La mina en Súria donde han fallecido tres geólogos: una instalación recién renovada

La mina de potasa de Súria, en la que han fallecido al menos tres geólogos, se dedica a la extracción de potasa y es propiedad ICL Iberia Súria & Sallent, la única empresa productora de sales potásicas en España y perteneciente a la firma israelí ICL. Su plantilla supera los 1.000 trabajadores.

Situada en una de las una de las más importantes reservas de potasa de Europa Occidental, en 2021 inauguró una rampa de acceso cuya construcción, tras muchos avatares, duró casi una década. La rampa de más de cinco kilómetros en el interior de la montaña llega a los 900 metros de profundidad, el lugar donde ha ocurrido el accidente. Esta rampa formó parte de un plan industrial por importe de unos 500 millones de euros, que comportó el cierre de las instalaciones de la compañía en la vecina localidad de Sallent, también en la comarca del Bages.

Estas instalaciones de Súria vivieron otro accidente en 2013, cuando dos trabajadores murieron en el pozo de Les Cabanasses. Una losa del techo de la galería se les cayó encima. La empresa detuvo la actividad en las minas de Súria y Sallent hasta después del entierro de los operarios, que tenían 37 y 49 años. El accidente de este jueves es el más grave desde 1986, cuando tres mineros también perdieron la mina al quedar sepultados.

Un siglo de explotación minera

Desde hace más de un siglo, la comarca del Bages, en la Catalunya central, es un centro minero de gran relevancia en el que se ha mantenido la extracción de sales potásicas, un fertilizante natural fundamental para la agricultura en todo el mundo; y también de sal sódica, elemento esencial para la industria química.

A través de ICL Iberia Súria & Sallent, el grupo ICL suministra potasa a sus clientes. Provee, por ejemplo a los principales mercados de fertilizantes de Europa con la utilización de vías de transporte terrestres y marítimas con destino a los puertos del Mediterráneo y del Atlántico. Las instalaciones de ICL Iberia Súria & Sallent están directamente comunicadas con el Puerto de Barcelona, donde la empresa gestiona su propia terminal, compuesta por almacenes e instalaciones de carga de los buques y garantiza el envío de potasa en cualquier parte del Mediterráneo, el Atlántico y el norte de Europa.

Las minas de la comarca fueron de dominio público hasta que en 1998 pasaron a ser privadas. Se constituyó la empresa Iberpotash, que luego fue adquirida por la multinacional israelí ICL. Hace unos años la compañía cerró la mina de Vilafruns, que provocó un largo contencioso por la montaña de sal, el residuo de la actividad de extracción de la potasa, y concentró toda su actividad en Súria.

Una de las salidas para acabar con la montaña de sal fue la construcción de una planta para sal, el residuo del proceso de extracción de la potasa. En noviembre pasado se produjo la primera venta de sal proveniente en su 100% del depósito de la Botjosa de acuerdo con el plan de Restauración previsto.

Esta instalación supuso una inversión de cerca de 3 millones de euros y permite duplicar la capacidad de producción de sal de deshielo de ICL. La compañía explicó que a operación era de un ejercicio de economía circular iniciado ya con la planta de Sal Vacuum. La sal de esta planta se destina al mercado nacional, europeo y de Estados Unidos principalmente.

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