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La actividad emprendedora de España se acerca a la tasa de la crisis de 2008

Francisco Polo, Alto Comisionado para España Nación Emprendedora: "España sigue situándose en el top 20 de países con mayor tasa de acción emprendedora por encima de la media pese a la pandemia”

El miedo al fracaso y la poca percepción de oportunidades durante la pandemia son algunos motivos por los que la tasa de emprendimiento descendió durante el año pasado

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GEM España / Red GEM España

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La actividad emprendedora de España se situaba en 2020 en un 5,2%, 0,9 puntos menos que en el año anterior, acercándose así a la tasa que se registró tras la crisis de 2008 (5,1% en 2009), según los datos del último Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2020-2021. 

A pesar de estos datos, Francisco Polo, Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, ha destacado que España “sigue situándose en el top 20 de países con mayor tasa de acción emprendedora por encima de la media pese a la pandemia”.

En esto ha coincidido José Bayón, CEO de Enisa, ha asegurado durante la presentación del informe que el emprendimiento “ha sufrido pero también se ha reinventado. Espala sigue destacando como un país con gran potencial emprendedor, seguimos estando por encima de la media Europea y es que sin duda jugará un papel importantísimo en la recuperación” 

Por su parte, Isabel Neira, directora del Observatorio GEM España, ha explicado durante la presentación que las empresas nacientes se mantienen respecto al año pasado. “La tasa del emprendimiento naciente se ha mantenido respecto al año anterior, es decir, el mismo porcentaje de personas pusieron en marcha su negocio, pero esta vez en unos meses de pandemia, algo que es admirable”. 

Asimismo, la directora ha señalado que este bajón en la tasa de emprendimiento se debe a la percepción de los españoles en distintos ámbitos ante una situación de crisis. Un ejemplo de ello es el miedo al fracaso que tiene el 64% de los encuestados, situando a España en el primer puesto de los países de altos ingresos participantes en este ciclo y alejándonos de la media europea que se sitúa en un 47%. De lo contrario, la percepción de oportunidades baja al 16,5%, bastante alejado de la media del resto de países que han participado (40,5%) y posicionándonos en el último puesto de esta métrica. 

Estos resultados se suman que el porcentaje de la población que percibe oportunidades para emprender se reduce a un 16,5% cambiando la tendencia creciente de años anteriores. Además, la la razón que llevó a la población a emprender el año pasado, siendo la principal motivación para el 72,4% la escasez del trabajo. En este sentido, Neira ha destacado el cambio significativo que ha surgido en este aspecto ya que en 2019 la población emprendía, en su mayoría, para crear riqueza y marcar la diferencia. “En un año de pandemia, en septiembre, que es cuando se han realizado las encuestas y con la gran tasa de paro, es normal que las respuestas sea la escasez de trabajo. Tenemos que poner el foco en fomentar las otras motivaciones que es el tipo de emprendimiento que más genera empleo y crecimiento”.

En lo referente al género, las mujeres entre 35-44 años emprenden en mayor medida que los hombres en ese mismo tramo y, por el contrario, lo hacen menos que los hombres en el tramo entre 55-64 años. Aunque por regla general son mucho más conservadoras que ellos ya que perciben menos oportunidades (14,4%), tienen más miedo al fracaso (54%) y valoran menos favorablemente la cultura emprendedora de su entorno.

En 2020, según los 36 expertos españoles entrevistados, la infraestructura comercial (6,5), el acceso a infraestructura física (5,9), los progra-mas gubernamentales (5,7) y a la educación en etapa post escolar (5,1) son las condiciones del entorno que han recibido las mejores valoraciones. En contraste, la educación y formación emprendedora en etapa escolar (2,2) y la burocracia e impuestos (3,9) han recibido las más bajas. Todas las condiciones han bajado en sus valoraciones.

En este sentido, las condiciones del entorno que han actuado como frenos de la actividad emprendedora en España en 2020 han sido las políticas gubernamentales y el acceso a la financiación; condiciones que han ocupado las dos primeras posiciones desde la edición GEM 2008 que coincidió con el inicio de la crisis financiera global; mientras que la  transferencia de I+D y la infraestructura comercial y profesional han sido las que han actuado como fuerzas impulsoras.

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A pesar de todo esto, Neira ha asegurado que, aunque los niveles se estén situando cerca de los que se alcanzaron en la anterior crisis, en esa ocasión “tardamos mucho en recuperarnos pero ahora no creo que suceda eso ya que tanto la potencialidad como la intencionalidad se mantiene. Las personas emprendedoras han visto esta crisis más pasajera”. Asimismo, ha hecho hincapié en el cambio favorable de cultura que se ha producido en la sociedad, así como en la visión de la población sobre la figura del emprendedor.