Desconexión del sistema eléctrico

La instalación de placas solares se dispara en Catalunya para pagar 12 euros al mes de luz

Subvenciones para la instalación de placas solares en Catalunya 2022

En 2018 se pusieron en marcha 420 proyectos de autoconsumo y en 2021, más de 13.000, pero ya no hay mano de obra suficiente para hacer frente a toda la demanda

Placas solares en Barcelona

Placas solares en Barcelona / El Periódico

ACN

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La incesante escalada del precio de la luz ha disparado el interés de muchos consumidores por "desconectarse" del sistema eléctrico tradicional. Una de las fórmulas más habituales para ello son los modelos de autoconsumo basados en la instalación de placas solares y baterías que permiten recortar más de un 90% la factura eléctrica y acabar pagando, en una vivienda familiar tipo de 100 metros cuadrados, facturas de unos 12 euros mensuales. Actualmente, en Catalunya existen unas 27.000 instalaciones de autoconsumo, pero las empresas dedicadas a montarlas constatan que el verano ha llegado acompañado de un aumento desmedido de nuevos encargos. Las subvenciones y el miedo a un invierno marcado por los problemas energéticos ha animado a este sector en auge desde la pandemia.

"Las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico son rentables por sí mismas. Ya lo eran hace año. Ahora, con los precios actuales de la luz y el coste que cada vez es más reducido, salen aún más a cuenta", explica a ACN la directora del Instituto Catalán de Energía, Marta Morera. Según los cálculos del Govern, las instalaciones de autoconsumo solar disponibles tienen una capacidad de producción de más de 200 megavatios.

De 420 proyectos a 13.000 en cuatro años

Tal y como se puede comprobar en el contador del Observatorio del Autoconsumo en Catalunya, el número de estas centrales domésticas –casi– autosuficientes ha crecido exponencialmente en los últimos cuatro años. Así, si en 2018 se pusieron en marcha 420, esta cifra se multiplicó por más de 10 en dos años. Sin embargo, entre 2020 y 2021, el número de nuevos proyectos también creció notablemente, pasando de los 5.800 de 2020 a los casi 13.000 del año pasado.

Para este 2022, la gráfica muestra una cierta estabilización, que el sector atribuye a un elemento: no hay mano de obra suficiente para hacer frente a toda la demanda generada por el encarecimiento de la luz y el efecto de las subvenciones europeas. "Nosotros este año hemos tenido que cuadruplicar la plantilla que éramos y nuestro equipo ha tenido que hacer un esfuerzo muy importante", reconoce a ACN Franc Comino, empresario olotense, experto en ahorro energético y responsable de la empresa alemana de baterías y placas Sonnen en España.

'Boom' en viviendas particulares

"El gran 'boom' que tenemos ahora es residencial, después vendrá el industrial, seguramente", vaticina. En su opinión, el interés por instalar placas solares y reducir la dependencia del sistema eléctrico tradicional ha crecido mucho entre los consumidores particulares. Asimismo, prevé un proceso similar entre los responsables de empresas y fábricas, los sectores más expuestos a un invierno en el que las restricciones y el racionamiento energético pueden llegar a hacerse habituales si las tensiones geopolíticas por la guerra de Ucrania se enquistan.

Pagar 12 euros de luz

Comino ilustra el efecto radical del autoconsumo desde un ático de Molins de Rei. Allí, su empresa ha instalado un sistema de placas y una pequeña batería en la terraza. Con una inversión total que cifra en 15.000 euros (contando subvenciones), sus propietarios, una familia que también tiene un coche eléctrico que carga en el parking del edificio, ha llegado a recortar un 90% su factura de la luz.

Legalmente, no se pueden desconectar del sistema, pero la cantidad de luz que cogen es ínfima, solo en horas de elevado consumo por la climatización o los electrodomésticos. Según dice, basta con comparar esta cifra con lo que muchos ciudadanos pagan por el gimnasio o por la suscripción a una plataforma de vídeos tipo Netflix para ver la magnitud del ahorro.

Falta mano de obra cualificada

Las asociaciones de instaladores de Catalunya constatan este auge sin precedentes en la demanda de placas, baterías y mecanismos de autosuficiencia eléctrica desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania y el encarecimiento de la luz. Tal y como relata Raül Rodríguez, director de la Federación de Gremios de Instaladores de Catalunya, ha habido un crecimiento "exponencial" pese a la falta de mano de obra calificada y las trabas que el mundo local impone este tipo de proyectos con trabas administrativas, fiscales y burocráticas.

"Hay muchas empresas instaladoras que en estos momentos no tienen operarios suficientes para realizar este tipo de proyectos. Algunos tienen listas de espera de cuatro o cinco meses para poder ejecutarse", afirma. Según sus cifras, se ha vivido un incremento trimestral de más del 20% en proyectos terminados gracias a la aceleración que suponen las subvenciones públicas. Sin contratiempo, esta cifra sería aún mayor, porque la demanda es hoy casi insaciable.

¿Desconectarse, o no?

Varios expertos consultados constatan el auge del autoconsumo en Catalunya y coinciden en atribuirlo más a un tema de ahorro que a un repentino interés por la sostenibilidad. Sin embargo, algunas de estas voces avisan de que la "desconexión" de la red eléctrica tradicional no es la solución definitiva a los problemas de un sistema eléctrico donde aún pesa mucho el desperdicio y una falta de soberanía en la producción que ha quedado en evidencia con el estallido de la guerra.

"El problema de esto es que son sistemas intermitentes, no nos engañemos, dependen mucho de la climatología, el sol y el viento. La diferencia con otras energías como la atómica, que es constante, o los combustibles fósiles, que las puedes encender y apagar cuando quieras, es importante", avisa Joan Anton Ros, profesor de Economía y Finanzas de la UPF-BSM.

Modelo con difícil almacenamiento de la energía

Asimismo, alerta de que otra dificultad de este modelo es el almacenamiento, puesto que las baterías son muy caras y no es viable reservar grandes cantidades de energía. "Inevitablemente, la mejor opción ahora es seguir conectado a la red", resume.

Por su parte, Laura Garcia, miembro de la comisión de energía del Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya apuesta por poner en marcha "muchas renovables" para hacer frente a la electrificación y la transición energética. "Esto implica la generación distribuida, a través de comunidades energéticas o de autoconsumo eléctrico, y también con plantas mayores de generación energética", explica. Sin embargo, resalta el valor de estos modelos "autónomos" para potenciar la "generación distribuida" de la producción energética, reduciendo así el peso de las grandes plantas, sean solares, eólicas, nucleares o de ciclo combinado.