Turismo residencial

La vida en Benidorm después del Brexit

La decisión de Reino Unido deja a británicos en un "limbo" al no poder regular su situación mientras a otros apenas les ha cambiado el día a día

Benidorm, en Alicante, antes de la pandemia.

Benidorm, en Alicante, antes de la pandemia. / periodico

A. Vicente

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Buscan el sol, la playa y un lugar donde pasar su jubilación. Otros han fijado aquí su residencia, tienen trabajo, y sus hijos van al colegio. Pero algunos han tenido que dejar España y volver a Reino Unido, en la mayoría de los casos, sin tener apenas dinero para pagarse un vuelo de vuelta. El Brexit ha cambiado la vida los británicos; también la de aquellos que viven en Benidorm, aunque no de igual forma para todos.

En algunos casos, esta histórica decisión no les ha afectado en su día a día y pasear por las calles de la conocida zona inglesa en el Rincón de Loix es hacerlo entre ingleses que siguen paseando con sus bicicletas o descansando en los bancos a pie de playa, cambiando sus divisas o comprando en las tiendas del barrio. Pero a otros, les deja en una especie de "limbo" del que no encuentran salida.

El Brexit se hizo efectivo con el nuevo año. Pero los meses anteriores, han sido frenéticos. Para empezar, porque muchos habían vivido hasta ese momento en Benidorm y otras partes de la provincia como ciudadanos comunitarios, por lo que no tenían más complicación. Ahora, con la nueva situación, los británicos ya no tienen esa condición sino que han pasado a ser como los americanos o australianos.

¿Y qué supone para ellos? Pues que los requisitos se multiplican y hay que cumplirlos. Ahora, tienen que estar empadronados, y dar garantías de que disponen de un domicilio y recursos económicos que deben tener en una cuenta en un banco español. También una cobertura sanitaria, ya sea privada o a través de los acuerdos públicos con la Seguridad Social. Y aquí viene el problema. En Benidorm, muchos británicos llevaban años pasando largas temporadas pero no se habían ni siquiera empadronado. 

La presidenta de la Benidorm’s British Businesses Association, Karen Maling Cowles, explica que han hecho "más de 600 empadronamientos en poco tiempo" porque a muchos "se les vino el tiempo encima". Otros, fueron previsores y arreglaron todos sus documentos. Para Cowles, el problema también está en que "cuesta que entiendan que ya no son ciudadanos comunitarios".

Así, en la capital turística existen hasta cuatro tipo de perfiles de británicos según la situación en la que los ha dejado el Brexit. Por una parte, aquellos que ya habían regulado su situación, para los que apenas ha cambiado nada. "Hemos hecho muchas campañas de concienciación durante tres años de la importancia de empadronarse y dieron sus frutos", indica Cowles. Pero no todos están en ese punto.

"Tenemos gente que aún está esperando para tener sus papeles" y otros que están en una especie de "limbo", explica Cowles. "Hay quien no puede acreditar los recursos económicos o puede pagarse un seguro privado pero tienen hijos que van al colegio y tienen su vida aquí", añade. Y ese grupo es el que más preocupa por ahora: "En algunos casos les decimos que su mejor opción es volverse". Además, existe otro tipo de británico, el que sí decidió regresar a Reino Unido cuando se acercó el Brexit y no tenía medios para mantenerse en España.

Pero aún hay algo positivo a pesar del terremoto del Brexit: la cantidad de ingleses que aún sigue viniendo a vivir en España a pesar de todo. Cowles asegura que antes del 31 de diciembre "mucha gente vendió sus casas para venir, sobre todo, a Benidorm". Eso sí, con toda la información de antemano por lo que ya llegan con todos los requisitos cumplidos. Y es que la capital turística sigue siendo un "imán" para los británicos.