ENTREVISTA A FERNANDO IBÁÑEZ, PRESIDENTE DE ASEAFI

"España es de los pocos países donde se puede nacer, crecer y morir sin recibir ninguna formación financiera"

Para celebrar el Día de la Educación Financiera, charlamos sobre el nivel de formación en esta materia que hay en España con Fernando Ibáñez, presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi)

Para celebrar el Día de la Educación Financiera, charlamos sobre el nivel de formación en esta materia que hay en España con Fernando Ibáñez, presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi)

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Aseafi / economia

Fran Leal

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Hoy, 5 de octubre, se celebra el Día de la Educación Financiera bajo el lema ‘Finanzas responsables, finanzas para todos’, una iniciativa que parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, y que lleva celebrándose desde 2015.

Enmarcada en su Plan de Educación Financiera, el objetivo de esta iniciativa se focaliza en concienciar sobre la importancia de estar debidamente formados en el terreno de las finanzas. Y lo hacen a través de numerosas actividades por todo el país, en colaboración con diversas instituciones y entidades.

Efectivamente, en los últimos tiempos se viene incidiendo en una idea de forma reiterada: la educación financiera de la ciudadanía es una de las grandes asignaturas pendientes que tiene nuestro país. Por ello, hemos charlado en profundidad con Fernando Ibáñez, presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi), una de las entidades que participan en la celebración de esta iniciativa anual, para conocer de primera mano cómo evoluciona nuestro conocimiento y manejo de las finanzas personales.

Siempre se ha dicho que una de nuestras asignaturas pendientes es la de potenciar la educación financiera entre los ciudadanos. Y, en los últimos tiempos, parece que se está despertando el interés por el cuidado de las finanzas personales entre la población. ¿Es realmente así o nada más lejos de la realidad? 

Es cierto. Hay que tener en cuenta que la coyuntura económica que vivimos hoy no tiene nada que ver con la de hace unos años. Ahora, encontramos una gran oferta de entidades y de productos (algunos de ellos, muy complejos), que dan cobertura a diferentes necesidades. Por ello, las decisiones económicas y financieras que tomamos tienen que ser mucho más meditadas y requieren de la elaboración de unos números mucho más rigurosos. Esto obliga a los diferentes agentes económicos (ciudadanos y empresas, principalmente) a educarse financieramente, para poder gestionar de la mejor manera sus recursos.

La educación financiera es la clave para prosperar y para ser más resistentes

En este contexto, es muy importante poder contar con el asesoramiento de un profesional formado, con experiencia, regulado e independiente, que nos ayude a lograr los mejores resultados y alcanzar nuestros objetivos.

Al respecto, ¿existe una mayor búsqueda de asesoramiento por parte de los ciudadanos?

Sin duda, en un contexto tan complejo como el que hemos descrito, cada vez existe una mayor necesidad de contar con profesionales a la hora de decidir. La educación significa libertad. Libertad para elegir y libertad para decidir. La falta de formación financiera de los inversores en España es la causa principal de los errores al gestionar nuestro patrimonio y/o financiarnos. España sigue estando a la cola en formación financiera dentro de la Unión Europea. Esta carencia en formación contrasta con la enorme red bancaria de distribución de productos en nuestro país. La relación entre ambos datos no es casual, pues a un cliente menos formado se le vende cualquier producto más fácilmente y, en sentido contrario, como tenemos una oficina bancaria al lado de casa nos hacemos cómodos y no hace falta buscar más allá. La asimetría de la información ha llevado a evidentes conflictos de interés, siempre resueltos en contra del inversor, y la contratación de productos tóxicos. Históricamente, nuestro país avanza a base de accidentes, y en el sector financiero ha habido muchos en estos últimos 10 años y con consecuencias nefastas para el ahorrador particular. 

Estos casos han obligado a muchos inversores a seleccionar mejor su asesor financiero, vigilando su profesionalidad y alineación de intereses. En este sentido, MiFID I y MiFID II nacieron como directivas europeas que fomentan la formación financiera, apoyada en el desarrollo de los asesores financieros independientes que ayuden a los inversores. Lamentablemente, en España los asesores financieros han tenido un recorrido menor que en otros países europeos. Esperamos que las nuevas generaciones de inversores, más formadas e informadas, hayan interiorizado las lecciones del pasado y aprecien el valor añadido de contar con un asesoramiento profesional.

Desde un punto de vista más pragmático, ¿qué se está haciendo a nivel estatal para fomentar el cuidado de las finanzas personales?

Pues bajo nuestro punto de vista, no lo suficiente, ni lo suficientemente rápido. A nivel institucional, tenemos que destacar el Plan de Educación Financiera promovido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, que se apoya y cuenta con la implicación de los diferentes agentes del sector, como nosotros, para dar capilaridad al mensaje, al tiempo que desarrollamos nuestras propias iniciativas en este ámbito. Pero no es suficiente. 

Sin conocimientos básicos, los ahorradores volverán a contratar e invertir en los productos que les pongan delante, aunque no los entiendan

La realidad es que España es de los pocos países desarrollados de la UE en los que una persona puede nacer, crecer y morir sin recibir ninguna formación financiera, incluso para algo tan básico y necesario en la vida de la mayoría de ciudadanos como abrir una cuenta corriente o elegir una hipoteca. Habría que incluir la formación financiera tanto en la educación de base como en los niveles superiores o en los entornos laborales. Más que una necesidad, es una demanda social. Además, entendemos que, igual que las redes bancarias han demostrado su eficiencia en la distribución de productos, podrían utilizarse como centros de formación y conocimiento para sus clientes. Hay que afrontar cambios a gran escala.

Pero, para terminar de concienciarnos, ¿qué es lo que nos jugamos si no abordamos esta cuenta pendiente como sociedad?

Que nuestra sociedad sea más frágil, y, por lo tanto, tenga mayores dificultades para desarrollarse. La educación financiera es la clave para prosperar y para ser más resistentes ante los continuos imprevistos que se dan en nuestras vidas; tenemos un claro ejemplo con la crisis provocada por el Covid-19. Sin avanzar en este ámbito, nos jugamos repetir los errores del pasado: si los ahorradores siguen sin conocimientos básicos, volverán a contratar e invertir en los productos que les pongan delante, aunque no los entiendan. Y muchos inversores continúan creyendo en las fórmulas mágicas en bolsa y en los soplos millonarios, con el objetivo de hacerse ricos desde el sofá de su casa.

Por otro lado, fruto de los “accidentes financieros” de los que hablábamos antes, la Unión Europea está incrementando tanto la regulación y los requisitos para los asesores financieros que está consiguiendo el efecto contrario al deseado: dificultando su viabilidad y la accesibilidad de los inversores a asesoramiento profesional independiente.

Hay que incluir la formación financiera en la educación de base, en los niveles superiores y en los entornos laborales

En estos momentos de pandemia, se complica aún más la gestión de las finanzas personales. ¿A qué aspectos hay que prestar más atención en época de crisis?

En momentos de gran incertidumbre, los inversores no asesorados se encuentran desorientados y pueden cometer graves errores; desde decisiones drásticas por pánico hasta dejarse llevar por entidades no reguladas, sin formación ni experiencia. No solo durante la pandemia, sino en cualquier situación, contar con un asesor profesional regulado e independiente a nuestro lado es garantía de que las decisiones que nos aconsejen se habrán adoptado siguiendo exclusivamente nuestros intereses. Esto se resume en seguridad, confianza y tranquilidad.

¿Qué papel juegan las empresas en todo esto? Desde Aseafi, ¿cuáles son vuestros objetivos y qué iniciativas estáis impulsando?

Desde Aseafi, colaboramos activamente en el Plan de Educación Financiera de la CNMV y el Banco de España. Además, contamos con nuestro propio canal de comunicación en materia de educación financiera, dirigido a usuarios de todos los niveles. Apoyándonos en nuestros asociados y en nuestros patrocinadores, generamos contenidos en diferentes formatos, con los que pretendemos difundir conocimiento, experiencia y, sobre todo, motivación para que el inversor sea consciente de esta realidad y tome las mejores decisiones, con criterios bien interiorizados y apoyo profesional.