LAS CARAS DE LA EPA

Empleada en erte: "Solo está trabajando un 10% de la plantilla"

Marina Pérez trabaja en los comedores de la factoria Forden Almussafes donde ahora solo hay comida para llevar

Marina Perez  Marina Perez sufre un ERTE desde el 16 de marzo.

Marina Perez Marina Perez sufre un ERTE desde el 16 de marzo. / periodico

Nacho Herrero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Marina Pérez ‘inauguró’ los ERTE el 16 de marzo, el primer día laborable tras el decreto del estado de alarma, y puede que los ‘cierre’ cuando quiera que sea eso porque, aunque se esfuerza por ser positiva, admite que no hay un horizonte claro de salida.

Trabaja en la empresa que lleva los comedores de la factoría Ford en Almussafes (Valencia), donde lleva desde 1991. "Desde que reabrió la factoría hay tres comedores abiertos pero sólo para comida para llevar. No quieren que se sienten las mesas así que no hay nada que servir, ni que limpiar. La gente está con miedo y tampoco va mucho, así que sólo está trabajando un 10% de la plantilla", explica.

Como representante de CCOO en el comité podía haber exigido su derecho a estar entre ese porcentaje pero todos los miembros renunciaron "por solidaridad y por seguir siendo una piña" en una plantilla con una edad media avanzada y muy arraigada en la factoría. Y reivindica el trabajo de acompañamiento que han hecho los sindicatos en estos meses.

Aunque la multinacional parece reacia a retomar las condiciones normales de los comedores por miedo a contagios espera "que los compañeros hagan fuerza y esto pueda volver a la normalidad" e insiste en que se trata de zonas "escrupulosamente limpias" y que se podrían habilitar medidas extra.

A sus 49 años tiene dos hijos adolescentes y "afortunadamente" una pareja que sigue trabajando pero eso no quita para que haya pasado a cobrar el 70% de su salario. Eso supone que con un salario medio de 1400 euros, muchos se hayan quedado por debajo de los mil euros. "Y hay mucha gente que de ahí tiene que ayudar a los hijos", recalca. Al menos, apunta, "salvo una compañera por un error en la tramitación, todos cobramos cuando tocaba".

"Pero no es sólo el sueldo, al no trabajar tampoco estamos generando la parte proporcional de las pagas extra ni vacaciones", explica, mientras hace un cálculo rápido. "De los dos meses y medio nos salen unos seis días y medio", apunta.

Ahora están a la espera de que la empresa les ‘rescate’ del ERTE esos días para poder disfrutarlas, lo que significará poder cobrar esos días completos pero también poder organizar una semana sin estar pendiente del teléfono. "Porque cuando estas en ERTE sigues a disposición de la empresa y te pueden llamar para reincorporarte en cualquier momento y si organizas algo puede tener esa casualidad", señala.

Suscríbete para seguir leyendo