El gas tendrá un papel fundamental en la transición energética

El gas natural en España se encuentra en un momento de inflexión. Aunque es considerado el combustible de origen fósil con menos impacto ambiental, también contribuye al cambio climático. Su composición está formada en un 97% de metano, un hidrocarburo que representa un potente contaminante atmosférico y que es responsable de alrededor del 30% del aumento global de las temperaturas, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, en sus siglas en inglés). Un factor que se suma a la crisis energética que está colapsando el panorama europeo. Tras las amenazas rusas de suspender el suministro de gas al viejo continente, los países europeos están obligados a replantearse su modelo energético y a buscar alternativas renovables. Una transición en la que el gas tendrá un papel clave. 

Bajo esta premisa, el pasado viernes 28 de octubre se celebró en la sede de ELPERIÓDICO, una mesa redonda, en la que participaron representantes de organismos y entidades cuya labor será decisiva en los próximos años. Así, el consejero delegado de Nedgia (la distribuidora de gas del grupo Naturgy), Narcís de Carreras; la directora general d'Energia del Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, Assumpta Farran; el consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Pep Salas; el vicepresidente de la Comisión de Energía del Col·legi d’Enginyers Industrial de Catalunya, Joan Puertas protagonizaron este acto, que fue moderado por el periodista y redactor jefe de Economía de ELPERIÓDICO, Agustí Sala. 

La electrificación se ha colocado en el punto de mira de la transición energética y se ha proclamado como la solución para combatir el cambio climático y lograr el objetivo de la neutralidad de carbono en el 2050, que ha marcado la Unión Europea. Sin embargo, los esfuerzos de la UE llevados a cabo en los últimos años en materia de energía han contribuido al encarecimiento de la factura eléctrica en el sector doméstico, que, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) supera el 50% respecto al año pasado. Además, según Narcís de Carreras, “la infraestructura eléctrica no está preparada para cubrir el 100% de la demanda actual y es por ello que hay que buscar alternativas, como el gas, para generar más electricidad”. Tal y como sentenció el consejero delegado de Nedgia, “llevamos años repitiendo el mantra que asegura que descarbonizar es electrificar y discriminando ciertas energías”. En esta línea, de Carreras hizo un clamo en favor del gas como actor imprescindible e insustituible durante la transición energética. “El problema del gas es su CO₂, pero estamos olvidando que es descarbonizable y que, por lo tanto, un gas renovable existe”, añadió de Carreras. 

Por su parte, el consejero de la CNMC, Pep Salas hizo énfasis en tres objetivos: garantizar la seguridad y la calidad del suministro, apostar por una política medioambiental y reducir el impacto y las emisiones de CO₂; y proteger a las familias y empresas ante la subida del precio de la energía. Además, Salas insistió en el papel de la tecnología para fomentar la descarbonización del gas y el impulso de sistemas de cogeneración que promuevan la circularidad en el sistema energético: “El plan tiene que ser ambicioso”. 

“De cara al 2050 tenemos que eliminar el gas fósil y sustituirlo por un gas renovable. Tenemos que tener claro dónde ir para evitar retrasos en las políticas”, dictaminó la directora general d'Energia del Departament d'Acció Climàtica, Assumpta Farran. De hecho, “hace 20 años nos podríamos haber decantado por el biogás para el tratamiento de los residuos ganaderos, sin embargo lo relegamos a un uso local”, añadió Farran. “Mientras que aquí la administración entendió que el proceso pasaba solo por la electrificación, en otros países, como en Alemania, estaban trabajando duramente para potenciar el biometano”, lamentó el vicepresidente de la Comisión de Energía del Col·legi d’Enginyers Industrial de Catalunya, Joan Puertas. 

Biometano

Sin embargo, el consejero delegado de Nedgia lanzó un mensaje positivo en cuanto a la apuesta por el biometano: “No vamos con tanto retraso”. En esta línea, Narcís de Carreras subrayó el Plan REPowerEU, presentado por la Comisión Europea el pasado mes de marzo, que contempla medidas para la diversificación del suministro, la eficiencia y la producción de otras fuentes de energía como el hidrógeno verde, el biogás o el biometano, entre otras. Concretamente, el proyecto planea aumentar la producción anual y el uso de biometano a 35 bcm para el 2030. Una acción que, por una parte, reducirá la dependencia de Europa del gas natural de Rusia y que, por otra parte, ayudará a cumplir los objetivos climáticos, ya que, tal y como aseguran desde el sector energético, se califica a esta fuente de energía 100% renovable. Además, según un estudio realizado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), España cuenta con un gran potencial de generación de biometano que es capaz de cubrir el 10% de la demanda actual de gas natural. 

Infraestructura

La red de transporte, distribución y suministro de gas con la que cuenta España ahora mismo exige como mínimo 90% de metano (CH₄), algo que refuerza al biometano como sustituto idóneo al gas natural, ya que tienen una composición similar. “Nuestra red de suministro está preparada para transportar biometano, de hecho, en las redes de Nedgia ya hemos empezado a inyectarlo”, aseguró el consejero delegado de Nedgia. Un hecho que no se aplica al hidrogeno verde, el combustible que se postula como el vector energético clave para alcanzar la descarbonización del planeta. “La infraestructura actual puede absorber solo entre el 5 o 10% del hidrógeno es por ello que el reto recae en desarrollar una red de multigases, igual que la red eléctrica es una red de multielectrones”, señaló Narcís de Carreras. 

La composición del biometano es compatible con   la infraestructura actual

“Actualmente vemos una reducción en el consumo eléctrico y del gas producido de manera forzada por no poder asumir su precio”, subrayó Assumpta Farran. “Son caídas que no ayudan a mejorar la economía. La solución pasa porque Europa reduzca las puntas de consumo, que es lo que dispara los precios”, añadió la directora general d'Energia del Departament d'Acció Climàtica. Por su parte, el consejero de la CNMC, Pep Salas, hizo énfasis en el principio de solidaridad entre países europeos: “Es importante que Europa de una respuesta conjunta. Podemos intercambiar moléculas de gas en forma de electrones, sacar rendimiento del sistema energético. Hay que aprovechar los precios actuales para hacer inversiones en cambios tecnológicos que nos ayuden a reducir las emisiones”. 

Por otro lado, el representante del Col·legi d’Enginyers Industrial de Catalunya, remarcó la importancia de “llevar a cabo proyectos valientes”. En este sentido, Puertas, puso sobre la mesa iniciativas como la de transformar las dos centrales nucleares que aún están activas en Tarragona, donde es posible hacer proyectos de hidrogeno púrpura, una alternativa al gas natural o al hidrógeno gris que se extrae del uso de energía nuclear y que emite menos emisiones de carbono. “Tenemos que hacer lo posible para que el gas lleve más adjetivos que el fósil y en los próximos años se va a hablar mucho de hidrógeno púrpura”, apuntó la representante de la Generalitat, Assumpta Farran.

Uno de los retos que señaló Pep Salas es que “tenemos que ser suficientemente rápidos para no perder ritmo tecnológico pero a la vez también tenemos que ser prudentes a la hora de tomar decisiones que van a marcar el transcurso de los próximos años, tenemos que ser sostenibles económica y ambientalmente”. En este sentido, Narcís de Carreras añadió que “necesitamos realismo y planificación a largo plazo, sin apriorismos tecnológicos, rigor económico, análisis basado en hechos”.