Coches eléctricos

La inflación complica los planes del Grupo Volkswagen con los eléctricos en Europa

El Grupo Volkswagen quiere que el acceso a su gama de coches eléctricos urbanos que lanzará en 2025 se sitúe entre los 20.000 y 25.000 euros.

Desde Volkswagen admiten que el objetivo es todavía realista pero que si la inflación se mantiene o sube sus futuros eléctricos podrían ser más caros.

Este es el Cupra UrbanRebel, el primer eléctrico de la nueva era de Seat-Martorell

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Álex Soler

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El desarrollo y producción de la familia de coches eléctricos y urbanos del Grupo Volkswagen es probablemente el proyecto más importante al que se han enfrentado Seat y Cupra en los últimos años. Ambas se encargan del desarrollo de la plataforma, una variación de la arquitectura MEB para coches eléctricos para su uso en vehículos pequeños, y serán responsables de su producción, que se llevará a cabo en Martorell -PERTE mediante- a partir de 2025. Esta familia de coches urbanos eléctricos es calve debe llegar al mercado para democratizar la electrificación, con precios que ronden los 20.000 euros. Sin embargo, la inflación amenaza los planes del Grupo Volkswagen.

Volkswagen espera que estos vehículos eléctricos urbanos, uno de Skoda, otro de Volkswagen -que muchos ya llaman ID. 2- y otro de Cupra, que derivará del UrbanRebel, impulsen las ventas de coches eléctricos gracias a su rango de precios. Se espera que el Skoda sea el más barato y, junto al de Volkswagen, se sitúen entre los 20.000 y 25.000 euros. El de Cupra, por su enfoque premium y deportivo, seguramente será más caro y coronará esta gama de vehículos pequeños enchufables.

No obstante, desde el Grupo Volkswagen admiten que este objetivo de precio podría complicarse por culpa de la inflación. Werner Tietz, vicepresidente ejecutivo de investigación y desarrollo de Seat y Cupra, admitió que el grupo todavía confía en conseguir esos precios, pero que “una inflación del 7% podría ser un problema”. Según Eurostat, la inflación esperada para la eurozona en mayo es del 8,1%, subiendo desde el 7,4% de abril.

Las claves para reducir su precio

La principal baza para reducir el precio de los coches y permitir ofrecer eléctricos por debajo de los 25.000 euros es la escalabilidad de la plataforma MEB, que permite reducir costes de desarrollo y producción, así como los múltiples componentes, entre ellos la batería, que compartirán entre los tres vehículos. Que el desarrollo de estos coches se esté llevando a cabo por Cupra y Seat en España y que se produzcan en Martorell, donde los costes de producción son más bajos que en Alemania -donde se produce, por ejemplo, el Cupra Born- son consideraciones que juegan a favor de abaratar su precio. La planta de baterías de Sagunt, a partir de 2026, podría contribuir a reducir todavía más el precio de los coches al permitir al grupo producir sus propias baterías.

La inflación, sin embargo, puede dar al traste con todo esto porque el precio de las materias primas y de la energía se ha disparado y amenaza con inflar el precio de los vehículos para que el impacto de este fenómeno recaiga sobre el comprador y no sobre el fabricante. BloombergNEF, la división de investigación de la agencia Bloomberg, adelantaba recientemente que los precios del litio, el cobalto y el níquel, materiales clave para la producción de baterías, subieron el año pasado por primera vez en más de una década, hecho que provocaría que las baterías se encarecieran en 2022 también por primera vez en más de 10 años. Como el Grupo Volkswagen, BNEF advierte que si la inflación sube o se mantiene, la equiparación entre coches eléctricos y de combustión podría estar mucho más lejos de lo esperado.

Más colaboración para reducir costes

Proyectos como el de la familia de coches urbanos eléctricos, en el que una marca se encarga del desarrollo y producción de vehículos para el resto de enseñas del grupo, serán cada vez más comunes dentro del Grupo Volkswagen. De hecho, será esta estrategia de cooperación, dice Thomas Schäfer, director de operaciones de Volkswagen y responsable de sus marcas generalistas, la que debe permitir mejorar la rentabilidad de las marcas de volumen del consorcio.

El mismo Schäfer admitió a Automobilwoche que “estamos bien posicionados para cumplir los objetivos de las marcas, pero hay mucho potencial por explotar”. Aunque las marcas del grupo comparten tecnologías, motores y demás elementos, el directivo cree que “son todavía muy independientes, algo que no es malo, pero queremos más cooperación”. “En el futuro, definiremos objetivos de grupo y no para marcas”, añadió antes de poner como ejemplo a Seat y Cupra, que son responsables del desarrollo y producción de toda la familia de coches eléctricos urbanos del consorcio, y a Skoda, que está liderando el desarrollo del nuevo Volkswagen Passat y del nuevo Skoda Superb, que se producirán juntos en Bratislava. “Hemos visto que proyectos como estos funcionan con la gente correcta y las estructuras adecuadas”, explicó.

Estos proyectos conjuntos permiten reducir costes de desarrollo y producción, incrementando el margen de beneficios por unidad, uno de los objetivos del Grupo Volkswagen para los próximos años, en los que recortará drásticamente su oferta para centrarse en vender modelos más rentables centrándose en la electrificación. “El objetivo principal no es el crecimiento en el mercado, sino en la calidad y los márgenes antes que en el volumen y la cuota de mercado”, dijo Arno Antlitz, director financiero del grupo, en abril. El Grupo Volkswagen se prepara para dar un paso definitivo en su electrificación con el lanzamiento de una gama accesible para casi todos creada bajo nuevos estándares de cooperación que serán, a partir de ahora, la norma para garantizar la máxima rentabilidad.