejemplo ha detallado que hace 10 años se ponían 25.000 bulones al año (pernos que sujetan el techo) y el año pasado fueron 250.000.

También ha asegurado que destinan unos 9 millones de euros solo a ese fin para este tipo de explotación minera, que tiene unas características singulares. Es una mina de potasa ondulada, a diferencia de las planas que existen en Rusia, Bielorrusia o Canadá, según Chacana. Y eso exige mucho más control de seguridad al estar entre una falla y los Pirineos. El grupo cuenta desde 2017, ha afirmado, con equipo especializado en mecánica de rocas con 12 personas.

Galería cerrada

La galería afectada se ha cerrado. La actividad en la mina se paró durante cinco días, hasta el funeral de los accidentados. Luego se iniciaron la labores "con gradualidad y con conversaciones en los distintos equipos". De hecho se tuvieron que cubrir más de 100 atenciones psicológicas a través de la mutua Fremap.

El caso está en un juzgado de Manresa. El día del accidente, en un primer momento, acudieron los servicios de rescate de la misma empresa, pero posteriormente se incorporaron dotaciones de los Bomberos y de los Mossos d'Esquadra. También accedieron al recinto dos inspectores de Minas para realizar también un informe. El 'conseller' de Empresa, Roger Torrent, explicó el día del siniestro que la mina de ICL se sometía a inspecciones periódicas por parte de técnicas del Departament d'Empresa y que el úlitmo de elloso, que se había hecho el mes anteiror, se saldó "sin ningún expediente abierto".

La empresa se comprometió a poner también en marcha una investigación interna, que es de la que ha dado este martes detalles.

La mina de potasa de Súria se dedica a la extracción de potasa y es propiedad ICL Iberia Súria & Sallent, la única empresa productora de sales potásicas en España y perteneciente a la firma israelí ICL. Su plantilla supera los 1.000 trabajadores.

Situada en una de las una de las más importantes reservas de potasa de Europa Occidentalen 2021 inauguró una rampa de acceso cuya construcción, tras muchos avatares, duró casi una década. La rampa de más de cinco kilómetros en el interior de la montaña llega a los 900 metros de profundidad, el lugar donde ha ocurrido el accidente. Esta rampa formó parte de un plan industrial por importe de unos 500 millones de eurosque comportó el cierre de las instalaciones de la compañía en la vecina localidad de Sallent, también en la comarca del Bages.

Estas instalaciones de Súria vivieron otro accidente en 2013, cuando dos trabajadores murieron en el pozo de Les Cabanasses. Una losa del techo de la galería se les cayó encima. La empresa detuvo la actividad en las minas de Súria y Sallent hasta después del entierro de los operarios, que tenían 37 y 49 años. El accidente del mes pasado fue el más grave desde 1986, cuando tres mineros también perdieron la mina al quedar sepultados.