Cita mundial

El Mobile encarrila a Barcelona hacia la era poscovid

El salón, que supone el 25% del negocio de la Fira, espera recibir hasta 60.000 visitantes, en torno al doble que el año pasado

La presencia internacional aumentará pero aún se dejarán notar las restricciones en China o Japon, que suelen tener delegaciones muy numerosas

Últimos preparativos previos a la inauguracíón del Mobile World Congress

Últimos preparativos previos a la inauguracíón del Mobile World Congress / Joan Cortadellas

Agustí Sala

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El Mobile World Congress (MWC), que empieza este lunes y durará hasta el jueves, aspira a encarrilar a Barcelona hacia la nueva era poscovid. Aunque nacen nuevos focos de incertidumbre como el ataque a Ucrania, que ha llevado a la organización, GSMA, a eliminar el pabellón de Rusia; en Fira de Barcelona esperan que la feria de los móviles, la más importante del mundo, suponga el inicio de un ejercicio que catapulte hacia la normalidad.

Un total de 10.000 habitaciones entre hoteles y apartamentos bloqueadas, reservas en restaurantes y un trajín constante de monovólumenes negros para trasladar a directivos y ejecutivos del sector contribuirán a aumentar la actividad en la capital catalana, tras muchos meses de parón en la hostelería y otros sectores. La organización, GSMA, espera recibir entre 40.000 y 60.000 visitantes, el doble que el año pasado. El MWC, desde su primera edición en Barcelona en 2006, ha contribuido a construir un ecosistema de negocios de base tecnológica que hoy es referente. Ha contribuido a ello el salón 4YFN, que se celebra a la vez que el Mobile, y que este año llega ya a su octava edición.

La de este año, después de la cancelación de la cita de 2020, al inicio del estallido de la pandemia y el cambio de fecha en 2021 hacia el verano con un salón más modesto, es la edición que aspira a ser el punto de referencia hacia la recuperación. De hecho, según fuentes de la Fira, puede comenzar un círculo virtuoso en el que la celebración de una feria impulsa la de la siguiente. Lo contrario de lo sucedido desde 2020, cuando se encadenaban las cancelaciones.

La cuarta parte del negocio

La edición que empieza el lunes ocupará siete de los ocho pabellones del recinto de Gran Via. El número de visitantes aún estará lejos del récord de 2019, con un total de 110.000, pero si las previsiones no se tuercen, la tendencia será al alza, pues los organizadores aseguran que ya han reservado espacios para la edición de 2023. Se estima que esta edición aportará a Barcelona unos 240 millones de euros y unos 6.700 empleos a tiempo parcial. Está prevista la participación de 1.500 empresas. Aunque habrá más presencia internacional que el año pasado, las restricciones en Asia (China y Japón), delegaciones que solían ser muy numerosas antes de la pandemia, se dejarán notar.

El 25% del negocio

El peso de este salón en los ingresos de la Fira es del 25%, una cuota que se ha ido reduciendo desde el entorno del 40%, por la incorporación de nuevos salones y actividades. Pero lo más destacado es el impacto económico que supone para la ciudad y su entorno, especialmente para actividades afectadas por la pandemia, como la hostelería y la resturación, entre otras. De hecho el MWC sirve para que hoteles que permanecían cerrados decidan abrir sus puertas.

El director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga, destaca en declaraciones a EL PERIÓDICO que más allá de sus dimensiones y características, el MWC 22 "es el primer gran acontecimiento del año; un congreso internacional que ha de servir para iniciar la etapa de recuperación definitiva de la normalidad en la actividad ferial. Arrancar el año con un MWC Barcelona exitoso será un empujón para el resto de acontecimientos previstos en el calendario ferial”.

Del primero grandes en cancelar al primero en abrir

A juicio de Serrallonga "estamos ante una de las ediciones más especiales y esperadas del MWC. Es la edición del retorno progresivo a la normalidad, la confianza de las empresas, profesionales y ciudadanos, la que convertirá de nuevo a Barcelona en capital mundial tecnológica y marcará un punto de inflexión a nivel internacional. El MWC fue el primer gran acontecimiento en cancelarse cuando llegó la pandemia y es el primero de este año en el calendario de la Fira".

Este año, con la incorporación del centro de convenciones (CCIB) en la Fira está prevista la celebración de más de 130 salones y congresos. Después de un 2021 en el que facturó apenas 60 millones, la mitad de lo presupuestado, la Fira espera superar este ejercicio los 170 millones. "Fira de Barcelona se juega una buena parte del ejercicio en el primer semestre", aseguran fuentes de la entidad. No solo se celebrarán salones que ya estaban previstos sino otros que se tuvieron que posponer. Un ejemplo es Alimentaria & Hostelco, uno de los mayores, en abril; pero además se podrán estrenar normalmente el del marisco y el pescado, Seafood, que se el arrebató a Bruselas, también en abril o el ISE, el mayor salón del sector audiovisual del mundo, que antes de celebraba en Ámsterdam, y que pospuso su primera edición normal a mayo, entre otros. 

El año pasado, el impacto de la crisis sanitaria forzó bajas presenciales de gigantes del sector. Este año será distinto y solo anunciaron que no asistirán, Sony, que ya no lo hacía desde 2019; y Lenovo. GSMA afirma que el congreso reunirá a 1.000 ponentes y que un 95% de ellos participarán de forma presencial. Así, también asistirán grandes compañías tecnológicas de 150 países como Google, Meta, Verizon, Microsoft, IBM, Telefónica, Nokia, ZTE, HP, Huawei o Amazon Web Services.

Según GSMA, el Mobile ha tenido un impacto económico para la capital catalana de unos 5.300 millones de euros desde 2006 y ha generado unos 141.000 empleos a tiempo parcial. GSMA, que alargó el contrato que compromete la celebración del Mobile en Barcelona hasta 2024, un año más para compensar la anulación de 2020, no quiere aún desvelar si existen negociaciones para más prórrogas.

Fuentes conocedoras de la cuestión afirman que la negociación se retomará tras celebrarse la feria de este año. El compromiso con el MWC está amarrado hasta 2024 a través de la fundación Mobile World Capital, a la que las administraciones central, autonómica y local aportan 15 millones anuales (cinco cada una), de los que en torno a 10 millones van a la organización del salón a raíz del denominado 'Host city parties agreement'. Una de las novedades de este año es que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, se estrena como presidente de GSMA.

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