un año de pandemia

El virus que mató la austeridad de la crisis de 2008

La crisis provocada por el covid ha trastocado las políticas económicas, que facilitan ahora el gasto y la deuda a corto plazo para la recuperación

BARCELONA 29 04 2020  BARCELONA Casi todos los comercios  salvo los que se consideran esenciales  llevan casi un mes y medio cerrados y con su actividad practicamente paralizada por el coronavirus   Tiendas cerradas en el centro comercial Gran Via 2 Fotografia de JOAN CORTADELLAS

BARCELONA 29 04 2020 BARCELONA Casi todos los comercios salvo los que se consideran esenciales llevan casi un mes y medio cerrados y con su actividad practicamente paralizada por el coronavirus Tiendas cerradas en el centro comercial Gran Via 2 Fotografia de JOAN CORTADELLAS / JOAN CORTADELLAS

Agustí Sala

Agustí Sala

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De la austeridad de la crisis de 2008 al gasto y la deuda en la del coronavirus. Ese ha sido uno de los grandes cambios propiciado por la pandemia, que ha despertado "una nueva mentalidad económica", afirma el catedrático de Política Económica, Antón Costas. Ertes (casi 900.000 trabajadores están sujetos a este instrumento), créditos ICO (más de 120.000 millones movilizados), teletrabajo (el porcentaje de trabajadores que lo practicaban pasó de apenas el 5% a superar el 30%) son términos que se han vuelto cotidianos. Y la otra cara, el déficit o la deuda, han vuelto a ser protagonistas, pero ahora, no para atajarlos a corto plazo sino incluso para estimularlos para propiciar la recuperación económica.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea, que ha flexibilizado los criterios fiscales y prevé mantenerlos así al menos hasta 2023, y antes defensores de la austeridad, han variado su discurso. Se ha pasado de la vieja ortodoxia financiera a un campo más experimental como con el 'New Deal' de los años 30 del siglo pasado en EEUU, que da pie a introducir conceptos como la renta básica universal. "Un ejemplo de beneficio del covid, con sus mayores o menores dificultades de aplicación, es el ingreso mínimo vital en España, que no se hubiera aprobado de no haber sido por la pandemia"' , afirma Costas.

El déficit público español sobrepasó el año pasado los 100.000 millones de euros, según las primeras estimaciones; y la deuda pública, los 1,3 billones, el 117,1% del PIB, el nivel más alto de toda la serie histórica. A nivel global, la deuda soberana superó por primera vez el 100% del PIB. O sea, el mundo debe por ese pasivo más de lo que produce en todo un año.

Impuestos y transferencias de renta

Pocos hubieran imaginado apenas un año atrás que gobiernos conservadores como el británico aprobarían subidas de impuestos a las empresas y a las clases acomodadas o que Europa mirara para otro lado con las reglas de deuda y déficit o las transferencias de renta a hogares y familias pobres en EEUU. Ha sido una respuesta muy distinta a la de la crisis de 2008. Carlos Victoria, investigador de EsadePol destaca "los esfuerzos hechos por los gobiernos y por las instituciones europeas", sin perder de vista, por ejemplo, que los 750.000 millones de los fondos europeos para la reconstrucción "son a cambio de reformas, con prioridades definidas y un enfoque claro destinado a la transformación de la economía".

Pero además de esto hay que añadir la aceleración de regulaciones, como, por ejemplo, la presión por un mayor control sobre las grandes compañías tecnológicas o para proteger a las personas más vulnerables, explica Raimon Ripoll, socio director de Catalunya, Aragón, Baleares y Andorra en Deloitte. Otro de los aspectos que destaca es el del incremento del cibercrimen y, por tanto, de la inversión para combatirlo, dada la mayor digitalización y la híperconectividad, que aún se acelerará más con el 5G. 

Derrumbe histórico

Para encontrar un derrumbe de la economía como el de 2020 habría que remontarse al menos a unos 80 años atrás, ya que no se ha vivido nada similar en tiempos de paz. La caída del 11% del producto interior bruto (PIB) fue la mayor de todos las economías avanzadas, dado el peso de los sectores más afectados por la crisis surgida de la pandemia, como el turismo o el comercio (físico). El proceso de vacunación abre la puerta a la esperanza este año con España entre los países con mayor crecimiento, como apuntaba la organización de los países más industrilizados, la OCDE en sus últimas previsiones.

Más sostenibilidad

El coronavirus ha obligado a hacer un gran 'reset', según el fundador y presidente del Foro Económico Mundial de Davos, Klaus Schwab. Además de la aceleración de la digitalización las energías verdes, al menor movilidad, forzada por la pandemia, ha revelado las ventajas de una menor polución y despertado mayor concienciación por la sostenibilidad. Una multinacional como Epson es un ejemplo de ello. La compañía ha adquirido el compromiso "no solo alcanzar las emisiones cero en sus cadenas de producción en 2050 sino de compensar las de otros sectores e industrias", explica Ernest Quingles, vicepresidente para Europa y consejero delegado del grupo Epson en España, Francia y Portugal.

Y es que "hacer las cosas sostenibles no es más caro sino más eficente y, por tanto, más rentable", explica. Epson, que produce desde relojes e impresoras a robots industriales y sensores y hace 10 años ya apostó porque todos sus productos fueran sostenibles, ha decidido profundizar en esa línea. Lo hace, por ejemplo, facilitando la economía circular a través de su tecnología DFT, que consiste "no en reciclar sino en hacer 'renacer' el papel impreso de forma infinita sin usar agua", así como la impresión mediante inyección de tinta.  

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