Rabat superó los 100 millones en ventas en 2021, todavía un 12% menos que antes del covid

La cadena de joyerías y relojerías Rabat se prepara para suturar definitivamente las heridas de la pandemia. El grupo familiar presidido por Jordi Rabat (hijo de los fundadores) está acabando de cuadrar los números de 2021, pero estima que vendió en torno a 106 millones de euros entre enero y diciembre del año pasado. Este volumen es todavía un 12% inferior al de antes del covid, pero refleja que se ha recuperado buena parte de la actividad perdida durante 2020, cuando su facturación cayó en torno a un 40%. 

En este sentido, la compañía no tiene dudas de que crecerá a doble dígito este 2022, sobre todo teniendo en cuenta que el año que justo termina aún tiene 5 meses más flojos de lo que era habitual en la firma. “Quitando estos meses, la línea es muy bonita”, justifica el presidente del grupo, que señala asimismo que en los últimos tres meses de 2021 las cifras ya están un poco por encima que en el mismo periodo de 2019.

Asegurada esta recuperación, Rabat se centrará este año en afianzar el crecimiento de sus locales en Madrid y Valencia, mejorar los proyectos de cada tienda e incrementar los servicios corporativos que se llevan desde Barcelona. En total, la compañía tiene siete establecimientos y emplea a 185 personas, 12 de las cuales son nuevas incorporaciones de 2021. Además, el grupo joyero prevé redoblar su apuesta por el canal digital, que si bien supone menos de un 1% de las ventas, se contempla como la puerta de entrada a muchos nuevos clientes. Concretamente, la compañía más que duplicará lo que invertía en márketing hasta ahora, y la mitad de este presupuesto se destinará al canal digital.

Efectos de la pandemia

Otra de las secuelas de la pandemia para su negocio ha sido el ‘sorpaso’ del cliente nacional por encima del internacional, así como el crecimiento del segmento de la joya y la reducción del mercado del reloj. Es decir, si bien los relojes suponen la mayor parte de las ventas de Rabat (solo un 30% es joyería propia, y del 70% restante, la inmensa mayoría son relojes de terceros), este segmento retrocedió un 7% en 2021 en relación a los niveles de antes de la pandemia, mientras que la actividad creció un 30% en el ámbito de las joyas.

En cuanto a su clientela, siete de cada diez personas que compraron en Rabat el año pasado fueron público nacional, y esta proporción es un 55% superior a la del 2019, cuando el cliente doméstico suponía menos de la mitad de su actividad. De hecho, antes del covid, esta cadena de joyerías con sede en Barcelona y que empezó su andadura con una tienda en Badalona, vendía en casi un 60% a clientes extranjeros. Pese a que ahora se ha invertido la gráfica, el grupo ha detectado un pequeño repunte entre 2020 y 2021, síntoma de que el mercado internacional se recupera.