Primer trimestre

El Santander gana un 58% más y prevé un impacto limitado de la guerra

El beneficio aumenta por la mejora de los ingresos, los menores gastos extraordinarios y la recompra del negocio de consumo en Estados Unidos

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en la Junta General ordinaria de Accionistas

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en la Junta General ordinaria de Accionistas / EFE / JAVIER VÁZQUEZ

Pablo Allendesalazar

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El Santander cerró el año pasado con su mayor beneficio en una década (8.124 millones) y ha comenzado este ejercicio con los mismos vientos de cola. El grupo ganó 2.543 millones de euros en el primer trimestre, un 58,1% más que los 1.608 millones que obtuvo entre enero y marzo del año pasado (o un alza del 46,8% sin tener en cuenta la depreciación del euro respecto a otras divisas con que opera). Pese a ganar más de lo que preveían los analistas (2.300 millones), ha sufrido una fuerte caída en bolsa del 6,79%, la mayor de los bancos del Ibex 35 en una mala sesión para el sector financiero.

La guerra de Ucrania, así, está afectando de forma limitada al Santander. Su exposición a clientes rusos es de apenas 74 millones en hipotecas y cuatro millones en crédito a empresas. El banco confirmó a principios de abril -y ha ratificado este lunes- los objetivos financieros para este año que anunció a principios de febrero antes de la invasión. El grupo, de hecho, ha mantenido básicamente estables sus provisiones para afrontar pérdidas (2.101 millones) porque estima que las extraordinarias realizadas en 2020 para afrontar la pandemia serán suficientes para absorber los efectos económicos de la guerra.

Su consejero delegado, José Antonio Álvarez, ha argumentado que la guerra provocará algo menos de actividad económica (el banco ha recortado en torno a un punto de PIB su previsión para España), pero aunque "la recuperación vaya a ser menos intensa, los crecimientos son todavía elevados". También ha augurado que la inflación volverá a cifras "más normales en un tiempo razonablemente corto" y ha destacado que el mercado prevé dos subidas de tipos por parte del BCE este año: a finales del tercer trimestre o más probablemente en el cuarto.

Factores de la mejora

La mejora del beneficio responde a varios factores. En primer lugar, los ingresos básicos del banco han subido un 11,3% (a 8.855 millones) por el aumento de los volúmenes de negocio y por el incremento de los tipos de interés ante el alza de la inflación. Además, la recompra de la participación de los accionistas minoritarios en su negocio de crédito al consumo en Estados Unidos le ha permitido retener más beneficio de esa unidad.

Y en tercer lugar, en el primer trimestre del año pasado registró un gasto extraordinario de 530 millones para realizar ajustes de plantilla en Reino Unido y Portugal que este año no se ha repetido, lo que beneficia la comparación. Sin tener en cuenta ese impacto excepcional, el beneficio del banco hasta marzo hubiera sido de 2.138 millones, con un aumento del 19% (12% sin tipo de cambio).

Costes y compras

Donde sí se ha notado el impacto del conflicto es en los costes, que han aumentado un 8,1% (4,5% sin tipo de cambio), hasta los 5.535 millones por el fuerte alza global de la inflación. El banco ha destacado, con todo, que los gastos sin tipo de cambio han subido por debajo del IPC en todos sus mercados y negocios, salvo en Brasil y México (por aumentos de los convenios salariales) y el Digital Consumer Bank (por inversiones estratégicas y aumento del tamaño). Álvarez, en esta línea, ha descartado nuevos eres en España: "No tenemos presión de costes" en el país.

El ejecutivo, por otra parte, ha afirmado no ser "particularmente pesimista" sobre la morosidad que sufrirán los créditos ICO a empresas cuyo plazo de carencia en el pago del principal ha comenzado a vencer este mes de abril. Asimismo, ha apuntado que el banco podría vender activos -entre otras opciones- para comprar parte del negocio de Banamex, la filial de Citi en México, pero ha reiterado que no ampliará capital ni bajará su nivel de solvencia por debajo del 12%. La operación, de darse, no tendría lugar hasta finales de 2023 o ya en 2024.