Crisis energética

Bruselas pedirá a cada país un recorte obligatorio del 5% de su consumo eléctrico en sus horas punta

Von der Leyen propone limitar beneficios de generadores de energía de bajo costo, como renovables y nuclear

President of the European Commission Ursula von der Leyen gives a press conference on energy at EU headquarters in Brussels, on September 07, 2022. (Photo by Kenzo TRIBOUILLARD / AFP)  BRUSSELS [Municipio]

President of the European Commission Ursula von der Leyen gives a press conference on energy at EU headquarters in Brussels, on September 07, 2022. (Photo by Kenzo TRIBOUILLARD / AFP) BRUSSELS [Municipio] / Kenzo TRIBOUILLARD / AFP

Silvia Martinez

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La intervención del mercado energético europeo se ha convertido en una necesidad imperiosa para combatir el chantaje de Rusia y contener los "estratosféricos" precios del gas y la electricidad. En vísperas del consejo de ministros de Energía de emergencia, convocado para este viernes por la presidencia checa de la Unión Europea, la Comisión Europea mueve ficha y avanza sus propuestas para crear un cortafuegos que permita aliviar en el corto plazo la presión sobre consumidores y empresas. El plan incluye, entre otras medidas, un ahorro obligatorio del consumo eléctrico, un tope al precio del gas ruso que llega por tubería y un límite a los ingresos que las empresas que producen electricidad a costes más bajos -renovables, nuclear o hidráulicas- obtienen por los elevados precios del gas en el mercado.

Pese a las medidas adoptadas en los últimos meses para diversificar las fuentes de energía y aumentar las reservas de gas, que han superado con dos meses de antelación el objetivo del 80% (está en el 82%), ”nos enfrentamos a una situación extraordinaria, porque Rusia es un proveedor poco fiable y está manipulando nuestros mercados energéticos”, ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, poco antes de exponer sus planes a los embajadores de los Veintisiete en una reunión preparatoria del debate de urgencia de los Veintisiete este viernes. “Vemos que la manipulación de los mercados del gas tiene un efecto indirecto en el mercado de la electricidad. Nos enfrentamos a precios astronómicos de la electricidad para hogares y empresas y a una enorme volatilidad del mercado”, ha añadido.

Ahorro eléctrico obligatorio

Para hacer frente a la crisis energética, proteger a consumidores y empresas vulnerables y mitigar el alza de los precios, Bruselas plantea cinco líneas de trabajo. En primer lugar, un recorte obligatorio del consumo de electricidad, como ya se acordó en julio pasado para el gas. Bruselas pone el foco en conseguir un ahorro “inteligente de electricidad” a través de una reducción de los picos de demanda para "todos los consumidores" que permita reducir el consumo global, incluidos "aquellos que no disponen de contadores inteligentes", utilizar menos gas para la generación de energía y lograr precios más bajos. “Lo que ha cambiado es que la oferta energética mundial es escasa. Necesitamos una estrategia para aplanar los picos que impulsan el precio de la electricidad”, ha argumentado von der Leyen sin precisar cifras que, según los expertos comunitarios, se concretarán tras el debate de los ministros.

Sí aparecen, sin embargo, en un borrador de propuesta de reglamento que no ha pasado el filtro del colegio de comisarios. El documento plantea fijar "un objetivo obligatorio de al menos un 5% de reducción del consumo neto de electricidad durante las horas de precio máximo". Los Estados miembros serán libres de elegir las medidas de reducción más adecuadas aunque Bruselas sugiere el uso de subastas o licitaciones que incentiven financieramente la reducción, evitando "subvenciones a determinadas categorías de consumidores que distorsionen innecesariamente otros mercados". Cada miembro decidirá además cuáles son sus horas punta (que abarcarán entre el 10% y el 15% de las 24 horas del día) en las que reducir el consumo al menos un 5%.

Impuestos "solidarios"

El segundo gran pilar de Bruselas es el tope a los ingresos de las empresas de generación inframarginales, que producen electricidad a costes más bajos que los del gas. Es decir, limitar los beneficios de las renovables, la nuclear o hidráulica y utilizar esos ingresos para amortiguar el impacto de los precios que pagan los consumidores. “Las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono están obteniendo ingresos inesperados, que no reflejan sus costes de producción. Ya es hora de que los consumidores se beneficien”, sostiene von der Leyen. De acuerdo con el borrador obtenido por EL PERIÓDICO el precio máximo podría situarse en 200 euros por megavatio hora (MWh), la mitad del precio actual, aunque la cifra podría variar. Bruselas recomienda utilizar la diferencia entre el precio tope y el precio del mercado para apoyar a consumidores y empresas en situación vulnerable.

Bruselas también plantea crear una "contribución solidaria" de las empresas de combustibles fósiles por los "beneficios inesperados" que también están recibiendo debido a los elevados precios energéticos. “Las empresas de petróleo y gas también han obtenido beneficios masivos. Propondremos una contribución solidaria porque todas las fuentes de energía deben ayudar a afrontar esta crisis”, ha dicho von der Leyen. La idea es invertir esos ingresos en apoyar a los hogares vulnerables y en fuentes de energía limpia.

Tope al gas ruso y liquidez

El plan también se hace eco de los problemas de liquidez de las empresas energéticas afectadas por la crisis y sugiere flexibilizar de nuevo las reglas sobre ayudas de estado para facilitar nuevas líneas de avales y que puedan afrontar la volatilidad de los mercados. “Se les pide que aporten cantidades inesperadas de fondos, lo que pone en peligro su capacidad de negociación y la estabilidad de los mercados futuros. Contribuiremos a facilitar el apoyo a la liquidez”, ha dicho von der Leyen que también buscará obtener el visto bueno de los Veintisiete a fijar un precio máximo al gas ruso que llega por tubería, para "cortar los ingresos de Rusia que Putin utiliza para financiar la guerra atroz contra Ucrania".

Se trata de una medida controvertida -también está sobre la mesa aplicarla al gas natural licuado (GNL)- que podría desencadenar una nueva reacción del Kremlin que ya ha cortado total o parcialmente el suministro a 13 países de la UE. De hecho, Vladimir Putin ya ha anunciado que Rusia dejará de enviar gas a ningún país que imponga un precio de antemano. Una amenaza que no impresiona a los técnicos comunitarios. “Al principio de la guerra, el gas de los gasoductos rusos representaba el 40% de todo el gas importado. Hoy se ha reducido a sólo el 9% de nuestras importaciones de gas”, sostienen en documentos previos de trabajo.