Cuentas públicas

Deuda de la Generalitat: ¿De vuelta al mercado una década después?

El Govern aspira a financiar el año que viene al menos el 5% del pasivo total al margen del Estado

Las subidas del precio del dinero encarecerán la financiación hasta situarla por encima del 3%

El ’conseller’ de Economia, Jaume Giró, y el ’president’ de la Generalitat, Pere Aragonès, en el hemiciclo del Parlament.

El ’conseller’ de Economia, Jaume Giró, y el ’president’ de la Generalitat, Pere Aragonès, en el hemiciclo del Parlament. / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Agustí Sala

Agustí Sala

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En 2012, el plena tormenta que afectó a la deuda pública de los países del Sur de la Unión Europea (UE), los mercados se cerraron para la deuda de la Generalitat, al igual que para el resto de autonomías. Una década después, la Conselleria de Economia que dirige Jaume Giró, prevé ya regresar a los mercados de forma gradual, aunque todavía con una enorme dependencia del Estado como principal financiador mediante los distintos mecanismos creados hace 10 años, después del que entonces era 'conseller' de Economia, Andreu Mas-Colell, reclamara los 'hispabonos', o sea la mutualización de la deuda por parte del Estado, como luego ha hecho la Unión Europea con el fondo 'Next Generation' tras la pandemia. En la actualidad, el instrumento es el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), constituido para las autonomías que incumplen los criterios de déficit.

Esta hoja de ruta del Govern, recogida en el informe de "Orientaciones Presupuestarias" entregado al Parlament a finales de junio, calcula que en 2023 el 5% de la deuda podrá financiarse en el mercado. Aunque para combinar apoyo del Estado con financiación a través del mercado hay que cumplir los objetivos de estabilidad presupuestaria, como la deuda pública y el periodo medio de pago a proveedores, existen excepciones que permiten hacerlo de manera puntual. La Conselleria entiende que la flexibilidad de las reglas fiscales autorizada por Bruselas y el hecho de que Catalunya y la mayoría de autonomías cumplieran los objetivos de referencia en 2021, facilitará esta posibilidad. También contribuye que algunas agencias de calificación de riesgo, como la canadiense en DBRS hayan quitado a la deuda de la Generalitat la etiqueta de 'bono basura'.

Seguir dependiendo

En todo caso, el elevado volumen de las necesidades de financiación de la Generalitat, con una deuda que a marzo pasado ascendía a 83.722 millones de euros y la previsión de cerrar el ejercicio en 85.272 millones, "harán que sea necesario seguir contando en gran medida con la adhesión a los mecanismos de liquidez", según el informe del Govern. De hecho, no está previsto que esa parte aportada por el Estado toque techo hasta 2024, con 72.997 millones, el 85% del pasivo total. En marzo pasado suponía el 81,7%. El objetivo es que a partir de 2025 empiece a perder protagonismo en favor de las operaciones de mercado, "instrumentadas en valores o préstamos a largo plazo".

La estrategia que ha dibujado Giró, con el cambio de escenario que supone la subida de los tipos de interés, aspira que el 5% de financiación de deuda en marcado de 2023 pase a ser del 10% en 2024, el 15% en 2025 y el 20% en 2026. Uno de los factores, que hasta ahora había operado a favor, es el de los tipos de interés, históricamente bajos, dejará de hacerlo con un cambio de tendencia a raíz del ciclo de alzas del precio del dinero iniciado en julio por el Banco Central Europeo (BCE), con un aumento de 0,50 puntos y previsión de un nuevo incremento en septiembre.

Este ejercicio, el incremento neto de deuda, por 3.165 millones, además de por un mayor déficit y la cuota de devolución de liquidaciones negativas incluye la disposición de una parte pendiente del FLA de 2021, una primera del fondo de liquidez REACT-UE y el aumento del uso de las operaciones a corto plazo. Está previsto que estos aumentos se vean reducidos por la previsión de la resolución anticipada de la concesión de la carretera C-25, el Eix Transversal.

Subidas de tipos

Las subidas en los tipos de interés hacen que la reducción del coste de la deuda se convierta en subida tras varios años en los que la que vencía se renovaba a un coste más reducido. En este sentido, la previsión con la que trabaja Economia para la deuda a largo plazo con el Estado es de un 1,54% en 2022, que irá subiendo hasta el 3,10% en 2026. Y en el caso de la financiada en el mercado comienza en el 3,05% en 2023 hasta llegar al 3,56% en 2026. Como consecuencia de ello, de los 634 millones de carga financiera prevista este año se pasará paulatinamente hasta los 1.321 millones en 2026.

El Estado, a través del FLA, liquidó en 2014 la última de las emisiones de bonos de la Generalitat destinadas a particulares y empresas, por un total de 781,5 millones de euros emitidos a dos años al 5%, con liquidación trimestral de intereses, destinado a 32.605 inversores y lanzada en 2012. Con esta amortización se puso fin al ciclo de financiación a través de familias y empresas iniciado en el 2010 con el Govern del tripartito y que solo tenía como precedentes las realizadas en los años 80 con Jordi Pujol (CiU).

Desde el 2010, el importe total obtenido por la Generalitat a través de bonos para particulares alcanzó los 12.726,5 millones. La emisión con más inversores fue la primera, en 2010, por valor de 3.000 millones a 12 meses al 4,75%, con 232.893 particulares y empresas. Luego se fue perdiendo el entusiasmo, hasta los 32.605 suscriptores de la última colocación. En 2011, la emisiones a uno y dos años realizadas en primavera contaron con 89.053 y 42.325 inversores; y las de otoño del mismo año, con 135.242 y 70.859. En 2012, además de la de dos años, hubo otra a 12 meses, con 69.624 inversores.

Los bonos patrióticos empezaron con Pujol en los 80

El tripartito, con Antoni Castells como 'conseller' de Economia, retomó las colocaciones de deuda destinadas a empresas y familias, bautizadas como bonos patrióticos, iniciadas en los 80 bajo la presidencia de Jordi Pujol.

La primera fue en 1981, por un importe equivalente a 60 millones de euros (10.000 millones de pesetas de entonces) a cuatro años al 11,75%.

Le siguieron otra en 1983 por otros 10.000 millones de pesetas también a cuatro años al 14%; otra en 1985 por 4.242 millones de pesetas (25,5 millones de euros) a un año al 11,75% y otra en 1986 de 20,4 millones de euros a un interés del 9,50% semestral.

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